El Corredor de la Moskowa.
San Nicolás de Bujaruelo, Cabaña de Labaza, Corredor de
29-06-2005.
Salida 16
h. Llegada 13
h.
Mixto.
Algo difícil.
2
d.
2
p.
Rosa
Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa de Vignemale procedente de Prames. Vía en amarillo.
Es 29 de Junio de 2005 y estamos en San
Nicolás de Bujaruelo a 1338
metros de altitud cuando son las cuatro y diez. Nos
vamos pista adelante en dirección noroeste.
La tarde esta estupenda y poco más
adelante la pista se abre en dos, la de nuestra izquierda que se elevará hacia
el Valle de Otal y la que nosotros llevamos que se irá con el Ara. El sol nos
invita a abandonar la pista en el puente e introducirnos en un sombreado camino
que transita la orilla izquierda del río, atraviesa una sucesión de diminutos prados
alpinos y se aproxima al estrangulamiento del valle.
El camino se alarga más de lo
previsto y decidimos alcanzar la pista por libre unos metros antes de que lo
haga el indeciso camino ya metidos en las paredes del desfiladero.
Pista adelante agradecemos la
intermitente sombra, contemplamos el Río Ara y nos llegamos hasta la Cabaña de Ordiso cuando son
las cinco y veinte de la tarde.
Estamos a 1650 metros de altitud
y aparece a nuestra vista el Corredor de la Moskowa. Es
inconfundible y da la impresión de que cierra el circo sobre el que se asienta
aunque no sea así. Hago alguna foto y recojo la impresión de que tiene
carácter, aunque quizás sea más por lo que conozco del mismo que por lo que
veo. Suele suceder que luego, de cerca, todo resulta más fácil que de lejos.
La cabaña está en perfecto estado
según dice Rosa y nosotros tras los 5 kilómetros de pista
tomamos el camino que continua valle adentro en dirección noroeste y por la
orilla izquierda del río.
En la Cabaña de Labaza.
La tarde sigue espléndida y calurosa
sobre todo en esta ladera en la que el camino va atravesando una serie de
barrancos que bajan de la arista nor-nordeste de Vignemale; primero el de
Cardal, luego el de Abé y finalmente el de Labaza. De cualquier forma son 9 kilómetros que en
suave ascenso nos conducen al Refugio de Labaza situado a 1800 metros de altitud
cuando son las seis y veinte de la tarde. La verdad es que no recordamos casi
nada de lo que vimos hace 20 años cuando pasamos por aquí pero el tiempo pasa
y suele distorsionar los recuerdos que
se guardan envueltos en una fidelidad normalmente inexistente.
Se trata de una cabaña doble de
pequeñas dimensiones pues cabremos escasamente media docena de personas en cada
una. En una de ellas hay tres montañeros que tienen la tienda montada al lado y
la otra, que parece la del pastor se encuentra libre y allí nos metemos ya que
tiene puerta y la de al lado está arrancada.
1400 metros para subir a Vignemale pasando por la Cerbillona.
Mi chica se queda haciendo
estiramientos mientras yo me voy a reconocer el inicio del camino. Las citas
conducen inmediatamente a la ladera pero desaparecen también de inmediato
aunque no sea problema: hay que tirar para arriba por la orilla derecha del
barranco.
A la vuelta nos encontramos los
cinco en la cabaña y charlamos mientras cenan y cenamos aunque es pronto. Ellos
van de travesía y nosotros marcharemos mañana muy temprano. Antes de las nueve
nos empiltramos: Rosa ha dormido poco y yo quiero descansar de la mochila que
me ha pesado un poco más de lo esperado y me duele un poco el cuello.
Con los sacos sobre las esterillas y
estas a su vez sobre un colchón de loneta pinchado que hay en la cabaña
tratamos de amortiguar la dureza del hormigón del suelo. Damos algunas vueltas
pero dormimos y descansamos, más que de los escasos 500 metros subidos, de
los que nos quedan por subir.
El jueves 30 de Junio se estrena
pronto, son las seis menos cuarto cuando nos levantamos pues queremos salir
cuanto antes.
Cascada del Barranco Musárez.
Desayunamos, hacemos las mochilas
dejando el material de vivac extendido en la cabaña y partimos siguiendo las
señales rojiblancas del GR11. en dirección noroeste. Inmediatamente atravesamos
el primer ramal del Barranco de Musarez y virando al norte abandonamos las
marcas del GR. por las citas que atraviesan el lecho principal del barranco y
se introducen en la pared. Son las seis y diez.
Sabemos que el “camino”, si lo hay,
transita por la orilla derecha del barranco. Por tanto, no nos lo pensamos
demasiado y tomamos de frente y para arriba. Se trata de una pared herbosa
bastante inclinada y consistente que permite el paso por cualquier parte. No
nos importa perder las citas pues ya aparecerán y así es: aparecen enseguida
sin buscarlas y además ciertas trazas de camino; por tanto, mejor que mejor.
En el Primer Resalte der la pared.
La vía discurre de manera natural
ascendiendo fuertemente y con lógica. Es algo que hemos hecho muchísimas veces
y que aquí va perfectamente: hay que subir 1400 metros .
La mañana es espléndida y nosotros
tomamos nuestro ritmo de crucero, entramos en calor y subimos. En la primera
hora ascendemos 500
metros de desnivel y alcanzamos un minúsculo rellano
algo inclinado y cubierto de cantos rodados de mármol blanco, bajados a vueltas
de las Marmoleras de Labaza. Estamos a 2300 metros de altitud
y el barranco viene de más arriba pero es algo que no nos preocupa ya que
llevamos agua desde abajo.
Continuamos con un fuerte resalte
que vamos a abordar un poco al oeste del barranco al que hemos ido a parar. Un
lomo morrénico nos saca del lecho del mismo y que se encuentra ocupado por un
nevero residual, nos coloca sobre un resalte rocoso muy escalonado y que se
puede subir por cualquier parte.
Segundo Resalte hacia el Corredor de la Moskowa
Vamos primero hacia la base de un
potente espolón rocoso que es el nacimiento de la arista sur del Pico
Cerbillona. Luego progresamos de nuevo hacia el centro del circo a través de
una zona de placas de mármol sobre las que flota una inconsistente capa de
materiales muy sueltos que dificultan la progresión de manera considerable.
La mañana se refresca un poco, cae
la segunda hora y estamos a 2700
metros , lo que supone que en esta segunda hora hemos
subido 400 metros
con lo que alcanzamos el nivel de los neveros en la vertical del frontón de las
Marmoleras de Labaza y enseguida el último rellano en el que nace, en dirección
nor-noroeste, el esperado Corredor de la Moskowa.
La nieve esta un poco dura, algo
normal a esta altitud y a estas horas a pesar del cálido tiempo general del que
disponemos, por lo que decidimos ponernos los crampones cómodamente sentados.
Se me rompe una de las correas del
primer crampón que reparo con un cordón
de bota que llevo de repuesto y para terminar se me rompe la hebilla del otro,
de tal forma que además de perder algo más de veinte minutos y de terminar con
los crampones pésimamente atados, no tengo seguro poder pasar el corredor. Este
cúmulo de miserias me ha contrariado bastante y me ha puesto un tanto nervioso.
¡Cómo no!
El Corredor de la Moskowa.
Se nos ha hecho fresco en la parada,
hemos mal comido unas barritas energéticas pero con todo, lo peor es que
aparecen las nieblas por arriba.
Me he puesto el forro y no me va a
sobrar en la subida del corredor. A Rosa se le hará fresco en mangas de camisa.
El corredor tendrá en estos momentos
alrededor de 300 metros
de nieve y cuenta con un estrangulamiento central. La primera parte se va
empinando paulatinamente hasta alcanzar los 35º de inclinación que subimos por
su parte centroderecha hasta alcanzar la rimalla bajo el estrangulamiento.
El estrangulamiento es más largo de
lo apreciado y algo más erguido: tendrá por encima de 75 metros de desnivel y
la pendiente pasará de los 45º. A pesar de ello mis crampones resisten y la
dureza de la nieve permite una buena ascensión. La parte derecha del mismo
ofrece algunas alternativas a base de la rimalla y la roca. Luego, el corredor
se abre en principio igualmente erguido limitado por los paredones de su
izquierda que se cierran sobre la cabecera del mismo con sus dos falsas
salidas.
Por la rama izquierda es más fácil el acceso a la arista.
Nosotros nos vamos paulatina y
totalmente a la derecha del corredor, lugar por el que se suaviza un pelín la
pendiente llevándonos directamente al final de la nieve en la que nace un estrecho
corredor rocoso con una placa rocosa lisa y característica en su parte superior
derecha.
Nos introducimos en la rimalla, nos
quitamos los crampones cómodamente, echamos un trago de agua y nos vamos para
arriba.
El corredor tiene dos ramas: la derecha
tiene un largo paso que me extraña un poco y en el que tengo que ayudar a Rosa.
Luego, descompuesto y fácil nos conduce a la brecha de la placa característica.
Estamos sobre los 3000 metros de altitud
y desde la arista se contempla un laberinto monumental y complicadísimo tras el
que aparece la Aguja
Sudoeste de la Cerbillona. Es del todo imposible flanquear
directamente desde aquí, la verticalidad y complejidad de la pared son escandalosas y, por tanto, hay que seguir
por la arista.
La roca está un tanto descompuesta y
se estrena con una pared que será, como poco, de tercero y que a mí no me
consta. Por lo tanto bajo un poco y busco la posibilidad de introducirme en la
rama izquierda del corredor que se ha abierto por debajo del paso largo.
Hacemos una travesía no demasiado
expuesta sobre un pilar muy vertical pero con buenas presas y alcanzando el
fondo del corredor ascendemos fácilmente de nuevo hasta la arista en la que nos
recibe una cita.
Aguja Sudoeste de la Cerbillona desde la Arista Sur.
La mañana se está estropeando y las
nieblas inician sus consabidos juegos con el ascensor. Un pequeño rellano en la
arista que se yergue de inmediato es la continuación para iniciar enseguida un
flanqueo ligeramente al este, pero de momento no se observan dificultades
además que van apareciendo discretos tramos transitados y alguna que otra cita
que facilitan el tránsito por una pared bastante descompuesta y que nos resulta
bastante familiar: la de pasos que habremos dado en laderas y pedreras como
ésta.
Las nieblas son ya otra cosa pues
bajan decididamente a por nosotros mientras dudamos entre ir hacia el Collado
de Lady Lyster en travesía hacia el este o ascender directamente a la cima del
Cerbillona. Finalmente transitamos en travesía hacia el collado por encima de
los paredones de la Moskowa
ya que es el mejor camino dentro de un medio tan descompuesto puesto que no
estamos para despilfarrar esfuerzos inútilmente.
Nos engullen las nieblas y enseguida
alcanzamos el Collado de Lady Lyster situado a 3200 metros de altitud
cuando son las nueve y media de la mañana.
El rellano superior del Glaciar de
Ossoue está lleno de nieblas y apenas y de forma intermitente podemos localizar
el Clot de la Hount ,
la Pique Longue
y el Pico Central. Llega Rosa y tomamos un transitado camino que recorre las
cimas del circo. En suave ascenso y en dirección oeste alcanzamos enseguida el
Pico Cerbillona a 3247
metros de altitud.
Glaciar de Ossoue desde la Cima de la Cerbillona.
Desde la cima no se ve nada y corre
una ventolera absolutamente glaciar, así que, bajamos unos metros sobre la cara
nordeste y nos sentamos a comer un poco tratando de resguardarnos del viento y
esperando que las nieblas se disipen.
Hay momentos que ni siquiera vemos
ninguno de los dos collados próximos y claro, se nos pasa una hora
decididamente fresca, pero lo más importante es que las nieblas siguen dueñas
de la situación y el tema de bajar a pisar las Agujas de la Cerbillona y del Clot
de la Hount
cada vez está más difícil e imposible
con estas nieblas. Ni siquiera acierto a precisar la situación de la Sudoeste de la Cerbillona desde la
cima en un momento en que quieren clarear y mucho menos la vía de acceso. Las
agujas requieren de buen tiempo y eso es precisamente lo que más nos falta.
Adios Agujas.
Lo veo claro: este macizo está
resultando medio maldito para nosotros; cuatro veces hemos estado y en ninguna
de ellas nos han faltado las nieblas.
Pico Central desde Cerbillona.
Tu frío y mi desencanto en las Grutas de Russell.
Clot de la Hount y Gran Vignermale desde la Cerbillona.
La nieve alcanza el nivel de la
entrada de las dos más bajas. Hacemos alguna foto y seguimos la huella hasta la
base de la Pique Longue
que es el lugar en el que se concentra el personal.
Hemos decidido subir antes de
marcharnos para abajo pues en tramos tan concretos las nieblas no son
selectivas. Así que, dejamos las mochilas aseguradas con los piolets y nos
vamos para arriba. Son las once de la mañana.
Las nieblas se disipan un poco y
ascendemos por cualquier parte sobre la pared del casquete somital de la Pique Longue , más
sencilla y menos descompuesta de lo que creíamos recordar. Son poco más de 100 metros que subimos
tranquilamente y charlando con un par de españoles a los que alcanzamos y a las
once y diez estamos en la
Pique Longue a 3298 metros de altitud. Las nieblas nos cubren
de nuevo y van dos de dos.
En la Cima de Vignemale con sus inseparables nieblas. Tres de tres.
La foto de cima sale con nieblas pero menos ya que, como no tenemos prisa, podemos esperar un poco. Luego se aclara algo y podemos hacer alguna foto de fortuna y recorrer la cima en busca de vistas.
Quince minutos más tarde nos vamos para abajo con las manos en los bolsillos y no es ninguna perogrullada. Bajamos junto a la gruta excavada bajo la cima con placa referente a Russell, cómo no, y entre tanto confirmamos la tendencia de las nieblas de juguetear alternativamente de unas cimas a otras del circo con lo que tomo la decisión de bajar el Glaciar de Ossoue, dejando para otra ocasión, si es que llega, el paso del Col de los Glaciares. Es nuestra segunda renuncia del día que no resulta tan dolorosa como la anterior a pesar de que en la mochila llevo kilo y medio de cuerda para el efecto.
Bajo el Pitón Carre.
Tomamos las mochilas y en dirección
sudeste atravesamos el rellano glaciar en busca del resalte. No es necesario
llevar puestos los crampones pero en el inicio del resalte hay un pequeño tramo
de hielo viejo tras el que hay un fuerte descenso sobre nieve muy blanda.
La Sur del Petit Vignemale.
La Nordete del Pico Mopnferrat.
No tenemos prisa y nos volvemos a
poner los crampones. Luego pasamos el obstáculo tranquilamente y vamos girando
al este bajo la cascada de grietas para alcanzar el final del glaciar siguiendo
la huella.
Parte Inferior del Glaciar de Ossoue.
Un camino entre placas metamórficas
nos hace confluir con el que sube desde el Embalse de Ossoue. Estamos sobre los
2500 metros
de altitud y con el camino ascendente giramos al nordeste. Van a ser 150 metros de desnivel
que se querrán hacer largos después de la jornada que llevamos pero ni siquiera
lo consiguen. A la una y media llegamos al Refugio de Baisellance situado a 2651 metros de altitud
poniendo fin a la jornada con 1700 metros subidos y 850 bajados.
Parece
ser, que las Agujas de Vignemale deben estar malditas para nosotros pues hemos
tenido que desistir de ellas por segunda vez y lo de las nieblas debe ser
consustancial con Vignemale.
A
la mañana siguiente las nieblas están apelmazadas en Gavarnie, el día será
espléndido y nosotros por el Collado de los Mulos nos bajaremos a San Nicolás
de Bujaruelo. Puedes ver la Continuación.