Nieblas sobre la Cabecera del Barranco de Aspe. 2-6-07.
Aparcamiento de Candanchú, Collado Causiat, Hayedo de Sansanet, Cantal
de Escuarez, Valle de los Sarrios, Olana Mistresa, Refugio de los Forestales,
Brecha Bernera, Ibón de Estanés, Hayedo de Sansanet y Collado Causiat.
25-5-2002.
Desnivel acumulado 1200 m.
Distancia recorrida 19500 m.
Tiempo efectivo 07:00 h.
Mixto.
Fácil.
Agua
en el Barranco de Aspe, en el Valle de los Sarrios, En el Ibón Biejo, en la
Plana Mistresa y en el Ibón de Estanés siempre según temporada.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Valle de los Sarrios procedente de Prames. Vía en amarillo.
No predicen muy buen tiempo que
digamos pero, a pesar de ello, decidimos ir a buscar a nuestra hija Biola a
Pamplona para así disponer del sábado 25 para nosotros.
Este final de Mayo, será porque el
2002 es capicúa, está caracterizado por un tiempo extraordinariamente cambiante
y a las siete menos cuarto, cuando nos despierta el reloj, nos encontramos con
un cielo tan extraño que decidimos volvernos a la piltra, y eso que pretendemos
ir bajos.
A las siete y media, decididos a lo
que sea, nos levantamos, desayunamos, echamos las capas de agua al coche y tras
comprar pan tierno nos vamos hasta Candanchú. Nubes y nieblas por cualquier
parte del horizonte nos indican un día complicado en el que nosotros tenemos
ciertas esperanzas de que no nos llueva, o si lo hace, sea ciertamente poco.
Aparcamos en el aparcamiento al
final de la Escuela Militar de Montaña, no se puede ir más allá, y tras
terminar de montar las mochilas, decimos adiós a un par de montañeros que están
preparando sus bártulos y nos vamos en dirección oeste por la pista que
llanamente se adentra en la pradera alpina, sobre la que se asientan las pistas
de fondo de la estación de esquí.
Son las nueve de la mañana cuando
comenzamos a caminar a 1550 metros de altitud. Vamos al encuentro del Collado
Causiat situado a 1630 metros de altitud, ascendiendo suavemente en medio de
una mañana un tanto fresquilla, que se nos alegra un poco con la presencia de
unos tímidos rayos de sol.
En el collado iniciamos un suave
descenso por camino balizado de rojo y blanco pues se trata de la G. R. 11., al
encuentro de la cabecera del Bosque de las Hayas en el que se sumerge el camino
y que nos devuelve, aproximadamente, a los 1550 metros de altitud, por un
camino lleno de hojarasca húmeda que nos proporciona algún resbalón que otro.
Gravera del Barranco de Aspe.
Transitamos a continuación la Pared
Norte del Esper virando un poco al sudoeste y en ligero ascenso por marcado
camino sobre fina pedrera caliza, pasamos la zona de los desprendimientos en la
que se estrecha el camino y atravesamos el Barranco de Aspe, no sin cierta
dificultad, ya que la noche ha sido cálida y el deshielo ha sido continuo, por
lo que baja de bote en bote.
De nuevo nos introducimos en el
hayedo, ahora en dirección noroeste y prosiguiendo con el ascenso, encontramos
un caminillo medianamente marcado sobre la pedrera, que nos introduce en un
amplio corredor en la cara nordeste de La Chorrota.
Corredor del Cantal de Escuarez desde el Hayedo de Sansanet. 23-8-08..
En fuerte ascenso y siguiendo el
difuminado caminillo, que secunda nuestros objetivos a pedir de boca, ganamos altura
para pasar ligeramente al oeste de la cota 1805 m, tomar la loma llena de
verdura, para poco más adelante, perdidas las citas, ascender unos empinados
tramos de caliza y pastizal, para poder alcanzar una enorme cita sobre el
lapiaz calizo, en la entrada del rellano superior del Puerto de Estanés.
Entrada al Valle de los Sarrios.
Estamos a 2000 metros de altitud,
son las diez y media y paramos a almorzar un poco pues Rosa tiene apetito.
Aprovechamos para contemplar el paisaje al este en el que las nieblas
desarrollan una espectacular danza. Al oeste he podido ver, con permiso de las
nieblas, lo que supongo es la entrada del Valle de los Sarrios.
Hacia el Oeste en el Valle de los Sarrios. 29-4-06.
Quince minutos más tarde, virando un
poco al oeste y buscando el mejor camino que sea lo menos rompepiernas posible,
continuamos camino en ligero descenso.
Ibón Viejo en el Valle de los Sarrios.
Atravesamos un viejo ibón colmatado
por su orilla norte y orientándonos hacia el sur comenzamos a ascender un
pequeño dorso, medianamente libre de nieve, junto al camino que sube a la
izquierda del mismo.
Por terreno limpio fundamentalmente
y guiados por citas ascendemos hasta la entrada del Valle de los Sarrios.
Inmediatamente advierto la vista que tantas veces había visto y que no conocía
realmente. Le haré una foto como no podía ser de otra manera.
Nieblas en Sierra Bernera. 28-4-06.
Hemos pasado subiendo junto a la cascada
del barranco y ahora atravesándolo nos vamos valle adelante, por la orilla
izquierda del mismo con ciertas dudas, ya que no conocemos realmente lo que hay
bajo la nieve de nuestros pies.
Bordeamos la parte más amplia del
valle y en suave ascenso vamos al encuentro de las nieblas del fondo y de un
grupo numeroso que viene hacia nosotros y a los que orientaremos hacia el Ibón
de Estanés.
Paredones en la Norte de Ruaber Bernera. 29-4-06.
Alcanzamos la divisoria de aguas a
2125 metros de altitud e iniciamos el descenso en dirección oeste-noroeste. El
Circo de Olibón es uno de los pocos valles que tiene salida de aguas hacia dos
vertientes casi opuestas.
Las nieblas se van levantando y nos
permiten contemplar la verticalidad de los paredones de la cara norte del
Macizo de Bernera.
Refugio de los Forestales. 28-4-06.
Cruzándonos con alguno que sube nos
llegamos al Plano Mistresa y atravesamos el curso del barranco para tomar el
camino que baja hasta el Llano de Lizara y que nos conduce, enseguida, al
refugio forestal de la cabecera del valle situado a 1975 metros de altitud,
cuando son las doce y media de la mañana.
El refugio está abierto, es muy
amplio y está muy limpio: está recién restaurado. Se encuentra escasamente a
unos 300 metros del lugar en el que nos quedamos el día que veníamos a conocer
el valle desde Lizara.
Echamos un trago de agua y nos
volvemos con las mismas hacia el Plano Mistresa atravesándolo en dirección
norte, tal y como llegamos: a través de una turbera que echa agua por todas
partes e incorporándonos a un potente espolón mixto de caliza y prado, exento
de nieve y bastante vertical, que nos ha de conducir lo más directamente
posible a la Brecha de Bernera.
Brecha Bernera desde la Plana Mistresa. 29-4-06.
Ascendemos primero próximos a la
orilla derecha de un torrente que baja en dirección sur para luego alejarnos un
poco del mismo en busca del mejor
camino, que resulta fácil pero que nos mete en calores
Son 250 metros de desnivel que se
arrellanan alrededor de los 2200 metros para permitir que el personal pueda
tomar un poco de aire. Los 50 metros restantes son igualmente empinados y los
subimos con cierta incertidumbre ya que hemos visto algunas trazas de camino y
algunas citas en las que, nuestra experiencia, no nos permite confiar
demasiado. Solamente arriba, en el mismo collado, hay trazas inconfundibles de
camino.
Es la una y cuarto cuando alcanzamos
la amplia y plana Brecha de Bernera situada a 2250 metros de altitud. Hemos
metido en la subida la media hora que he calculado.
Respiro cuando veo la cara norte
pues no las tenía todas cuando decidimos venir: sabia que había que bajar 400
metros de desnivel y que tenían que ser muy empinados. Por ello y en previsión
hemos traído piolets y crampones.
Ibón de Orna y Aguas Tuertas desde la Brecha Bernera.
Ahora, la nieve está blanda, los 200
primeros metros de pared son ciertamente verticales pero se bajan con
comodidad. A pesar de ello Rosa quiere que saquemos los piolets.
Bajamos a todo trapo por la nieve
advirtiendo que también se podría hacer, la mayor parte, por tramos de pedrera
que se encuentran limpios de nieve. Patinamos un trozo más suave y nos
detenemos frente al vertical resalte que se precipita en el Ibón de Orna,
asentado 200 metros más abajo.
Contemplamos el ibón medio helado
todavía y el Valle de Aguas Tuertas desde una perspectiva inédita para
nosotros. Hacemos una fotografía, echamos un trago de agua y decidimos no bajar
hasta el ibón ya que ello nos obligaría a perder alrededor de 100 metros de
desnivel sobre nieve que tendríamos que recuperar de inmediato y que no nos
aportarían nada de interés.
Por tanto continuamos con una amplia
travesía casi en horizontal sobre nieve, en busca del lugar en el que el
resalte rocoso desaparece y un nevero continuo nos permite bajar al rellano
inferior, cosas que conseguiremos progresando en dirección este a lo largo de
unos 300 metros.
Alcanzado el rellano inferior, nos
orientamos de nuevo al este y llaneando lo más posible sobre una zona caliza
absolutamente irregular llena de lomones y depresiones, nos vamos acercando al
Ibón de Estanés.
Aprovechando una depresión abrigada
y soleada en las inmediaciones del ibón nos paramos a comer. Son las dos y
cuarto de la tarde.
Tras rodear Estanés nuestro descenso desde la Brecha Bernera.
Poco antes de las tres continuamos
hacia abajo al encuentro del ibón al que llegaremos enseguida y al que hemos de
dar media vuelta escasa ya que lo rodearemos por su lado sur.
A pesar de ello, se hace largo ya
que hay que salvar dos entrantes de barranco y hay que salir de la orilla para
salvar dos paredones que se sumergen verticales en el ibón. Son las tres y
cuarto y estamos a 1777 metros de altitud.
Al final del contorno recuperamos
las balizas de la G. R. 11., y con ellas nos vamos en suave y cansino ascenso,
en dirección sur, hacia el collado sur del Pico de la Mujer Muerta. Estoy algo
cansado y me duelen bastante los dedos meñiques de los pies.
Bajamos próximos a una pareja que
primero va delante y luego detrás de nosotros y que, poco más adelante, se
bajará hacia el aparcamiento francés cuando nosotros comenzamos a virar al sur
en busca de la cabecera del Bosque de las Hayas.
De nuevo el Barranco de Aspe. 2-6-07.
Hacemos camino tranquilamente para
adelantar a un grupo a la entrada del bosque, agradecer el sombrío hayedo,
descansar un rato y perder luego el camino bastante mal balizado.
La Raca desde el Hayedo de Sansanet. 2-6-07.
Luego tendremos que ascender
penosamente para recuperar el camino, pasar el crecidísimo barranco ocupado por
un nutrido grupo y descender de nuevo hasta penetrar otra vez en el
agradabilísimo hayedo.
La salida del mismo a la pradera
alpina y al sol será, de nuevo, penosa hasta el Collado Causiat y luego,
cansina a pesar del suave descenso hasta que recuperemos el coche tras liquidar
1200 metros de desnivel, cuando son las cinco y media de la tarde.