La Noroeste de Secús.
Oza, Camino del Barranco de la Espata,
Refugio de Acher, Majada y Puerto de Acher, Cara Noroeste y Arista Oeste.
Descenso por el Corredor del Collado Taxera.
19-12-2014.
Salida 09 h.
Llegada 16 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Secús procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Secús
es uno de esos picos, los hay muchos, situados podríamos decir, en medio de la
nada. El personal suele ir al Castillo
de Acher y a Bisaurín y pare usted de contar. ¡Quién va a Anatera, a Costatiza o a Secús!
Algún
despistado hace los Puntales de Secús o de Agüerri y, consecuentemente cuando
uno se plantea ir a estos lugares pues lo hace a su manera de tal forma que no
suele haber una ruta de las normales de libro.
A
Secús se puede subir por Gabardito,
camino que conocemos, desde les Forges de Abel por Estanés que nos parece
excesivamente largo, desde Guarrinza por los
Barrancos del Barcal o de la Plana pero nosotros lo haremos desde Oza
aunque sea el punto de partida ás bajo de todos ellos. Hace tiempo que no hemos
ido por allí.
Son
las nueve y cuarto de la mañana del 19 de Diciembre de 2014 cuando llegamos a
Oza y nada más pasar el Puente sobre el Aragón Subordán aparcamos junto al
cartel que indica el Camino al Castillo de Acher. Hay un pequeño sitio a 1120
metros de altitud, en los alrededores hay muchos más. Las nieblas se han
quedado abajo.
Camino hacia el Puerto de Acher.
Entre
viejos recuerdos de mi estancia infantil en el Campamento Ramiro el Monje,
tomamos el camino que en dirección sudeste se acerca hacia el Barranco de la
Espata para enseguida alcanzar la pista de tránsito restringido que nace en la
Fuente de Oza y atravesándola alargarse en suave ascenso por medio de un abetar
que enseguida se convertirá en hayedo.
Llegando al Barranco de la Espata.
El
camino muy amplio se marcha hacia el Puente del Sil pero mostros proseguimos
ladera arriba siempre por la Orilla Derecha del Barranco de la Espata. Lleno de
hitos y alguna vieja marca de pintura se articula en un par de suaves resaltes
alargándose luego, también en muy suave ascenso, por un hayedo claro hasta que
se decide a cruzar el barranco sobre los 1450 metros de altitud, lugar desde el
que contemplamos entre hayas las luminosas paredes de Peña Forca.
Tras
pasar varias ramas del barranco el camino se sirve de abundantes zetas para
progresar en fuerte ascenso por una ladera bastante inclinada siempre entre
torrentes en los que hay nieve alojada por el viento. Son alrededor de 200
metros de desnivel, que no recordábamos, y que se hacen pesadillos en busca de liquidar el hayedo y entrar en el
Praderío de Acher cosa que iniciamos continuando el ascenso por un camino limpio
de pizarras granates que está helado al igual que la nieve residual que
sorteamos sistemáticamente.
En el Puerto de Acher.
El
praderío se allana y nos saca al sol en las inmediaciones del Refugio de Acher,
estamos a 1750 metros de altitud. Las luminosas paredes del Castillo de Acher
quedan al nordeste llenas de luz y color, atrás al oeste ha quedado Oza en el
fondo oscuro y por encima la brillante nieve de Peña Forca, Chipeta y Ansabere;
por delante y al este se extiende el
Barranco del Borregueril de Acher articulando el praderío del mismo nombre que
nos ha de llevar hacia el Puerto de Acher.
Hay
un tomate bastante largo y sombrío pues los Paredones de Costatiza proyectan una
profunda sombra sobre el valle cubierto de nieve en su mitad superior. Al sur
del collado se asoma Secús vestido de blanco vaticano.
Anatera y Secús escoltando al Puerto de Acher.
Hemos
echado hora y cuarto hasta aquí y ahora
toca llanear en busca de la orilla derecha del barranco siguiendo trochas de
animales que nos sumergen en la sombra y nos llevan de torrentillo en
torrentillo en los que hay residuos de nieve algo dura que pasamos con cuidado
o faldeamos.
Al
final hay que atravesar el barranco cuando ya hemos rebasado el Castillo de
Acher y nos aproximamos a su arista sudeste que vendrá a morir al Puerto de
Acher que es hacia donde nos dirigimos en principio.
El Puerto de Acher es nuestro objetivo.
Transitando
nieve con cierta continuidad pues el viento nos ha dejado pasillos limpios, atravesamos el barranco por encima de los 1850
metros de altitud y tomamos un lomo central que nos dirige en muy suave ascenso
hacia nuestro objetivo.
Van
a ser las doce menos cuarto cuando aprovechamos una rayada de sol que llega al lomo de pizarras que
transitamos para detenernos a almorzar. La mañana es espléndida, bastante
cálida para las fechas en las que nos encontramos pero a la sombra la brisa es
frescucha de tal forma que las manos se atontan un poco sin guantes.
Un
cuarto de hora más tarde continuamos camino que nos introduce definitivamente
en la nieve y aprovechando el final de la zona soleada nos ponemos los
crampones comprobando la doble torpeza de la falta de práctica y del
entumecimiento de los dedos.
Hacia abajo en el Barranco del Borregueril de Acher.
Un
precioso y ondulado campo de nieve nos permite ganar altura cómodamente
acompañados del rítmico chasquido de los crampones sobre la costra helada de la
nieve trayéndonos el inevitable recuerdo del inicio de nuestro camino al
Allalinhorn entre un sinfín de similares.
Anatera Alta desde el Puerto de Acher con nieve refulgente.
He
contemplado repetidamente el corredor de Taxera y no termina de convencerme. La
Cara Noroeste de Secús es más amplia y aunque tiene un muro intermedio
trataremos de negociarlo en travesía por lo que aprovechando algún barranquillo
ganamos altura hasta situarnos en el Puerto de Acher situado a 2160 metros de
altitud cuando son las doce y media.
La
nieve tiene una costra cristalina que refulge a la sombra de manera escandalosa
advirtiéndonos de que hay que andarse con cuidado en estas primeras maniobras
de la temporada en caras norte.
La Noroeste de Acher con la huella del rebeco desde el collado norte.
En
dirección sudoeste vamos a iniciar una larga diagonal ascendente que nos
permitirá atravesar la falda de la pared siguiendo las huellas de un rebeco.
Cortamos enseguida la diagonal tomando un corredor algo tieso que nos permite
rodear unas afloraciones rocosas con muy poca nieve y proseguimos con nuestra
diagonal unos metros más arriba.
La
nieve está a tramos muy dura y en las zonas alomadas te da esa cosa que te
invita a agradecer los tramos en los que blandea un poco y llegados a la parte
alta de la pared la atacamos de frente. Se trata de un muro muy erguido, de
alrededor de 40 metros, que subimos con puntas de crampones y cuchilla de piolet
y que nos sacan al sol que nos recibe en un
rellano intermedio de la pared.
A la Salida del Muro de la Noroeste de Secús.
Podemos
atravesar el rellano y tomar un corredor erguido que nos puede conducir directo
a la cima pero no tiene demasiada nieve por lo que preferimos atravesar el
rellano en suave ascenso para buscar en diagonal la arista oeste del pico.
Casquete Somital de Secús desde el rellanito en la nordeste del pico.
La
falta de nieve nos obliga a recortar en la pared para seguir pasillos de nieve
por lo que la arista no la alcanzaremos hasta las inmediaciones de la cima.
En la Arista Cimera de Secús con el Puntal de Agüerri a la espalda.
Es
la una del mediodía cuando alcanzamos la Cima de Secús. Se trata de una cima
alargada en forma de arista prácticamente horizontal y situada a 2351 metros de
altitud. Contrasta su vertiente sur prácticamente limpia de nieve con la norte
nívea y vaticana.
Puntal de Secús y Bisaurín desde Secus.
En la Cima de Secús.
Hacemos
fotos de Bisaurín escoltado por el Puntal de Secús y el de Aguerri; Lenito y
Peña Forca; Chipeta, Acherito, Petrechema, Mesa y Anie; el Midi oscuro en medio
de un mar distante de cumbres blancas: Pallas, Balaitus, Infiernos, y Argualas;
el Castillo de Acher, Anatera, Aillari, Arlet, Arri y Acue-Gebedeille y aquí
mismo Costatiza aguerrida y espléndidamente vertical.
Un
cuarto de hora después, se está de vicio aquí, nos vamos para abajo royendo
dudas. No tengo claro si desandar el desagradable camino conocido o bajar por
el Corredor del Puerto de Taxera.
El
collado, que no se ve desde aquí al estar algo profundo y escondido por un
promontorio pelado que suponemos complicado para no quitarse los crampones,
podría ser la clave pero… Llegando al rellano me decido a largarme hasta la
cabeza del promontorio.
Costatiza e inicio del descenso desde el rellano en la Noroeste de Secús.
De
camino aparece una faja situada al este de la cabecera del promontorio que se
alarga suavemente en descenso y a priori viene de perillas ya que en lugar de
asomarme al corredor por roca lo puedo hacer por nieve y muy abajo, tanto que
cuando me asomo al corredor estoy a la altura del collado.
Costatiza y el Puntal de Agüerri asomándose por el Paso de Taxera.
Llamo
a Rosa para que baje pues he visto prácticamente todo lo que quería ver.
Entramos al Corredor Este de Costatiza por debajo del Puerto de Taxera.
Descendemos
suavemente hasta un pequeño espolón mixto y desde allí nos introducimos
cómodamente por su ladera derecha al corredor que alcanzamos casi en la mitad
del mismo.
Bajo el estrangulamiento del Corredor al Puerto de Taxera.
Descendemos
unos metros por la pedriza y atacamos el estrangulamiento con pasillos de nieve
que solamente tienen como punto más complicado una corta y erguida rampa que
bajamos apoyados en la pared derecha, luego un pequeño cono de nieve un tanto
erguido nos deposita en medio de la pared ya fuera del corredor. La nieve no
está tan dura como en la subida al estar menos transformada y se baja de cine
de cara al valle.
La
pared es larga pues no en vano el
collado estará sobre los 2200 metros y
aunque el corredor ha sido corto hemos de buscar el camino de subida sobre los
1900 metros de altitud.
Nuestro descenso de Secús por el Corredor al Collado de Taxera.
Enseguida
abandonamos la vertical de descenso que nos depositaría en el fondo del
barranco algo abajo y practicamos una diagonal paralela a la de ascenso pero en
sentido contrario al objeto de llegar al barranco antes de que se ahonde.
La
diagonal en pendiente inclinada nos hace familiarizarnos con esa sensación de tobillo-crampón que ya
teníamos algo olvidada y nos deposita en el barranco del que saldremos por un
corto y vertical muro que subimos a punta de crampón.
La Vía del Bloque Empotrado al Castillo de Acher.
Salimos
del barranco justamente en frente de donde nos hemos puesto los crampones. Y
retomado el camino nos vamos para abajo alargando ahora la nieve todo cuanto
podemos, incluso alternando algún tramo de praderío sin piedras que sigue
helado.
La Mesa que te espera Juanillo.
Hasta
cruzamos la última rama del barranco que baja del Collado del Barcal y allí nos
quitamos los crampones, guardamos los piolets y nos vamos praderío abajo al
encuentro del sol.
Son
las dos y media de la tarde cuando nos sentamos al sol a comer mientras echamos
la vista a Secús que se ha quedado allá atrás e imaginamos la Solana de Costatiza que no debe tener un
paso demasiado cómodo para volver para aquí.
Chipeta Alta desde el refugio de Acher.
Alrededor
de las tres continuamos camino atravesando los neverillos de la mañana ahora
blandos y nos llegamos al Refugio de Acher que está inhabitable y cochino hasta para los animales.
Castillo de Acher desde encima del hayedo del barranco de la Espata.
Luego
retornamos un poco para tomar el camino en el praderío que se hunde en busca
del hayedo, nos despedimos del sol y nos sumergimos en el hayedo. El camino
todavía está un pelín duro.
Entramos
en el hayedo en el que anidan unas viejas y aisladas hayas “acentelladas”;
bueno, Antonio Machado más poéticamente dice “hendidas por el rayo” aunque yo prefiera el término más próximo sin
desdeñar la finura del poeta andaluz y universal; y acompañadas de infinitos
retoños que crecen como los pelos de la
cabeza robando descaradamente el ámbito
del praderío.
Luego
el camino se va para abajo, cruza el Barranco de la Espata y todavía nos sacará
al sol aunque sea brevemente en la parte baja del hayedo cuando se convierte en
abetar.
Son
las cuatro de la tarde cuando llegamos al coche. El paseíllo se ha cobrado 1250
metros de desnivel y nos ha metido un ratito en el invierno en un día de
privilegio otoñal. De momento la nieve no baja y habrá que ir a buscarla con
cuidado pues antes de lo que deseemos será más hielo que nieve.
¡Te
hubiera gustado Juanillo! pero no te preocupes pues hay más días que
longanizas.