25 jun 2011

35-11. PICO BLANCO. 25-6-2011.

Pico Blanco desde el Umbral de Salarons.

Pradera de Ordesa, Barranco de Salarons, Clavijas de Salarons, Rellano de Salaraons, Collado Blanco y Cara Este. Descenso por le Camino de la Fajeta.

25-06-2011.

Salida 08 h. Llegada 17 h.

Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa del Pico blanco procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Blanco, negro al contraluz pero nunca Royo que significa rojizo o rojo si no es visto desde su Collado norte y de allí debió de salir el nombre que ostenta en algún mapa. Se trata de una pirámide de calizas claras pero de cualquier manera hace tiempo que quería visitarlo pues siempre cae a desmano cuando transitas por las cimas fronterizas de Ordesa.

            El Pico Blanco no es un tresmil y consecuentemente goza de la más absoluta de las ignorancias montañeras. Poco conocido y poco visitado ofrece una dosis extra de la bendita soledad montañera que, incluso en Ordesa, también la hay para los que gusten de buscarla y disfrutarla.

            No soy amigo de buscar muchas referencias para ir a las montañas. No sé si las habrá de este pico pero yo no tenía ninguna. Lo único que sabía era que su precio estaba por encima de los 1600 metros de desnivel: se trataba de un pico “vulgar” con precio astronómico.

            Es 25 de Junio de 2011, festividad de Santa Orosia, son las ocho de la mañana cuando aparcamos en la Pradera de Ordesa a 1300 metros de altitud. El aparcamiento está muy lleno y la mañana es absolutamente tórrida.

            Hemos de caminar volviendo atrás por la carretera alrededor de medio kilómetro para tomar en dirección norte el Camino de Salarons. ¡Cuántas veces no hemos recorrido este camino!

            Atraviesa el bosque mixto asentado en la orilla derecha del Arazas en el que destaca la presencia de hayas y abetos.
 
Tozal del Mallo.

            Transitadísimo, vuelta a vuelta gana altura de manera consistente, alcanza la zona de pino silvestre desde la que volvemos a contemplar, espectacular como siempre el Tozal del Mallo y nos sitúa en el Abrigo de Troncos en el que un grupo de paseantes recupera el aliento perdido en no se sabe bien qué vuelta.

            Hay mucha gente delante  desperdigada por el camino y que despachamos con un  ¡Hola! y otro ¡Adiós! Hasta que alcanzamos la entrada a la Faja Racón, esa que estaba el invierno pasado cubierta de hielo y que dejáramos compuesta y sin novios.

            En tres cuartos de hora  estamos cogiendo agua del Barranco de Salarons por llevar una poca e iniciamos la lazada hacia el Tozal a través de una ladera cubierta de enebros, genistas y asfódelos ya pasados en la que un sabio camino se aproxima a las paredes del circo.

Entrada a la Fajeta.
 
            Dejamos atrás a un grupo que va a la Faja de las Flores y decidimos subir por las Clavijas de Salarons por lo que el camino todavía dará una lazada más al norte en ascenso para situarse en la base de la pared.


            Las clavijas que están instaladas en dos tramos sucesivos, permiten la subida de  un vago espolón de tres secciones separadas por unas cortas fajas inclinadas.

Clavijas de Salarons.
 
            Las primeras, serán media docena,  permiten subir una grada de calizas ocres de alrededor de diez metros de altura medianamente inclinados que han sido anunciados previamente por un primer resalte erguido y escalonado que sirve para poner en antecedentes al personal.

Oreja de oso.
            Unos metros sobre una faja de verdura nos llevan a la base de la segunda sección de clavijas. Serán alrededor de diez de ellas las que permiten salvar un resalte vertical de alrededor de 15 metros de altura y en las que el personal se duerme pues no es camino para novatos. Yo prefiero contemplar unas preciosas orejas de oso que en mitad de la pared han florecido con la segura ignorancia del personal que tiene ocupadísimas sus manos y los ojos en las clavijas y el cerebro vertiendo adrenalina a pozales. Cada cual disfruta a su manera y a mí me gusta Ordesa más que a un tonto un lápiz.

            Una nueva faja de verdura conduce a un tercer resalte medianamente inclinado que no requiere de equitación y que termina en la cabecera del espolón sobre el que la ladera se amplía y se arrellana. Hemos pasado de los 2000 a los 2100 metros.
 
Una delicatesen en los Rellanos de Salarons.

            A la sombra se sube bastante bien y a ritmo, Ordesa es de esos lugares en los que se sube a 500 metros por hora. A las diez de la mañana llevamos ya 1000 metros entre pecho y espalda, hemos transitado el Umbral de Salarons y con ellos alcanzamos el inicio del Rellano de Salarons e inmediatamente la entrada a la Faja de las Flores.

 
            Los Llanos de Salarons están articulados en cinco escalones. El segundo de los de hierba y más  amplio es llamado Aguas Tuertas en las que el barranco describe los clásicos meandros establecidos en una jugosa y húmeda turbera alimentada todavía por neveros residuales y en los que pacen amigablemente el sarrio y la marmota. Desde aquí contemplamos nuestro objetivo.

            El paso a los dos rellanos superiores de verdura se hace por medio de una vira semioculta en mitad de la pared del escalón.

Pico Blanco desde el Rellano Superior. Atrás Taillón.
 
            Adelante queda el rellano final y más amplio de todos situado a 2400 metros de altitud y en ausencia de pratenses se encuentra alfombrado de calizas grises muy erosionadas en cuyas entrañas se sumergen las diferentes escorrentías que salpican el circo y que está conformado de oeste a este por la Pared de los Gabietos, el Taillón y el Pico Blanco. Atrás han quedado al oeste el meteorizado y ocre Mondarruego y el espléndido Gallinero o Salarons al este.

            Cruzamos el rellano en busca del barranco que baja del Collado Blanco y nos sentamos a almorzar. Son las diez y cuarto pasadas.


            Poco después tomamos la pared del circo y por la orilla derecha del barranco nos vamos para arriba. Hay algún hito y débiles trazas de camino que salvarán el primer tramo de pared para luego abrirse hacia el noroeste en busca de los Gabietos o proseguir al nor-nordeste con la vista puesta en el Collado Blanco.

            El repecho se afinca después de almorzar pero 100 metros más arriba nos ofrece un descansillo y la posibilidad de acceder al barranco todavía cubierto por potentes neveros residuales.

            Nos aproximamos al mismo bajo la vigilancia de la espléndida y a la vez siniestra al contraluz cara noroeste mientras montamos nuestra estrategia consistente en subir por la orilla izquierda del corredor, ahora en dirección nordeste, para progresar lo máximo posible fuera de la nieve, sobre todo en el resalte intermedio que está bastante erguido.

Collado Blanco.
 
            La nieve está buena, se deja hollar con relativa facilidad pero pretendemos dejar dormir los crampones en los fondos de las mochilas. Por ello tomamos el camino que a tramos aparece sobre las pedrizas de calizas claras y atravesando lenguas de nieve tomamos un dorso limpio y nos vamos hasta muy arriba.

            Luego una corta travesía hacia el centro del corredor nos coloca en la pedriza somital bajo el collado al que llegamos pasadas las once y media.

La Norte del Pico blanco desde el collado.
 
            Estamos a 2800 metros de altitud, el collado nos muestra un amplio horizonte cerrado al norte por un potente paredón de calizas ocres perteneciente a la Cara Sur del Taillón y girando al este aparece el Dedo de Bazillac con la Falsa Brecha, el Pico Bazillac, la discreta desde aquí Brecha de Rolando y el Casco invitado de lujo de las Tres Sorores. Ya más abajo, la boca de la Gruta de Casteret, el Descargador y los Llanos de Millaris.

            Aquí ya había estado, siempre de paso, pero no recordaba la espléndida y salvaje Cara Norte del Pico Blanco que confirma mis dudas sobre el acceso final a la cima. La cara noroeste vestida de salvajes paredones se había encargado de alimentar mi incertidumbre.

            Pero la, poco visible desde aquí, cara este del pico me hace concebir esperanzas pues hacia ella se dirige un tenue caminillo débilmente marcado en la pedriza.

            El caminillo conduce a una pequeña brecha lateral situada al este de la arista de la que se ha separado. Allí  nos muestra una amplia ladera, a través de la cual se va suavemente para arriba en dirección oeste, ahora a través de un amplio corredor relleno de basura.


            Hay que elegir los tramos donde afloran las calizas grises firmes para progresar con comodidad y fácilmente hasta la alargada cima del Pico Blanco Situado a 2925 metros de altitud cuando son las doce menos cuarto de la mañana.

Contraste de calizas en la sudoeste del Taillón.
 
            En la cima no corre ni la más mínima brisa. Estamos bajo un inenarrable cielo azul en el que pastorea como nunca un solazo que abrasa un espectacular paisaje conocido y nunca por ello dejado de admirar. Se trata de un balcón ciertamente interesante a pesar de que  sus horizontes norte y este le dominan en altitud. A pesar de ello cabe destacar la imagen global que ofrece del Oeste de Ordesa y una fabulosa visión de la Falsa Brecha. Hay que descontar de su haber una, solamente, discreta vista de la Brecha de Roldán compensada perfectamente con la remota imagen del inconfundible Gerbats asomándose discreto a la misma.

Collado Blanco y Taillón.

            Un cuarto de hora después nos vamos para abajo patinando dentro de lo posible sobre la pedriza y alcanzando de nuevo el Collado Blanco nos sentamos a comer cuando son las doce y cuarto.
 
Comiendo Bazillac en el Collado Blanco.

            Nos lo tomamos con calma, recordamos variados momentos, siempre agradables de nuestras estancias y pasos por las zonas visibles que son muchas y alrededor de la una nos vamos para abajo.

            Entrados al corredor buscamos la nieve que hemos tratado de evitar a la subida y que nos va a permitir un descenso rápido y relajante para nuestros pies. Solamente hay que tener en cuenta algunas placas de nieve dura de rehielo que no se dejan hollar satisfactoriamente por los redondeados cantos de las suelas de nuestras botas y para esas contingencias no hemos de servir con un bastón.


            El resalte intermedio lo descendemos con cuidado y de allí para abajo patinamos todo lo posible  recorriendo el barranco hasta el límite final de la nieve que se situará sobre los 2500 metros de altitud.

            Salidos de la nieve tomamos la ladera por la izquierda del barranco y nos bajamos hasta el Rellano Superior de Salarons o Sorres de Salarons.

Torre Lassus.
 
            Cruzado por medio el rellano, hacemos fotos en el enorme pilote de piedras junto al que hay una leyenda grabada que dice algo alrededor de 1900 y buscando la sombra del abrigo situado al oeste del rellano nos quitamos las mochilas, mi chica se soleará un rato y yo acaloraré a la sombra disfrutando como un infante recién bañado.

            Con cuarenta minutos de solario hay más que suficiente y son las dos y veinte cuando reemprendemos la marcha.

            Atravesamos los escalones del Rellano de Salarons, pasamos junto a nuestro lugar de campamento familiar  en la Surgencia del Mondarruego y ya en diagonal buscamos la cabecera del Umbral de Salarons lugar en el que tras contemplar la Faja de las Flores y su característico además de conocido puente natural.

Las Clavijas desde la Fajeta.
 
            Tranquilamente nos bajamos hasta el inicio de las paredes del circo y allí tomamos el  espolón sobre el que se desarrolla el Camino de la Fajeta tras echar una visual sobre la Vía de las Clavijas.

            Se trata de una vía, a nuestro entender más fácil que la de las Clavijas y que se desarrolla en la ladera derecha del Barranco de Salarons. Es una pared muy inclinada pero perfectamente escalonada que se pasa con bastante comodidad.

Fota clásica para el recuerdo de la Fajeta.
 
            Perdidos los 50 metros superiores, el camino se va ligeramente al oeste en busca del vértice del espolón donde hay siempre una foto para el recuerdo e inicia el primer tramo horizontal de camino en medio de las verticales placas de la pared. La senda es ancha y cuenta con una sirga quitamiedos.

Corona de rey en flor sobre las placas de la Fajeta..

            La senda alcanza el fondo de un corredor por el que se pierden unos metros  y de nuevo en horizontal alcanza el saliente de una nueva proa para proseguir también horizontalmente  con la segunda tramada horizontal, de nuevo en una pared similar a la anterior, pero sin quitamiedos y que nos parece  más delicada ya que la senda no está tan limpia ni es tan amplia como en el tramo defendido. El Camino de la Fajata es ciertamente espectacular.

Escalones de gigante debajo de la Fajeta.
 
            Luego la senda sale de la pared y se introduce en la ladera herbosa hasta coincidir con la Vía de las Clavijas.

            De allí para abajo nada más nos queda que seguir la senda abrasados por el sol que en este circo y en el día de hoy es de auténtica justicia.

            En la cascada cogemos agua que mezclamos con la nieve que remos recogido arriba y que nos viene al pelo, para continuar después de echar un cumplido trago, en busca de la sombra que el pinar nos ha de proporcionar unos pocos minutos más tarde.

            Debajo del Abrigo de Troncos, alcanzamos a la pareja del día a la que hemos indicado camino a los Gabietos y que hemos saludado mientras descansábamos a la sombra en Salarons. Serán los únicos con los que hemos hablado más arriba del Umbral de Salarons, la multitud ha deambulado de allí para abajo.

            Son las cinco de la tarde cuando llegamos al Aparcamiento de la Pradera con ganas, han sido 1650 metros de desnivel en una jornada absolutamente tórrida pero a pesar de que unas temperaturas tan elevadas no facilitan excesivamente la labor, Ordesa siempre compensa.

            Luego, damos una vuelta por el Centro de Interpretación de Torla que mi chica no había visitado y hasta la próxima que probablemente no tarde demasiado pasadas las aglomeraciones del verano.

Para ver más fotos.

 

           

           

           

           

   

                         

 

  

   

19 jun 2011

34-11. CIRCULAR A PUNTA TORTIELLAS. 19-6-2011.

Tortiellas desde Canfranc Estación.

Canfranc Estación, Olla de Estiviellas, Paso del Sarrio y Arista Sur. Descenso por Arista oeste, Gruta de Lecherines, Lechería Bajo, Gabardito y Canfranc Viejo.

19-6-11.

Salida 9 h. Llegada 17 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Tortiellas procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Hace ya algunos años que hiciéramos Punta del Aguila. Dirigía las operaciones Miguel Lanaspa y el proyecto consistía en subir por la arista norte a Tortiellas. Una llamada telefónica abortó el proyecto aquel día. Años después, en el 2008 volveríamos para hacer la Cuca y se aparcó en nuestra mente el Paso del Sarrio. Queríamos conocer el paso y queríamos alcanzar Tortiellas por el norte ya que por el sur habíamos estado alguna que otra vez.

            Con el tema de la Quebrantahuesos nos acostamos tarde y claro el 19 de Junio de 2011 no madrugamos gran cosa; así que, tras renunciar a otros proyectos para el día, es las nueve y media de la mañana cuando aparcamos a la salida de Canfranc Estación en el aparcamiento de  la entrada del Túnel Ferroviario a 1180 metros de altitud.

            Una red de senderos perfectamente indicados recorre la ladera oeste del Valle de Canfranc, también la este. Se trata de los viejos caminos de servicio que se establecieran al objeto de facilitar la ciclópea obra de las defensas del valle contra la nieve. Tomamos el camino que conduce a la Olla de Estiviella  y que mediante suavísimas lazadas, que se hacen interminables de puro llanas, se orienta hacia el este.

            Enseguida he de bajar pues creo, como así será, que he dejado las luces de la furgo encendidas. Así que bajo al trote, vuelvo a buen paso y entro en calores sin remisión en una mañana estupenda en la que no hay ni el más mínimo rastro del viento del oeste de ayer.

            El camino transita un bosque muy mixto en el que abundan desde el haya hasta el arce pasando por toda suerte de caducifolias y cómo no el pino silvestre además de otras lindezas de repoblación incluidos los alerces que me pintan una sonrisa en los labios y me llenan de cosquilleantes y entrañables recuerdos alpinos.


            Poco a poco, el camino se introduce en el Barranco de Estiviellas y tras enseñarnos un par de suntuosos diques  nos muestra la ciclópea cascada de la Olla de Estiviellas sobre los 1500 metros de altitud.

            Hay que salir de la misma y de ello se encarga el camino que se separa del barranco hacia el norte y mediante lazadas desarrolladas en terreno algo más árido alcanza la cabecera de la olla y de nuevo vuelve al barranco sobre los 1600 metros de altitud.

Olla de Estiviellas.

            Tenemos la opción de proseguir camino arriba en dirección noroeste que nos conduciría a la Cuca y de allí faldear horizontalmente el Borreguil de la Cuca  o poner directamente rumbo al Paso del Sarrio y amén.

            La decisión está tomada de antemano: llegados al barranco, cogemos agua y nos vamos de frente para arriba por la orilla izquierda del mismo. Hay un poco marcado caminillo que nos indica que no hemos sido los únicos que hemos tomado esta opción.


            Ascendemos en dirección sur una medianamente inclinada ladera cubierta de verdura espesa nacida al amor de los muretes de piedra practicados para abancalar la ladera. En ellos se ha detenido la tierra y el agua ha hecho el resto. El avance no es demasiado agradable ya que bajo la hierba el irregular firme no lo pone siempre cómodo pero subimos a buen ritmo y alcanzamos la Fuente del Centenario en la que coincidimos con un montañero local que ha subido a almorzar.


            Estamos a 1800 metros de altitud y la ladera se empina ligeramente para conducirnos  a la zona en la que hay instalados dos potentes muros de contención que atravesamos guiados por balizas amarillas y blancas. Las paredes de Tortiellas están sobre nuestras cabezas.


            Todavía ascenderemos un poco más hasta alcanzar una zona en la que las defensas son metálicas y están a medio instalar a juzgar por lo que vemos, pero ya estamos próximos al paso y unas preciosas placas calizas verticales nos indican que hemos de derivar un tanto al sur.

Los cuatro collados del paso del Sarrio.

            Son las once de la mañana cuando alcanzamos el Paso del Sarrio situado a 2030 metros de altitud. Bueno, no sé si es el Paso del Sarrio, pero para empezar no es un collado sino un hombro en la arista que en dirección este nordeste limita el Borreguil de la Cuca. Allí hay una vieja cabaña de piedra, perfectamente colocada pero destrozada sin oficio ni beneficio. Unos metros más abajo está una especie de antena sobre casetón metálico que es lo que se contemplaba desde el barranco.

            Delante de nosotros al este tenemos un profundísimo barranco que se pierde en la Presa de Ip y al noroeste un paretazo acongojante. La conclusión es evidente hay que echar la vista al sur aunque no tenga ninguna buena pinta.


            A primera vista te dices que por allí no puede ser pues al menos las cabeceras de dos o  tres barrancos cortan el paso. Pero enseguida recuerdas que estás en un camino balizado y… por allí hay una baliza un tanto deteriorada.

            Habrá algún corredor oculto por el que el camino gire y ascienda hasta la arista… pero no. Un caminillo cruza una rampa de verdura, atraviesa en suave descenso un primer corredor y alcanza una pequeña brecha sobre un pilar asentado en el barranco principal.

            La brecha también cubierta de verdura nos enseña otro nuevo corredor, más amplio e igualmente escabroso al que hay que bajar en suave descenso, atravesarlo y ascender un vertical y estrecho corredor  lateral relleno de verdura. No tiene buena pinta pero hacia abajo nos vamos.

            Realizado el cuidadoso descenso y  la travesía del corredor advertimos que las balizas transitan fácilmente por la orilla izquierda del corredor lateral y que para nada hemos de tocar la verdura.

            Alcanzamos una segunda brecha, también cubierta de verdura desde la que  contemplamos un subsiguiente corredor  con una ladera de salida rellena de calizas claras que todavía no es el final ya que tenemos horizonte posterior más atrás.

            Descendemos ligeramente, atravesamos un nuevo corredor y siguiendo algunas desperdigadas balizas superamos la cascajosa ladera, siempre buscando los tramos más cómodos ya que es amplia y se puede elegir.

            Desde el lugar de la rampa al que hemos llegado, esta se prolonga muy inclinada y en dirección noroeste encumbrándose hasta la arista pero estamos dispuestos a recorres el Paso del Sarrio por donde es debido y  sin variantes.

            Ascenderemos a media ladera una rampa mixta  que se aproxima a la arista y nos deposita en la brecha en la que termina el Paso del Sarrio.

            Estamos a 2150 metros de altitud y en la cabecera del corredor que siempre dejamos a nuestra derecha en el último resalte, cuando subimos a la Gruta Helada de Lecherines. Al frente tenemos la majada de Lechería Bajo y la Madalena cerrando el horizonte. Más al oeste el Refugio Lopez Huici en la Majada de Lecherín Alto, los Mallos de Lecherines y el Pico Lecherines.

            Todo cuadrado ya, no queda más que tomar la arista en dirección noroeste y esquivando las defensas artificiales que pueblan toda la arista de Peña Blanca irnos para arriba tranquilamente tratando de aprovechar la tenue brisa que quiere empezar a mover. Van a ser las doce.

            La arista es fácil y todavía más si transitas la vertiente oeste por las inmediaciones de la misma. Esta conformada por un primer promontorio de calizas claras y me surge la duda de si se trata de Peña Blanca o Peña Blanca es la cota que se encuentra inmediatamente al sur de la brecha por la que hemos pasado.

La Sudeste de Tortiellas.

            Tras un imperceptible descenso de nuevo afrontamos el ascenso de un siguiente resalte ya algo más consistente y en el que, a toda cresta, hay que apoyar alguna mano.

            Desde la cresta contemplamos sucesivamente tres promontorios  que se van elevando poco a poco uno tras otro pero no vamos a seguir la creta sino que vamos a emprender una travesía rectilínea que nos permitirá ascender suavemente aunque haya que atravesar por medio la enorme placa de calizas ocres que cubre la ladera oeste de la Antecima Este de Tortiellas, tan característica y tan visible desde el sur.


            La placa que es muy lisa, está bastante cuarteada aunque no sea necesario ya que es poco inclinada y las calizas ocres son extraordinariamente adherentes, el tránsito resulta absolutamente cómodo.

En la Cima de Tortiellas con los mallos de Lecherines y Lecherines.

            Salidos de la placa solamente hay que proseguir en suave ascenso a través de la pradera alpina y alcanzar la cima de la Punta Tortiellas situada a 2364 metros de altitud. Son las doce y media de la mañana.

Atrás la Moleta.

            Desde la amplia cima cubierta de verdura se domina  al este el Borreguil de la Cuca, la Cuca y todo el Rellano de Tortiellas; detrás el Tobazo, Midí, Anayet y más atrás el Pirineo Axial desde el Anie por ejemplo hasta Panticosa. Al sur la Moleta encantadora y solitaria, “soleta”, el Circo de Ip y Collarada dan paso al la Depresión Interior vigilada por Oroel. Al oeste toda la zona de Lecherines, Mallos y Pico y el Sombrero que se asoma en la cabeza. Comemos delicioso paisaje conocido al sol de la mañana que seca nuestras sudadas espaldas. De postre le damos un bocado al Caperan de Sesques  y a la Cresta de Arrious, el Lurien es mucho tomate.

Mallos de Lecherines.

            Pasadas la una nos vamos hacia  el oeste con la intención de llegarnos hasta la Punta de la Garganta de Borau y bajarnos por Tortiellas en circular.

            Aparece el potente paredón de la misma que creía recordar y como no estamos por la labor de perder muchos metros para volverlos a recuperar de inmediato, cambiamos el chip y nos vamos para abajo en busca del Barranco Aguaré, saldremos por Canfranc Viejo y… de paso recorreremos un camino que solamente conocemos en invierno.

Hacia la Cueva de Lecherines.

            Tomamos la amplia arista sur con dirección al Gendarme de Lecherines y nos vamos tranquilamente para abajo por la cómoda pradera alpina hasta el Cuello del Gendarme. Allí abandonamos la arista, nos orientamos al sudoeste y nos introducimos en el vallecillo en el que se encuentra la Gruta Helada de Lecherines.

            Localizamos flor de nieve de la temporada a medio madurar y tranquilamente nos llegamos a la boca de la gruta en la que hay un par de franceses.

            Son las dos de la tarde, estamos a 2050 metros de altitud y el hielo interior ha desaparecido prácticamente con la excepción de la base de la columna  de la parte oeste. Hacemos una foto en el nevero de entrada, todavía persistente y nos vamos en busca del corredor de descenso.

            Hemos de recorrer la irregular cubeta mezcla de afloraciones calizas y retazos de fresca pradera alpina que nosotros conocemos muy alisado y relleno de nieve.

            Ya en el corredor bajamos el primer resalte por un caminillo marcado en la pedriza de calizas claras hasta que, bajo el mismo contemplamos el corredor que orientado al norte conduce a la brecha en la que finaliza el Paso del Sarrio, lugar por el que hemos pasado antes.

            Luego proseguimos para abajo por un corredor mucho más angosto e irregular que en invierno hasta alcanzar el punto donde se amplía y en consistente descenso se incorpora directamente a la Majada de Lechería Bajo.

            Atravesamos la majada en dirección sudoeste y nos acercamos  a las Cabañas de Lecherín Bajo ya que son dos. Estamos sobre los 1700 metros de altitud.

            Allí encontramos a una pareja de montañeros que yo había localizado en Punta Tortiellas mientras subíamos la arista. Charlamos un rato y nos vamos para abajo cuando son las tres de la tarde.

            Llevamos ritmos similares y enseguida nos juntamos, pues nos detenemos a coger unos suillus, algunos de los cuales ya empiezan a pasarse.

            Reanudamos la conversación y ya, juntos nos vamos para abajo siguiendo las balizas rojiblancas que hemos tomado en la Majada Baja.

Lilium en el Aguaré.

            Hemos bajado la parte alta del pinar por la orilla derecha del Barranco Aguaré, también puede hacerse por la izquierda y al llegar a Gabardito optamos por tomar el camino bajo que es más directo que el que pasa por la Cabaña de Gabardito.

En Gabardito.

            Tras contemplar la preciosa imagen del Circo de Ip desde la majada alcanzamos la pista que sube desde  Villanúa, cosa que nos confirman nuestros compañeros que parecen buenos conocedores de la zona.

            Agradecen nuestros pies el paso sobre la superficie uniforme de la pista  y nosotros la sombra que el pinar nos propicia pues el día está resultando extraordinariamente caluroso. Echamos un trago en la fuente de la pista y vamos tomando algún que otro atajo a la misma como procedimiento para abreviar el descenso.

            Poco después entramos al Barranco de los Meses. Pasamos sin detenernos por la discreta Fuente de la Paja situada en la pared de la orilla derecha del barranco y tomando algún atajo de un camino que a pesar de la inclinación del mismo tiene una progresión muy suave.

            Ya bastante abajo pasamos junto a la zona de escalada y pasamos el barranco por un puente de obra. Luego por su orilla izquierda terminamos descendiendo el barranco y alcanzamos la carretera frente a las ruinas de la Iglesia de Canfranc Viejo.

            En el aparcamiento próximo nos despedimos, no sin desechar el ofrecimiento de nuestros compañeros para acercarnos hasta Canfranc Estación. Son las cuatro pasadas.

            Estamos a 1050 metros de altitud la parte alta del pueblo, mi chica se queda con las mochilas mientras yo me voy carretera arriba con un solazo de la leche y un repechón considerable. Son cuatro pesadísimos kilómetros al tórrido sol de la tarde, pues además hay que pasar de punta a punta Canfranc Estación que es un pueblucho por definición muy largo, más ahora con la zona de la boca del Túnel Carretero.

            A las cinco de la tarde llego al coche, finiquito los alrededor de 1350 metros de altitud. ¡Que bien se está en la furgo a pesar de que está calentita!

            Luego recojo a mi chica y nos vamos para casa. La ducha vendrá hoy mejor que nunca pues los pies se quejan descaradamente. 

           


   

 


 

              

           

12 jun 2011

33-11. LA ARISTA DE ALANO. 12-6-2011.

 
Sierra de Alano desde el oeste.
 
Llano de Tatxeras, Paso de Tatxeras, Collado del Rincón y Arista Norte de la Punta del Rincón de Alano. Descenso por la Arista de Alano. Punta Mazandú, Agujas de Alano y Paso de Tatxeras.

12-06-2011.

Salida 08 h. Llegada 14 h.

Mixto.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Alano procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Creo que se puede afirmar sin lugar a dudas que la Sierra de Alano vista desde la vertiente de Tatxeras es el lugar más espectacular, además de emblemático del Valle de Ansó. La recorres con la vista,  la fotografías como lo hace cualquiera que la ve, la atraviesas… hay que recorrerla aunque esa simple idea te llena de fatiga.

            El domingo 12 de Junio de 2011 estamos en Tatxeras, en Ansó sin tener que hacer la acostumbrada kilometrada. Son las ocho de la mañana cuando  nos metemos en camino a 1275 metros de altitud. La mañana está sencillamente espléndida.

            Atravesamos el Barranco Petraficha por el puente e inmediatamente tomamos el camino que en dirección sudeste se introduce en el hayedo. Asciende sostenida aunque suavemente y de forma lineal atajando a la pista que se eleva hasta las parideras superiores.

            El hayedo se va inundando de luz hasta conducirnos a la pradera alpina instalada a continuación y por encima del mismo, lugar en el que nos reorientamos al sur para alcanzar los rellanos en los que se asientan las parideras.
 
La Arista de Alano.

            Desde aquí contemplamos, deliciosamente iluminada, la sucesión de espléndidos paredones calizos que conforma la Cara Norte de la Sierra de Alano que es nuestro objetivo de hoy, y aunque solamente pretendamos hacer la parte oriental, no por ello dejamos de tener nuestras dudas acerca de conseguirlo.

Hacia el Paso de Tatcheras.
 
            Hemos subido hasta aquí a ritmo y tras una amplia lazada hacia la vertical del Achar de Alano nos elevamos directamente hacia el corredor que conduce al Paso de Tatxeras o de Chardalán.

Amapolas pirenaicas.
 
            Recordando la última ocasión en la que subiéramos este corredor todo cubierto de nieve dura y a golpe de crampón nos introducimos en el mismo y siguiendo una estupenda senda perfectamente establecida lo atravesamos y progresando junto a paredes de su derecha alcanzamos la salida rocosa del mismo.

Paso de Tatxeras.
 
            Una brecha caliza en la que hay establecido el paso nos permite alcanzar la parte superior del Paso de Tatcheras a 1905 metros de altitud. Son las nueve y cuarto de la mañana.

Detalle del Paso de Tatxeras.
 
            En el sur nos recibe el inicio del barranquillo que seguidamente se perderá corredor abajo sumergido en la gravera y que avanza por entre jugosa pradera alpina. Nada que ver entre las dos vertientes.


            Un caminillo sobre la hierba se abre enseguida en tres. Nosotros nos vamos por el de nuestra izquierda que tras girar poco a poco se orienta prácticamente al este con intención de recorrer el amplísimo valle colgado instalado entre las Puntas de Trasveral y Espelunga al oeste y el Rincón de Alano al este.

            Orientados por el contraluz de la luminosidad de la mañana  que se recorta oscura sobre el Collado del Rincón nos vamos valle adelante en suave ascenso.

            Poco más adelante rebasamos el lugar por el que nos encaramáramos a la Cresta Oeste de Peña Forca en otra recordada ocasión a la vez que perseverando en nuestro camino alcanzamos el lapiaz calizo del fondo del circo.

            Estamos recorriendo la llamada ruta de invierno a Peña Forca. La de verano va por la arista oeste del pico y ésta nos va a regalar con la incomodidad manifiesta que procede de atravesar el lapiaz limpio de nieve ahora y perfectamente alisado por la nieve en invierno.

            Damos algunas vueltas siempre en busca del camino más regular posible pero finalmente terminamos por abandonarlo hacia la ladera  sur de la Arista de Alano, lugar en que algunos caminillos se desarrollan de manera menos tediosa.

            En el momento que tenemos que decidir entre proseguir hacia el Collado del Rincón para reorientarnos luego al norte o ascender más directamente  hacia la Punta del Rincón de Alano nos vamos un poco por medio eligiendo nuestro propio camino en una ladera muy amplia y salpicada de asentamientos de verdura que buscamos sin duda.
 
Barranco Estribiella.

            Nuestra ruta nos conduce a las inmediaciones de una Cota achaparrada inmediatamente al norte del Collado del Rincón y que se adorna con un delicado resalte calizo. En la brecha al norte de la misma nos asomamos a Oza por el Barranco de Estribiella. Estamos sobre los 2250 metros de altitud.

La Sur del Rincón de Alano.
 
            Evaluadas las diversas posibilidades de acceso tanto al Achar de Alano como a Peña Forca, giramos al norte y nos vamos por la arista hacia el resalte inmediato que defiende al pico cuando se asciende por esta arista.

            Se trata de un resalte calizo sencillo que se puede ascender al gusto. Son unos pocos metros en los que unos simples apoyos de manos nos permiten alcanzar la suave ladera herbosa que nos conduce relajadamente e la cima de la Punta del Rincón de Alano a 2357 metros de altitud.

Sayestico y Chipeta Alto.
 
            Son las diez y media de la mañana y buscando en el inicio de la pared este un poco de abrigo  de la brisilla que corre por aquí, nos sentamos a almorzar. La Arista fronteriza de los valles ansotanos se corta invariablemente con paredones hacia el este y este pico no es una excepción.

            Contemplamos Peña Forca, el Achar de Forca, Lenito y cómo no el Castillo de Acher, más al norte Sayestico y Chipeta Alto para marcharnos hasta Petraficha y los Quimboas  que es donde estuvimos ayer.
 
Con Mendiko.
 
            Luego, llega un montañero con el que charlamos  e intercambiamos fotos y comentarios sobre los alrededores gracias a los cuales nos podemos identificar se trata de Mendiko un navarro usuario de pirineos3000 con el que charlamos un buen rato de la montaña y de conocidos más o menos comunes.

            Deseando volvernos a encontrar en el monte, el se va hacia Peña Forca y nosotros a por la Arista de Alanos, son las once y cuarto.

Inicio de la Arista para la vuelta.

            Un suave descenso a través de una ladera mixta de verdura clara y calizas sueltas nos conduce suavemente hasta un pequeño collado desde el que hay que ascender unos pocos metros para alcanzar la cima del segundo de los Mallos que componen la Arista de Alano.


            Se trata de una arista que se desarrolla en paulatino descenso, vestida de verticales paredes al norte separadas por brechas de las que nacen corredores que se cortan y laderas mixtas al sus en las que se puede elegir camino  solamente interrumpido por  salpicados zócalos rocosos fácilmente sorteables.

Tercer Mallo Oriental de Alano.
 

            En dirección oeste-noroeste pasamos tres mallos sucesivos, alguno de ellos coronados con citas de piedras y desde los que las miradas tanto a las vertientes y corredores contiguos son un auténtico deleite pues la orografía caliza es así.

En Punta Mazandu.
 
            Seguidamente alcanzamos la Punta Mazandú  acotada sobre los 2220 metros de altitud cuando son las doce de la mañana y nos las prometemos muy felices porque la Punta del Achar que emerge por encima de la arista que nos lleva al oeste parece próxima. La vista se va hacia el noroeste a contemplar las canaletas de Ruzquía con las que tenemos una cita pendiente y el valle hacia Zuriza.

            Pero no será así. La continuación nos lleva a coronar un par de mallos vestidos de calizas más ocres que lo general del medio y lugar en el que suponíamos iniciaríamos el descenso hacia el paso de Tatxeras.

            Tras los mallos de calizas ocres aparece una arista  que desciende hasta un collado en el que la arista practica un quiebro hacia el noroeste y nos presenta a la Agujas de Alano.

Mallos de Alano.
 
            Se trata de cuatro agujas seguidas y entrecortadas las tres del oeste.

            A la brecha entre las dos primeras del este se sube fácilmente. Estamos sobre los 2050 metros de altitud.

            La progresión a toda cresta tiene un paso bastante delicado y complicaciones varias por lo que tomamos un corredor orientado al sur y nos desmontamos para faldear las dificultades.

Trepando a la Aguja Central.

            Tras un corto faldeo en descenso y superada la brecha de separación iniciamos el ascenso a la tercera aguja a través de un corredor mixto bastante erguido pero ciertamente cómodo. Nos deposita tras superar alrededor de 40 metros  en la cima de la Tercera Aguja de Alano, quizás la más elevada que rondará los 2100 metros de altitud. Es la una del mediodía.
 
La Oeste de la Aguja Central de Alano.

            Pero todavía no se vendido todo el bacalao: en medio de la Aguja Occidental hay una brecha salvaje y no quedará otro remedio que descender por un corredor paralelo al de ascenso en el que hemos de emplear bastante las manos y descolgarnos luego por la ladera para alcanzar el cambio de pendiente de la brecha para contemplar otro corredor más que se pierde entre los verticales paredones de la cara norte de la sierra.

            Ascendemos por terreno similar a la aguja anterior y alcanzamos la cima de la cuarta aguja con ganas de dejar ya la misa. Todavía queda un pequeño tramo de arista en descenso y carente de dificultad que se coloca sobre la vertical del Paso de Tatxeras. Nosotros eludimos este final  y en suave descenso nos bajamos por pradera alpina en busca del Paso de Tatxeras.

            Por no dar un pequeño rodeo hemos de descender un tramo de pradera muy inclinado y perfectamente alfombrado de verdura corta que nos obliga a extremar las precauciones más que en toda la jornada. Tomamos la brecha y nos vamos corredor para abajo que es por donde hemos subido a la mañana. Es la una y media.

Punta del Achar bajando de las Agujas de Alano.
 
            El descenso del corredor no tiene otra historia que aligerar aunque no nos empuje la nubosidad que evoluciona más despacio de lo esperado.

Miosottis alpina o nomeolvides.
 
            Tras el corredor la pradera alpina y el hayedo que nos deposita en el Llano de Tatxeras cuando son las dos y media de la tarde. El descenso ha sido cómodo y rápido para poner fin a una actividad en la que, a pesar de las dificultades para calcular, no creo que hayamos movido menos de 1300 metros de desnivel.

            Enseguida baja Mendiko, ha aparcado su autocaravana junto a nuestra furgo. El marcha para abajo y nosotros nos quedamos a comer tranquilamente, luego vendrá la vuelta disfrutando relajadamente de una tarde en las que las tormentas no aparecerán como esperábamos.