27 may 2001

6-01. CIRCULAR AL PEYREGET. 27-5-2001.

Peyreget desde el Col de L'Iou. 15-1-11.

Aparcamiento del Valle de Aneu, Cara Sur de Peyreget, Col de L’Iou, Arista Oeste. Descenso por Arista Norte, Col de Peyreget, Refugio de la Pombie y Col de Soum de Pombie.

27-05-01.

Salida 12 h. Llegada 17 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Peyreget procedente de Prames. Vía en amarillo.
            Nos vamos al Peyreget. Será nuestro segundo intento hoy día 27de Mayo en este año 2001.

            Mi chica se levanta a las once de la mañana ya que se ha acostado a las seis de la mañana tras hacer su turno de noche.

            Con todo preparado, salimos en una mañana espléndidamente calurosa: tórrida como han anunciado.

            Sin circulación apenas, cada cual debe estar fundamentalmente ya en su destino, nos llegamos al Formigal con coches aparcados por cualquier parte: han debido dar suelta al personal.
Llega la Primavera al Valle de Aneu. 7-6-07.

            Pasamos la frontera y poco más abajo, en el aparcamiento de la carretera que no está demasiado lleno, aparcamos a1720 metros de altitud.

            Son las doce y veinte. En manga corta, a pleno sol y con ligeras mochilas iniciamos el camino en busca de las dos pasarelas para atravesar los dos cumplidos brazos del Barranco de Aneu.

Peyreget desde el Valle de Aneu. 8-1-12.

            Tomamos el camino de Pombie en dirección noroeste mientras vamos entrando en calor y en esa dirección hemos de continuar cuando abandonamos el camino del refugio, justo en el momento en el que comienza la pared del Col de Tante. Nosotros vamos a media ladera salvando los neveros residuales de la cara sur del Pico Peyreget, al encuentro del todavía lejano Col du L’Iou.

            Atravesamos barrancos de deshielo con agua amayencada  transitando siempre en suave ascenso mientras peleamos con las ganas de subir y los consiguientes riesgos de enriscarse allá arriba, ya que el diablo sabe más por viejo que por diablo.

Vertiente Sudeste del Col de L'Iou. 14-3-07.

            Al fin entramos en nieve hollada con huellas de vuelta que alternándose con cortos tramos de camino limpio nos conducen fácilmente al Col de L’Iou situado a 2194 metros de altitud, cuando es la una y media.

            Tenemos frente a nosotros la arista este del pico. Su ladera norte está ocupada por la nieve mientras que la sur se encuentra completamente limpia y surcada, como luego comprobaremos por un camino marcado con citas inconfundibles.

 Gradillere , Peyreget y Midí. 7-1-13.

            Atravesamos la nieve del plano collado e iniciamos en dirección este el ascenso de una fuerte y continuada pendiente que se nos llevará media hora al menos para subir lo que desde aquí vemos.

            Subimos tranquilamente pero a pesar de ello subimos. Primero atravesamos un tramo mitad terroso y mitad herboso para continuar por roca que no nos abandonará hasta arriba, se trata de materiales oscuros y metamórficos, lo corriente por la zona.

La Grande Raillere desde Peyreget. 13-5-08.

            Hemos dejado abajo el Lago Peyreget, luego también se quedará abajo el collado del mismo nombre y cuando uno mira el altímetro por simple curiosidad ya no hace falta: estamos arriba ya a nivel del corredor nevado que desde abajo se veía y que no hay que tocar para nada. Alcanzamos la cima del Pico Peyreget de 2487 metros de altitud cuando el reloj marca las dos y diez. Hemos venido en una hora y cincuenta minutos y tranquilamente.

            Es un día despampanante que nos regala un indescriptible baño de luz y calor. La cima es una delicia que disfrutamos con la única compañía de un descarado gorrión alpino.

            Comemos contemplando un dilatado y diáfano paisaje, solamente superado por esos días de otoño con viento en altitud. Preside la mesa el Midí d’Ossau tocado de blanco y ocre. En pocas cimas hemos estado tan tranquilos y tan relajados como en ésta.

Midí de Ossau desde la Gradillere. 28-12-10.

            Nuestros ojos se van al Lurien y al barranco que conduce al Col de Arrious como camino de aproximación al pico, pero luego, el tema se debe complicar algo desde Artouste y salvo que tenga alguna vía fácil que no vemos desde aquí, igual resulta hasta mejor salir de la cola del Lago de Fabreges.

            También contemplamos con detalle la arista que nos llevó al Arriel hace ya tantos años, y un sinfín de detalles que te invitan a pensar en que si de verdad será esto lo nuestro. Así que nos hubiéramos quedado una o dos eternidades, pero Rosa tiene que ir a trabajar a las diez de la noche y consecuentemente, a las tres menos diez iniciamos el descenso.
Vertiente Norte de Peyreget desde el Col de Peyreget. 7-6-07.

            Dos tramos empinados pero con buena nieve bastante profunda y entre un mar de huellas nos conducen al Col de Peyreget a 2329 metros de altitud, lugar por el que hemos visto pasar a un grupo hace un poco. Descendemos en dirección este-nordeste y tras otro tramo muy empinado pasamos junto al lago pequeño casi helado y por el curso del barranco alcanzamos el Refugio de la Pombie situado a 2031 metros de altitud cuando son las tres y media.
Lac en la Norte de Pryreget. 7-6-07.

            Rosa toma un poco el sol, al igual que lo ha hecho en la cima. ¡Por fin!
Col de Peyreget desde la Pombie. 18-4-09.

            Echamos un trago de agua del Lago de Pombie que también está medio helado, y veinte minutos después dejamos solos a los guardas del refugio y a una cordada que se acaba de descolgar de una de las paredes del Midí, dos grupos han arrancado delante de nosotros al encuentro del Col de Soum de Pombie.
Refugio de Pombie. 12-11-05.

            En dirección sur, vamos detrás de ellos subiendo los 100 metros de desnivel que hay hasta el collado, con lo que completaremos los 900 metros movidos y pasando entre las balizas hechas con ramas de cerezo silvestre  y colocadas en el collado en el lugar al que llegamos la vez anterior en medio de pertinaz niebla.
Desde el Col de Soum de Pombie.  18-4-09.

            E el collado desaparece la nieve e iniciamos el descenso.

La Pared bajo el Col de Soum de Pombie. 8-1-12.

Peyreget desde el Aparcamiento del Valle de Aneu. 15-1-11.

            Ya abajo, en dirección sudeste cruzamos las dos ramas de barranco y alcanzamos el coche cuando son las cinco menos cuarto. En la ducha a las cinco y media, algo antes de lo previsto.

20 may 2001

5-01. EL GALLINERO O SALARONS. 20-5-2001.

Circo de Carriata y Salarons o Gallinero desde Diazas. 23-4-07.

Pradera de Ordesa, Camino de Cotatuero, Clavijas de Cotatuero, Cara Este y Arista Sur. Descenso al Collado de Catuarta, Llanos y Clavjas de Salarons y Camino de Salarons.

20-05-2001

Salida 08 h. Llegada 16 h.

Mixto.

Bastante fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.


Mapa de Salarons procedente de Prames. Vía en amarillo.


            Desde aquel día en el que estando en el Tozal del Mallo contemplábamos los paredones de su cara sur y los pendientes neveros de su cara oeste teníamos el propósito de subirlo. Es más, desistimos de hacerlo en aquel momento, tiempo todavía teníamos, porque había  algo de nieve, era un 6 de Diciembre del 98 en un otoño de nieves.

            Hoy 20 de mayo de 2001 vamos a subir al Gallinero sabiendo que alrededor de los 2000 metros de altitud nos espera la nieve. Este año ha nevado como pocos y queda nieve en cantidades inimaginables incluso en zonas orientadas al sur.

            Madrugamos como ya casi ni recordábamos, son las seis y media y ligeros como el viento, antes de que el reloj de las siete, estamos comprando pan.

La Entrada al Cañón de Ordesa desde Torla. 18-3-07.

            La circulación no nos va a molestar: no veremos ni siquiera un solo coche en todo el viaje hasta que alcanzamos a uno que está entrando en el aparcamiento de Ordesa: algo inaudito.

            Son las ocho de la mañana cuando abandonamos nuestro coche aparcado junto a nueve más, no es que haya una gran concurrencia, e iniciamos camino en dirección este.

La mañana tiene una suave temperatura para estar a 1300 metros de altitud y el cielo, fundamentalmente azul se quiere difuminar con una suave e incipiente neblina.

Capilla de la Virgen del Pilar de Ordesa. 18-3-07.

            En la capilla de la Virgen del Pilar dejamos el camino principal y tomando la dirección nor-nordeste nos introducimos en el Camino de Cotatuero transitando el hayedo-abetar. Al cobijo del arbolado y de camino se nos templa la mañana ya que, en mangas de camisa se andaba justico.

            Poco más adelante el camino serpentea ya cuesta arriba próximo al barranco y a ritmo suave nos llegamos hasta el abrigo de troncos, cuando Rosa creía que estábamos algo más arriba.

            Sorprendemos, bueno, nos sorprende un sarrio en medio de las pedreras bajo los paredones inferiores del Gallinero y nos aproximamos a la doble Cascada de Cotatuero, ya que desde el circo colgante sur del pico se desprende una encantadora cortina de agua pulverizada, que de paso, me preocupa; ya que no sé si no tendremos que pasar por debajo, con lo que nos puede proporcionar una desagradable ducha. No será así pero por poco.

            Subimos las escalinatas calizas y los dos primeros corredores verticales y alcanzamos las Clavijas de Cotatuero.

Tramo horizontal de las Clavijas de Cotatuero.

            El primer tramo está húmedo pero se sube, a pesar de ello, bastante bien. Luego nos incorporamos con cuidado al primer tramo horizontal con clavijas para pies y manos y ganamos fácilmente la repisa intermedia. De allí continuamos con el tramo intermedio vertical con Rosa delante para rematar con el segundo tramo horizontal equipado con sirgas. Rosa las ha pasado con cierta cagalera, o sea, cada día peor.

El Barranco de Cotatuero. 23-4-07.

            Estamos a 2000 metros de altitud y son las nueve y media de la mañana. Contemplamos las gradas superiores del Barranco de Cotatuero llenas de agua salvajemente salvaje y tomamos el ramal norte del mismo, cogiendo agua antes de que se oculte bajo la nieve.

            Continuamos dirección norte sobre un nevero que en dos secciones va ganando altura de forma consistente al encuentro del rellano  superior de la cara nordeste del Gallinero. El tramo superior se yergue un tanto pero la nieve se deja hollar bastante bien.

            Ya en el rellano contemplamos como nieblas francesas que pasan de norte a sur y se asientan sobre los 3000 metros de altitud de paso que decidimos detenernos poco más arriba. Lo hacemos sobre una afloración caliza  situada sobre los 2400 metros de altitud y al sol cuando son las diez y media de la mañana.

            Contemplamos todo el horizonte fronterizo y especulamos con la arista sur del pico al que vamos y su pared este que posiblemente tengamos que subir.

            En principio teníamos previsto alcanzar el Collado de la Catuarta o de Salarons situado a 2540 metros de altitud para ascender la arista norte a continuación, pero una vez aquí, aunque me engañe esta vez un poco la nieve, entre algunas dudas, decidimos ascender directamente a la arista sudeste, y por ella alcanzar la cima del pico que no puede ser otro que el que vemos desde aquí.

Paredes Meridionals de Salarons o Gallinero. 18-3-07.

            Casi en dirección sur emprendemos la pala de nieve aprovechando que es más sostenida que erguida, salvo en el último tramo ya prácticamente en la arista, pero la nieve sigue estando buena y eso nos va a facilitar la tarea, tanto ahora como en el tránsito de la larga arista que nos queda por delante. Estamos a 2550 metros de altitud.

            La arista en principio es alomada pero enseguida se yergue y se afila al encuentro de una aparente cota por encima de los 2650 metros de altitud.

            En una afloración rocosa próxima a la arista paramos a ponernos las polainas, ya que habrá que ir buscando nieve buena y profunda para proseguir con cierta seguridad por una arista que desconocemos.

            Proseguimos lenta aunque persistentemente y superamos a toda cresta el diente con más facilidad de la prevista y sin prácticamente descenso continuamos para arriba al encuentro de la arista sur-sudeste que, poco más arriba, se une a la que transitamos nosotros.

            Unicamente nos queda el tramo final que se yergue poderosamente altivo ante nosotros pero nos salva la calidad y consistencia de la nieve, con una nieve así se pueden subir paredes auténticas si es preciso.

En la Cima de Salarons o Gallinero.

            Son las doce del mediodía cuando alcanzamos la cima del Pico Gallinero situada a 2748 metros de altitud.

            Echamos un trago, hacemos una foto y contemplamos el escaso movimiento próximo a cargo de seis montañeros que llegan en ese momento al Tozal del Mallo, un par que va de Góriz a la Brecha y los impenitentes franceses al Taillón.

El Gallinero desde el Pico Blanco. 25-6-11.

            Las nieblas están llenando los valles del sur mientras que van dejando limpia la cadena fronteriza que ahora refulge escandalosamente blanca al radiante sol del mediodía.

La Norte del Gallinero. 26-5-11.

            Quince minutos más tarde nos vamos en busca de la arista norte. Atrás se queda el impresionante cono formado por las aristas sudeste y sur-sudeste que tan amenazadoramente se perdía en los cortados paredones del Gallinero. Ahora debemos encontrar una vía transitable que nos permita bajar a salvo de las frecuentes y salpicadas paredes que aparecen por cualquier lugar en estos parajes.

            En la arista norte descendemos un primer tramo bastante inclinado con la consabida buena nieve y atravesamos un pequeño rellano  que nos conduce a otro tramo de arista en la que sale un potente afloramiento rocoso.

Desde el Collado de los Gabietos el Gallinero. 31-7-10.

            Bajamos por roca descompuesta unos cuantos metros para continuar por nieve bastante inclinada un último tramo que conduce al Collado de la Catuarta, al que no llegaremos, pues virando un tanto al oeste nos vamos directamente en busca de pasillos nevados que nos permitan descender a salvo de las numerosas paredes rocosas de la zona y alcanzar el rellano de Aguastuertas.

            Caminamos entre marmotas que han salido ya a tomar el primer sol primaveral. La nieve está llena de sus huellas, así como de sarrios y perdices nivales.

            Bajamos en dirección sur al encuentro del Barranco de Salarons y en busca del final de la nieve.

            En el final de la nieve y próximo a unos enormes bloques calizos que no han hecho viaje hasta el fondo del valle, localizamos las huellas de los del Tozal  y allí mismo paramos a comer un poco.
Tramo Inferior de las Clavijas de Salarons. 25-6-11.
            Es la una y media y las nubes que colmaban los valles han ido ascendiendo hasta ocultar el sol, con lo que mi esposísima se va a quedar, una vez más, sin poder tomarlo a pesar de que vamos sobrados de tiempo.

            Como el ambiente no está demasiado interesante, en media hora nos despachamos con el tema continuando nuestro descenso fuera ya de la nieve.

            Entre ir al barranco donde quizás pueda quedar algún resto de nevero residual, o bajar las clavijas en seco, decidimos esto ultimo y así lo hacemos.

Clavijas de Salarons desde la Fajeta. 25-6-11.

            Dos tramos de clavijas verticales sobre una de las innumerables proas del norte de Ordesa nos permiten alcanzar el barranco donde confluyen las dos vías, lugar éste en el que hay un cartel orientador: Clavijas y Paso de la Fajeta, nosotros no conocíamos el nombre de la vía, lo llamábamos el camino de la sirga, que a sugerencia de mi chica nos vamos a recorrer para comprobar que el barranco está ya libre del nevero de la cabecera.


            Los del Tozal se adentran en el bosque mientras que nosotros desandamos el camino hasta la confluencia y continuamos tranquilamente para abajo ya entre pradera alpina en la que no han salido todavía los asfódelos.

El Barranco de Salarons. 23-4-07.

            En el cruce del Barranco de Salarons echamos un trago y continuamos seguidamente al encuentro del bosque y luego por camino bastante bien conservado, nos llegamos al centro de interpretación para discapacitados y a la carretera asfaltada por la que nos volveremos hasta el aparcamiento sin permitir que la molestia de tener que volver hasta allí salpique un día estupendo en el que hemos movido 1450 metros de los que la mitad han sido con nieve.

Paredes del Gallinero desde las Casas de Oliván. 27-12-10.

            Son las cuatro y cuarto. Entramos en el restaurante  para tomar un café con leche que resultará malo y caro. La próxima vez lo haremos en Torla, decidido.

La guinda del Gallinero 18-3-07.

            Pasadas las cuatro y media abandonamos el parque. El día ha aguantado muy bien, pero en los llanos de Linás de Broto nos coge un chaparrón con piedra  de auténtica impresión. Suerte que no durará más que hasta el inicio del puerto. A pesar de ello, solamente  ha faltado un poco de sol a la hora de la comida para se un día de envidia, ha sido una jornada de catorce aciertos a falta del complementario.

Tozal del Mallo desde la Pradera de Ordesa. 18-3-07.

            A las cinco y media estamos en casa.

13 may 2001

4-01. PELOPIN. 13-5-2001

La Oeste de Pelopín. 2-1-11.

Boca Este del Túnel de Cotefablo, Collado de Cotefablo, cara norte de Peña Ronata y Arista Oeste de pelopín. Arista sur y Punta del Pilón. Vuelta por la pista de las inmediaciones de la arista.

13-05-2001.

Salida 15 h. Llegada 19 h.

Nublado.

Muy fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Pelopín procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
Disponemos de una tarde de domingo para estirar las piernas por el monte.

El tiempo está que ni fu ni fa y pensamos por tanto, además, en algo corto: iremos a Pelopín.

Es 13 de Mayo, mi chica sale de trabajar a las dos de la tarde y las dos y media nos metemos en el coche. Son las tres cuando aparcamos el coche en la boca este del Túnel de Cotefablo a 1420 metros de altitud y con mochilas ligeras a las espaldas nos echamos al monte.

Saliendo del Túnel de Cotefablo. 2-1-11.
 
Comenzamos atravesando los prados próximos al aparcamiento, en ascenso y al encuentro de la vieja y abandonada pista que lazada tras lazada asciende, alrededor de 200 metros, para situarnos en el plano Collado de Cotefablo, en la vertical del túnel.

Subimos tranquilamente ya que Rosa con su ciática no está para demasiados trotes. Es más, me dirá que no suponía de ninguna manera, esta mañana cuando se ha levantado, que  pudiera encontrarse así. Parada le molesta algo pero moviéndose parece ser que se le pasa bastante la molestia.

La Partcua desde la pista en la Norte de Ronata. 2-1-11.
 
Hemos subido en dirección noroeste y ahora viramos para tomar dirección sur y continuar por la pista que asciende, suavemente ahora, para dar posteriormente unas lazadas en plena pradera alpina y faldear por el este la cota 1934,  que en algunos mapas llaman Peña Ronata, un tanto en dirección este-sudeste.

Tres Sorores. 2-1-11.

Hemos visto el pilote de piedras del pico al que vamos y unas nubes nos regalan unas gotas de agua que nos invitan a ponernos las capas antes de que el asunto pueda ir a mayores.

No será nada ya que las nubes se encuentran por encima de los 2800 metros de altitud y no tienen gran desarrollo; se conformarán con hurtarnos la parte superior del paisaje norte.

Erata y Ronata desde Pelopín. 2-1-11.
 
Vamos ganado altura por la abandonada pista que conduce al collado oeste del pico y abandonándola ya que prosigue por su ladera oeste en dirección sur; tomamos la suave loma, recién abandonada por la nieve, que nos conducirá fácilmente a la cima del Pico Pelopín situado a 2007 metros de altitud.

La Este de Erata desde Pelopín.
 
Son las cuatro y media. Echamos un trago mientras contemplamos un paisaje de sobra conocido: Montañesa, Cancías, Guara y Frajineto, Oturia, Oroel, San Salvador y Cuculo, Erata, Telera, Escarra, Sabocos, Tendeñera, Otal, Fenez, Ordesa entre nubes, La Suca y Las Tres Marías; el siempre agradable lujo que nos proporciona la montaña, y la constancia de que el Prepirineo tiene nombres propios y no solamente el Pirineo Axial.

Norte de Oturia desde Pelopín.
 
Punta del Pilón y atrás Guara desde Pelopín.
 
La tarde está estupenda para caminar. Rosa va mejor de lo imaginable y propone continuar por la loma en dirección sur hasta una punta en la que destaca poderosamente un enorme pilote oscuro, un monolito que suponemos de piedras.

La Norte de Punta del Pilón desde Pelopín. 2-1-11.
 
Pisando algún que otro retazo de nieve residual casi  adrede bajamos y subimos la cota siguiente y en poco más de quince minutos alcanzamos la cota 1965 metros en la que encontramos un abrigo minúsculo hecho de piedras con una losa enorme que cubre más de la mitad del techo del mismo y el monolito de piedras de casi 4 metros de alto. Es la Punta del Pilón.

En la Punta del... 2-1-11.

Otra en el Pilón. 4-12-04.
 
Echamos otro trago, comemos algunas chucherías sentados y diez minutos más tarde emprendemos la vuelta.

Ordesa de vuelta de Punta del Pilón. 2-1-11.
 
Tomamos la pista que pasa por las inmediaciones de la punta del pilote y con ella, tranquila y relajadamente, nos vamos de regreso permitiendo que la conversación sobre cualquier tema nos acompañe para abajo. Es uno de esos días de montaña en los que la tranquilidad y el disfrute se presenta de forma especial y que resultan más cortos, más agradables y menos cansados de lo esperado.

Caserío de Otal desde el norte del pueblo. 2-1-11.
 
Allá abajo, mimetizado con el medio, se queda el caserío de Otal y mi recuerdo al malogrado Fernando al que no podré llevar para que conozca el pueblo de su apellido. Nosotros, contemplado la suave arista que conduce a Navariecho y la todavía enorme cantidad de nieve que queda en las laderas sur de los montes, a pesar del palo que ha llevado estros días, desandamos camino al encuentro de nuestro coche.

Erata  y Partacua. 4-12-04.
 
Son las seis y media de la tarde cuando rematamos nuestra marcha. Han sido 650 metros movidos en medio de una tarde agradabilísima en la que el tiempo nos ha respetado, proporcinándonos un rato mejor de lo esperado: íbamos dispuestos a soportar incluso alguna tormenta de primavera.

Bajando hacia el Collado de Cotefablo. 2-1-11.
 
A las siete estamos en casa tras comprobar que una tarde bien aprovechada  puede dar de si para hacer bastantes más cosas de las que podemos suponer a priori; siempre y cuando seamos capaces de poner en marcha adecuadamente ese chip que estamos estrenando.