Gaurier, Zarre y la Faxa desde la Brecha de Arnales.
Punta Zarre, Arista Oeste, Collado con
Gaurier y Arista Este.
28-02-1992.
Salida 12 h. Llegada 17:30 h.
Sol.
Dificultad media.
Ascensión.
Miguel Angel Lanaspa y Mariano Javierre.
Mapa de Gaurier procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
En
la Cima de Zarre hacemos una foto, echamos un trago y la decisión, la Cresta de
Pecico no, tendríamos que abrir huella para la mayor parte de la vuelta, así
que vámonos a Gaurier. Van a ser las doce y estamos a 2947 metros de altitud.
Cargamos
con las mochilas y me adelanto inquieto recordando que en su día no vi
continuación aceptable para nosotros. Hoy la cosa es distinta, Miguel sabe
escalar, llevamos material y yo de segundo no creo tener muchos problemas; por
el contrario está la nieve que siempre para en los espacios más planos y que suelen
ser nuestras mejores presas.
Gauroer y Zarre desde el Infierno Occidental. 2-7-07.
No
hemos salido de la cima cuando la cresta se pone imposible y un pequeño
corredor al sur nos conduce a una pared vertical con una buena fisura en su
mitad pero algo lejana. Un viejo pitón nos saca de dudas, hemos de hacer un
rápel. Lo monta Miguel con un pequeño cordino y desciendo yo primero hasta la
base de la pared sobre la nieve de un empinado corredor que nos puede devolver
a la cresta.
Con
10 metros de rápel hemos salvado la dificultad y mientras Miguel recoge la
cuerda, asciendo por el corredor y me incorporo a la cresta buscando el mejor
camino que de bueno no tiene nada.
Unos
breves flanqueos por la cara sur, lo norte está impracticable, nos llevan de
nuevo a la cresta. Allí se encuentra el perro que después de echar unos lloros
ha flanqueado por la nieve y se ha plantado en la cresta con nosotros como ha
podido. ¡Será posible!
Desde el Collado del Letrero, de Infiernos a la faxa con Gaurier discreto. 27-6-04.
La
cresta que vamos descendiendo nos conduce a unas placas lisas y verticales que
desechamos y de nuevo sobre la cara sur tomamos un pequeño corredor que se
corta nada más empezar y que nos puede llevar de nuevo a unas viras por las que podemos alcanzar de nuevo la
cresta fácilmente.
No
encontramos ningún pitón y tenemos que colocar uno para poder montar el rápel.
Baja primero Miguel pues no tiene claro que con un largo de cuerda pueda
alcanzar el final de la pared en cuyo caso tendría que montar una reunión. La
pared está cercana a los 20 metros.
Es
suficiente con un largo de cuerda. Seguidamente bajo yo y prosigo hasta la cresta
en la que de nuevo somos tres.
-¡Este
perro está loco!
-Lo
que se va a matar…
-No
creas, en la nieve a cuatro patas tiene buenas defensas.
-Todo
le hará falta.
Hemos
ido bajando y estamos próximos al collado que separa Zarre de Gaurier cuando le
digo a Miguel que la fiesta no ha terminado. De nuevo hemos de decidir entre
montar un tercer rápel y alcanzar la gravera del collado o destrepar una laja
de 5 metros.
Marmoleras, Piedrafita y Gaurier desde el Infierno Occidental. 2-7-10.
Miguel
duda pero yo lo veo claro. El destrepe se puede hacer mediante un buen apoyo de
manos lo más abajo posible que permita un péndulo en suspensión del cuerpo para
así poder tomar con los pies unas
pequeñas presas que parecen suficientes para bajar las manos al máximo de nuevo
y poder descolgar el cuerpo en adherencia sobre la pared hasta alcanzar una
buena repisa.
Conseguido,
Miguel duda pues prefiere la cuerda pero lo pasa tras soltar la mochila. He
hecho, dirá, mi primer paso de IV pero yo creo que exagera un poco.
Otra
laja lisa y vertical pero más corta nos deposita fácilmente en unas viras que
nos llevan al collado con lo que rematamos la pared que desde aquí tiene un feo
aspecto y que por lo que hemos deducido, se debe hacer en sentido inverso al
que hemos llevado nosotros.
Estamos
sobre los 2800 metros de altitud, el Gaurier no presenta dificultades
aparentes. Será cuestión de media hora larga de esfuerzo dando vueltas a una
cresta no tan afilada como la de Zarre y que puede flanquearse bastante bien
por el sur.
En la Cima de Gaurier.
Pisando
nieve blanda, afloraciones rocosas a intervalos y trepando un poco, se suaviza
la pendiente y llegamos a la Punta Sur del Pico Gaurier. Una veintena de metros
más allá está la Punta Norte. Estamos a 2918 metros de altitud y son las dos
menos cuarto.
Frente
a nosotros tenemos el Pico Piedrafita del que nos separa un profundo collado y
las Puntas del Pecho que acaban en el Llena de Cantal. Desde aquí no parece fea
la Cresta de Pecico pero lo que más me atrae es la Cresta del Diablo. ¿Por qué
será?
La
mañana ha sido espléndida, en la cresta corre una delicada brisa que va trayendo
nieblas poco a poco pero pertinazmente.
Hacemos
una foto, echamos un trago y nos vamos con sumo cuidado hacia la otra punta. El
paso no me gusta ni un pelo. Descendemos una laja pequeña pero bastante lisa y
está cubierta de hielo, salvamos un escalón rocoso con un paso de brazos,
ganamos la cima del corredor oeste que está lleno de nieve, bordeamos el bloque
metamórfico que en inverosímil equilibrio cabalga sobre el collado, pasamos en
equilibrio la finísima arista que une el bloque con la Punta Norte y ya por
nieve blanda, cuatro pasos nos ponen en la Cima Norte de Gaurier.
Zarre y Gaurier tras el Ibón de Labaza. 15-5-09.
El
perro quiere pasar también, lo asustamos para que no lo haga pues puede caer
arrastro por cualquiera de los dos corredores nevados, le hacemos una
diapositiva y nos volvemos a por las mochilas con idéntico cuidado.
Son
las dos de la tarde, bajamos unos metros y por el último corredor que hemos
subido en su parte final a la ida, y que baja directamente hasta el fondo del
valle nos tiramos para abajo.
Miguel
inicia el descenso, yo tendré que dejar pasar al perro porque a cuatro patas
por el corredor que en su inicio tendrá los 60º me está llenando de nieve y lo
que puede ser peor es que como resbale igual marchamos los dos a vueltas.
Gaurier desde la Cima de Piedrafita. 12-10-01.
La
nieve está buena. Miguel que lleva pantalón de agua y el perro hacen un
“culembajen a dos” larguísimo. Yo detrás, cuando la nieve lo permite, sobre
mitad del corredor hago mi particular descenso patinando con los pies juntos un
buen trecho.
En
un abrir y cerrar de ojos nos cepillamos el corredor que salva un desnivel de
alrededor de 300 metros, pero las rodillas acusan la ración de los últimos minutos. Las nieblas se están
cerrando pero nosotros, a media ladera, buscamos las huellas de subida. Un rato
de nieve blanda y profunda en descenso nos lleva a la huella buscada y
cómodamente seguimos para abajo en busca de la Cola de Bachimaña.
Zarre desde Gaurier. 9-7-06.
Cruzado
el barranco hacemos el último esfuerzo fuerte del día: alcanzar la huella que
contornea al ibón. Luego ya todo suavemente para abajo en medio de una tarde en
la que las nieblas se empiezan a disipar.
A
las cuatro paramos junto a la Presa de Bachimaña Inferior a echar un bocado y
un trago; recogemos en las mochilas los bártulos que ya no vamos a utilizar y
obsequiamos al pero con un trozo de pan y algunas dulzainas.
Charlando
tranquilamente nos llegamos al Balneario de Panticosa sobre las cinco y media.
Estamos un poco cansados, han sido aproximadamente 1500 metros de desnivel con
nieve, pero no excesivamente. Peor he pensado que nos iría.
Zarre y Gaurier desde el Llena de Cantal. 1-7-10.
Echamos
un trago en la Casa de Piedra mientras charlamos con unos vascos de mucho
material y…
A
las siete menos cuarto estamos en casa y con los pies estupendos: la nieve
exige un generoso esfuerzo físico pero a cambio te deja unos pies impecables.