23 abr 2012

24-12. PUNTA OESTE DEL COL MAYOU CREYENDO EN EL PIC D’ARNOUSSERE. 23-4-2012.

Punta Oeste del Col Mayou y Arnousse desde Somport.

Puerto de Somport, Cara Sur de Arnousse, Col Mayou,Arista este y Punta Oeste del Col Mayou.

23-04-2012.

Salida 08 h. Llegada 11 h.

Niebla.

Fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de la Punta Oeste del Col Mayou procedente de Prames. Vía en amarillo.
            No habíamos estado nunca en el Pic d’Arnoussere pues, totalmente en territorio galo, queda desgajado al oeste de la arista fronteriza y claro, en aquella tarde que hiciéramos la arista pues se quedó cerca, pero sin visita.           

            Hemos vuelto después con los esquís al Monjes en repetidas ocasiones e incluso al Benou y en estos días pasados habíamos renunciado al mismo repetidamente debido al mal tiempo, sin ir más lejos ayer mismo.

            Hoy 23 de Abril de 2012 esperando una ventana matinal de buen tiempo, que no se producirá, nos vamos a Arnoussere. Se trata de una subida “de libro” desde Somport y aunque no haga muy buen tiempo e incluso entre la Raca…


            Son las ocho de la mañana cuando nos estamos poniendo las polainas en las escalinatas del edificio de servicios que tienen los gendarmes en el puerto. Estamos a 1625 metros de altitud y le falta un pelo para echarse a nevar pues viene nevando por Estanés.

            Salimos pisando nieve consistente y no dura que nos va a permitir avanzar de momento sin los crampones. Ha helado un poco nos va a venir muy bien.


            En dirección norte iniciamos la marcha siguiendo la divisoria fronteriza  como procedimiento de no perder demasiada altura en el barranco que hemos de atravesar. Enseguida advertimos la entrada de las nieblas y la presencia de los primeros copos desperdigados.


            Tras unos breves sube y bajas iniciamos una larga travesía en dirección nor-noroeste para cruzar toda la enorme Pared Sur del Pic d’Arnousse. Vamos en busca del Corredor Sur del Col Mayou y nos guía el casquete somital del pico que comienza a aparecer copado por las nieblas.


            Primero en suave ascenso avanzamos hacia nuestro objetivo próximo que es el corredor pero nos va a costar un pelín ya que aunque nace muy abajo nosotros no tenemos intención de ir a buscarlo sino en diagonal ascendente, con lo que igual lo alcanzamos en la parte alta del mismo. De por medio hemos de ascender una primera pala que se inclina finalmente y nos conduce a un estrecho corredor cosa que hacemos después de ponernos los crampones.


            Nieva débilmente y tras subir el erguido  corredor hemos de realizar una travesía en nuestra dirección de tránsito para tomar otro corredor mucho más suave y amplio que el anterior que colabora en nuestra tarea de atravesar la Pared Sur del Arnousse.

Hacia el Col Mayou.

            Todavía tendremos que subir sucesivamente otros dos corredorcillos más con sus respectivas travesías en diagonal para alcanzar finalmente el Corredor Sur del Col Mayou. Estaremos sobre los 1875 metros de altitud y la verdad es que vemos poco pero delante tenemos el tajo y nos guía en gran bloque del centro del corredor.


            Llevamos un rato de nieve costra que cede de cuando en cuando y agradecemos los tramos en los que soporta nuestro peso. El corredor es muy amplio, suavemente erguido y no vemos su final debido a las nieblas.

            Suponemos que estamos muy arriba puesto que las paredes del Arnousse al este y Arnoussere al oeste no están distantes además de que el corredor, a partir del bloque, se empina medianamente.

            Poco después unas rachas de viento nos delatan la proximidad del collado del que adivinamos su parte más baja con pequeñas coladas de nieve poco estable sobre crecidas hierbas.

            Arriba queremos ver el collado orlado de cornisas por lo que a pesar de que la pendiente aumente considerablemente evolucionamos hacia la parte oeste del corredor.

            El corredor se pone de pie y viendo que las cornisas prosiguen hacia el oeste decidimos atacar de frente y asaltar la cornisa. Son una veintena de metros muy erguidos, estarán sobre los 70º, pero por el contrario, con tanta pendiente la nieve nos permite hacer unas huellas precisas y consistentes.

            Subo delante con la idea de romper la cornisa para alcanzar el collado pero no es necesario ya que la casualidad nos lleva a un punto en que no es necesario ya que la cornisa aunque está abierta, ya ha caído y lo que queda no vuela.

            Resulta sencillo clavar todo el piolet todo lo posible por encima de la cornisa y subirse al Col Mayou situado a 2033 metros de altitud. Son las nueve y media de la mañana.

Arista Este de la Punta Oeste del Col Mayou.

            No conocemos el lugar, no hace ninguna falta y tampoco serviría de nada conocerlo pues a duras pena se visualiza una loma erguida que continúa hacia el oeste gracias a algunas afloraciones de enebros rastreros que aparecen oscuros sobre la débil capa de nieve que los cubre.

            Hace un “orache” solamente regular y entre subir o bajarnos mi chica se va para arriba. No sé si sabe lo que falta pero yo sí, enseguida estaremos arriba.

            Una rampa bastante erguida nos deposita en la plana Cima de la Punta Oeste del Col Mayou  situada a 2082 metros de altitud.


            En la cima nos ponemos los cortavientos aprovechando que el ventarrón nos sacude un poco la nieve. Hace frío y no se ve nada en absoluto de la cresta que se ahonda al norte hacia la Zona de Lazaque y la Arista fronteriza está de vacaciones en la playa.

            Hacemos alguna foto cámara en mano y cinco minutos después, son las diez menos cuarto nos vamos para abajo por donde hemos subido tratando de no perder nuestras huellas.


            En la parte norte del collado hace un poco de abrigo y nos paramos para echar un café con leche caliente. Lo cierto es que al abrigo del viento la temperatura no es mala pero allí no hacemos nada; así que, proseguimos enseguida para abajo.


            El descenso de la cornisa, conocido el patatar, no entraña ninguna complicación haciendo nueva huella ya que la de subida estaba un poco rota. De allí para abajo los primeros metros de espaldas al valle y enseguida de frente y por la huella ya que tratamos de no coger nieve costra. Bajamos como si pisáramos huevos tratando de no hundirnos en la nieve y en algún tramo lo conseguimos.

            Una vez abandonado el Corredor al Col Mayou seguimos la huella de subida desandando la travesía realizada por la Sur del Arnousse.



            Ya muy abajo deja de nevar. Han caído alrededor de 2 centímetros de nieve sobre nuestras huellas y esa nieve, muy húmeda, nos hace zuecos en los crampones.

Primavera con narcisos.

            Son las once menos cuarto cuando llegamos al coche. Ha sido un corto paseo en el que hemos movido 425 metros de desnivel en un ambiente bastante invernal a pesar de que estamos en primavera.

            Bajamos por Candanchú comprobando que la estación es un desierto en su último día de una temporada de eski bastante mala.

             Muy a posteriori nos daremos cuenta de que no habíamos llegado al Arnoussere sino a la Punta Oeste del Col Mayou, por cierto, más alta que el Arnousse y lo corregimos convenientemente.

Algunas fotos más.

   

 

22 abr 2012

23-12. FERRATA DEL SORROSAL. 22-4-2012.



Cascada del Sorrosal en Broto.

Broto, ferrata  circular, Broto.

22-04-2012.

Desnivel 200 m.

Distancia recorrida 2000 m

Tiempo efectivo 01:10 h

Sol.
Fácil.

Está bien indicada. La encontramos perfectamente equipada con clavijas grapas, escalerillas y un par de pasarelas de madera. Cuenta con pasamanos y línea de vida en buenas condiciones. Puede ser conveniente utilizar material personal para asegurar, casco…
No utilizamos ningún material específico pero eso debe ser de libre elección por el personal. Tampoco sabemos la graduación de las Vías Ferratas por lo que no la incluimos. Nos pareció fácil desde nuestra costumbre de trepar en la montaña.

Se puede coger agua del Barranco del Sorrosal o llevarla desde Broto.

 Juán Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Croquis de la Ferrata del Sorrosal peocedente de publicidad. Vía indicada en rojo.
            Se pusieron de moda las ferratas hace unos años y  algo parecido sucedió con los barrancos, pero nosotros tratando de ser fieles a nuestra filosofía montañera  subimos a los montes por sus vías normales en primer lugar y luego por otras vías tratando de conocer la montaña. Las vías de escalada no son lo nuestro y solo de higos a peras vamos de paquete en alguna, Con las ferratas  nos sucede lo mismo.

            Conocíamos el Barranco del Sorrosal pero por encima de Fragen y pista arriba para introducirnos en la Sur de la Sierra de Tendeñera y hace ya unos años que el personal hablaba de la Ferrata de Broto. Algún día la haremos y ese día por fin llega.

Llegando a Broto.

            Es 22 de Abril de 2012 y un día más con mal tiempo en altitud nos empuja a conocerla. Son las nueve de la mañana cuando aparcamos en Broto junto al puente sobre el Sorrosal que conduce a Oto.

            La mañana está entre neblinosa y despejada con unas tenues nieblas de humedad apelmazadas a media altura. Un cartel nos sitúa sobre una calle encementada que enseguida se estrecha y por la orilla izquierda del Sorrosal se aproxima a la  cascada que lo domina todo.


            La Cascada baja suntuosa hecha un mar de espumas en medio de un pequeño circo de calizas plegadas y ocres. Se trata de un salto en dos tramos que pulveriza el agua y llena de humedad el ámbito próximo lo que nos recuerda que vamos a tener un terreno húmedo lo que puede suponer algunas pequeñas dificultades.

            El camino encementado, e iluminado nos conduce a una plataforma y a unas pasarelas metálicas que permiten alcanzar la orilla derecha del barranco en una zona de bloques que nos deposita en el inicio de la ferrata que va a discurrir por la pared a la derecha de la Cascada.


            Las primeras grapas permiten superar un doble escalón vertical de calizas ocres de unos 15 metros de altura. Nos conducen a una zona bastante erguida  mixta y húmeda en la que las cadenas suplen la medianía de los apoyos de pie terrosos. Incluso hay un madero con tallas que se utiliza para superar un escalón terroso erguido.



            Alternamos tramos unos directos  en los que hay una primera escalerilla fija con otros en ligera travesía  que tratan de que no nos alejemos de la cascada hasta alcanzar un punto, ya por encima del gran pliegue de estratos, en el que la pared se pone vertical y nos ofrece una travesía a nuestra derecha, primero horizontal para finalizar en un ligero descenso que nos deposita en un descansillo amplio desde el que contemplamos hacia abajo el tramo inferior de la cascada. Es la Plaza del Pino.




            Allí arrancan cuatro tramos seguidos de escalerillas verticales que permiten superar un tramo de alrededor de 35 metros. Se trata de una parte más espectacular que difícil ya que las escalerillas permiten un ascenso cómodo y seguro a pesar del quiebro existente entre los dos tramos finales.

En el túnel.

            Es el final de la primera parte de la vía. La salida de la última escalerilla nos sitúa en la Boca de la Mina o el Túnel. Se trata de un túnel practicado a mano al objeto de conducir el agua del barranco al pueblo y que cruza la pared que acabamos de ascender.

            El túnel es horizontal, se atraviesa erguidos, está oscuro, corre un poco de agua por el fondo del mismo pero a pesar de ello, avanzando con las manos en oposición atravesamos sin hartarnos los pies de agua los alrededor de 15 metros de longitud del mismo.


            El final del túnel nos devuelve al barranco justamente en el lugar en que se origina la cascada y donde está la tajadera que permite gestionar el paso del agua por el túnel. Desde este punto la ferrata avanza bastante horizontal por la orilla derecha del barranco durante unos metros perfectamente visibles hasta un madero puente que permite cambiar de orilla.

            El barranco ligeramente represado tiene un cauce de aguas profundadas y rápidas y unas angostas paredes muy húmedas. Se trata de un tramo espectacular pero lo que nos preocupa es la humedad del terreno, especialmente el principio del tramo en el que los pies han de asegurarse en unas lajas bastante lisas e inclinadas hacia el cauce.

Cruce del barranco.

            Pasamos las lajas de espaldas al cauce y ascendemos unos escalones de calizas desgastadas para alcanzar el cruce del cauce. Una especie de puente tibetano practicado a base de un tronco para apoyar los pies y dos sirgas como barandillas pasamanos.


            Pasamos sin contratiempo pues a pesar de que el tronco está mojado no resbala en absoluto y ya en la orilla izquierda proseguimos  en busca del resalte que permita superar la segunda cascada.


            El barranco hace un  quiebro y prosigue profundo y encajonado además de húmedo pero las clavijas y grapas sobre calizas desgastadas permiten una progresión cómoda y segura.


La Playa.

            Alcanzamos la cabecera de la cascada lugar en el que el barranco se ensancha y se ilumina es la Playa. Sobre una laja bastante horizontal nos detenemos un momento. El Barranco prosigue hacia el oeste luminoso y se viste de vegetación de rivera.


            La ferrata abandona el barranco y una maroma negruzca y en malas condiciones se orienta entre los bojes en dirección este, ascendiendo en busca de una enorme placa vertical, es la tercera parte de la vía.

            En la placa hay instalada una larga escalerilla que conduce a un descansillo desde el que contemplamos un buen tramo del Sorrosal. Luego una vira permite alcanzar un punto de rotura de la misma y seguir ascendiendo por el espolón terminal ya en medio de vegetación entre la que destaca el boj, la griñolera y el roble.


            Una zona escalonada de calizas ocres nos sitúa en el crestón final del que desalojamos un bloque suelto y alcanzamos el final de la ferrata. Han sido aproximadamente 200 metros de desnivel y hemos empleado una hora, menos de lo que anunciaban. Hay que tener en cuenta que al ir asegurando se lleva su tiempo. Nosotros lo hemos hecho sin material, lo que llevábamos se ha quedado en la mochila.

            Echamos un trago y un bocado al solecillo de la mañana y un cuarto de hora más tarde iniciamos el descenso que se desarrolla en dirección este a través de un caminillo terroso y húmedo que atraviesa un pequeño robledal.

            Creemos que nos va a volver a introducir en el circo de la cascada pero no será así. Atraviesa una pequeña depresión y prosigue hacia el este en busca de unas gradas  escalonadas y equipadas. Se trata creemos de una trayectoria realizada al objeto de dar perspectiva al recorrido sobre la zona.

            Son tres tramos escalonados los que nos depositan en un mirador que, ilógicamente, no tiene defensas. Echamos una hojeada y proseguimos camino en horizontal por la cabecera de la sierra que nos muestra, en dirección norte, unas deliciosas imágenes del Mondarruego.

Parte inferior de la ferrata.

            Luego el camino se va al noroeste hacia Fragen y al este inicia el descenso hacia Broto depositándonos en el aparcamiento.


            Son las once menos cuarto y todavía volveremos hasta la base de la Cascada para hacer algunas fotos y contemplar unas extrañas cabras que hay en un aprisco a la orilla del camino. Ya de vuelta vemos como una primera pareja marcha en busca de la ferrata. El personal no madruga o sencillamente ha renunciado a la humedad de la mañana. La vía se puede realizar en cualquier momento del año descontando, a ser posible, los días con presencia de hielo. 
     




17 abr 2012

22-12. PUNTA FACERAS POR FOBARABACH. 17-4-2012.

Parte de la subida a Faceras desde el Bolatica.

Barranco de la Ulot en la Pista de la Ripera, Cara Este, Arista Norte,  Punta Fobarabach y Cara Nor-nordeste. Descenso al Collado del Verde, Collado de la Paúl y Pista de la Ripera.

17-04-2012.

Salida 09 h. Llegada 15 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Faceras procedente de Prames. Vía en amarillo.


            Punta Faceras, que nosotros siempre la hemos conocido como Punta del Verde, es la cima aislada que domina el Ibón de Sabocos junto con Mandilar. Las demás cimas pertenecen a la Sierra de Tendeñera.

            Subimos hace ya muchos años a los Ibones de Sabocos y los Asnos con nuestro coche convencional utilizando la Pista de Hoz de Jaca, También subiríamos a Peña Sabocos por idéntica vía conociendo un poco el terreno e incluso, un buen día de finales del invierno, subimos al Verde desde el Ibón de Sabocos.

            Era  primeros de Enero de 2011 cuando nos dimos la vuelta desde mitad de la Este de Punta Fobarabach. Había una nevada impresionante y la nieve profunda nos obligó a darnos la vuelta bastante antes de alcanzar  la Arista Norte de Faceras.

            Hoy 17 de Abril de 2012 volvemos con la intención de hacer la dichosa arista norte, la Faja del Toro esperará para otra jornada.

Faceras desde el Gállego.

            A las nueve de la mañana hemos orillado el vitara junto a la portera del Barranco de la Ulot. Previamente hemos pedido la llave de la Pista de la Ripera en el Ayuntamiento de Panticosa y recorrido los 5 kilómetros de pista como tantas veces hemos hecho.


            Estamos a 1500 metros de altitud y buscamos pista adelante el camino que de vuelta a Panticosa se baja al puente que atraviesa el Ripera.

            Se trata de un amplio puente de hormigón, hermano gemelo del que está junto al vado de la pista un kilómetro más arriba y que nos deposita en una ladera de bosque mixto en la que destacan por encima de todo los pinos, los abedules y los bojes de gran tamaño, al este del resalte de calizas ocres que sumerge sus pies en el Bolatica.


            Subimos a través de los claros de praderío abrasado por las nieves del invierno y aunque hay un caminillo que localizamos un poco más arriba superamos el resalte sin complicaciones coincidiendo con el mismo en un extenso rellano de praderío acunado en la nordeste de Punta Fobarabach.


            En dirección sudoeste atravesamos el rellano para enfrentarnos a la ladera este que nos espera vestida de nieves tardías, su ya clásico traje de abril. Una nutrida manada de rebecos nos vigila a media ladera.

            Atravesando neverillos residuales ganamos altura dejando por debajo el Collado Bubalar, en medio de una mañana espléndidamente soleada y ya cálida a pesar de que ha helado cumplidamente esta noche.

            Hay una enorme piedra ya dentro del campo de nieve que hemos de atravesar que nos sirve de orientación: allí pondremos polainas y crampones.

            Con los piolets en la mano, estaremos sobre los 1750 metros de altitud, proseguimos en busca de la arista que inicialmente es una amplia y redondeada loma que asciende mediana y sostenidamente, cubierta con una capa de nieve no demasiado espesa pero sí en cambio, rugosa, consistente y cómoda de andar: un auténtico placer al cálido solecillo de la mañana.


            Abajo ha quedado el Bolatica y la Pista de la Ripera y sobre el este luce espléndidamente la Norte de Tendeñera con sus dos clásicos resaltes  de gratos y próximos recuerdos.


            Enseguida aparecen dos prominencias completamente nevadas. La más elevada es Punta Fobarabach y detrás como telón de fondo, perfectamente nevada también, se asoma Faceras. Y a la vez aparece un vientecillo que no siendo excesivamente molesto es frío.

            Ascendemos en dirección sur acunados por el delicioso crujido de la nieve bajo las puntas de los crampones a la vez que dejamos que nuestra vista vague de este a oeste y en las frecuentes paradas vuelva atrás para contemplar Ferreras, Catieras y Piniecho.

Punta Fobarabach.

            Con ritmo persistente alcanzamos la primera prominencia y desde allí  contemplamos el Casquete Somital de Fobarabach impecablemente vestido de blanco y adornado de paredes en su vertiente este.

            Pasamos un diminuto rellano y proseguimos el ascenso ligeramente
 al oeste de la arista para superar un resalte medianamente erguido y que se alarga un poco más de lo calculado aunque no sea demasiado.


            El resalte se arrellana finalmente y se alarga suavemente hasta la Cima de Punta Fobarabach situada a 2150 metros de altitud cuando son las diez y media de la mañana.

El Verde o Faceras desde Fobarabach.

La Sur de Fobarabach.

            La alargada y plana cima cae suavemente al sur y nosotros por ella nos llegamos hasta el resalte rocoso. Se puede destrepar pero no merece la pena, preferimos bajar un poco sobre la cara oeste y sorteando las afloraciones calizas alcanzar el collado de separación con la pala terminal de faceras. Habremos perdido alrededor de 40 metros.

            Podemos continuar por las inmediaciones de la Arista Norte que es pon donde hemos subido pero nos introducimos en la cara noroeste faldeando un resalte medianamente erguido.
Fobarabach y Escuellas.

             Enseguida atravesamos la cabecera de un precioso corredor, impecablemente nevado y conformado por la arista que hemos recorrido y la nor-noroeste del pico y nos vamos directamente al centro de la cara somital para ascenderla de frente preocupados únicamente de sortear alguna zona que sale de nieve costra.

Sabocos.

            Son las once menos diez cuando alcanzamos la alargada cima de Punta Faceras situada a 2288 metros de altitud.

Ibón de Sabocos.

                Recorriendo la alargada cima hasta su punto más alto disfrutamos de una espléndida vista de la Brecha de Sabocos que fotografiamos para el recuerdo. A nuestros pies el ibón del mismo nombre espectacularmente helado por mitades y Mandilar toda rechoncha, la Norte de toda la Sierra de Tendeñera que está de postal hasta Peñas Roya y Blanca, toda la Partacua asomándose Burrambalo, Tarmañones, Pacino, Foratata, Midí, Argualas, Garmo Negro de Blanco y la Aguja de Pondiellos de negro, Piniecho, Catieras, Ferreras y la imponente Sur de las Escuellas. Como alguien diría, una vista de primera magnitud.

Tendeñera, Ripera y Forato.

            Echamos un bocado al sol de la mañana bebiendo paisaje con café con leche caliente y media hora después sin prisa vamos a continuar con la circular que queremos.


            De la cara nordeste del pico nace una arista que baja orientada al este. Entre esa arista que se viste con vertiginosos corredores y el resalte rocoso del pico en su vertiente sur hemos de bajar en busca del Collado del Verde. Por tanto se trata de faldear el resalte de la manera más cómoda posible y que es una media ladera vestida con una nieve pegajosa que hace unos zuecos espantosos incluso a mi chica que lleva antizuecos.

            Con paciencia franciscana y los cuidados pertinentes hacemos la travesía de la cara este hasta que girando bajo el resalte somital alcanzamos las inmediaciones de la Arista Sur que nos ha de conducir al Collado del Verde. Ha sido un ratito delicado a la vez que entretenido, más en mi caso con mis crampones de puntas enanas.

            El descenso hasta el Collado lo hacemos por la alomada arista vestida de nieve profunda a ratos pero sin complicación alguna. Ya en el Collado del Verde situado a 2088 metros de altitud giramos al este y sin otra preocupación que avanzar en suavísimo descenso,  atravesamos la cabecera de la Majada del Rincón del Verde.

Marmota de paseo.

            El rellano pastoril esta a reventar de nieve, no se ve una piedra por ninguna parte y su travesía nos regala algún que otro tramo de nieve profunda que negociamos bien en horizontal o en suave descenso.
Gruta del Forato de os Diaples.

            En el Collado de la Paúl iniciamos el descenso siguiendo el trazado de la pista solamente visible en los lugares que el viento barre y en los que se adivina el trazado: todo está blanco.
Cabaña del Verde.

            Descendemos en dirección este hasta alcanzar la Cabaña del Verde medio enterrada por la nieve. Antes nos deleitamos en contemplar la Cueva del Forato de los Diablos vestida de azul; es decir, desde el norte vemos el cielo sur aunque tengamos que esperar un poco ya que la nubosidad que ha ido creciendo pasa en dirección sudeste empujada por el cierzo.

            La Cabaña está impecable al igual que todas las del valle. Estos panticutos…

            A partir de aquí, la pista se enzarza en una serie de vueltas interminables que permitirán pasar el resalte pero nosotros nos vamos un poco de frente y por libre a sorprender a una auténtica legión de marmotas que acaban de estrenar la primavera.

            Bajamos hacia el nordeste, nos liamos un poco con el barranquillo que baja del Verde y terminamos alcanzando la pista cuando se limpia de nieve.

Hacia la Cabaña Cantal.

            Quitamos crampones y polainas contemplando la Cascada de Tendeñera y seguidamente pista suavemente para abajo nos acercamos hasta la Cabaña del Cantal. Es la una y media y nos quedamos a comer. Ya hacía días que no nos comíamos nuestra sacrosanta lata de sardinas.
Tusilago en flor.

            La Cabaña está limpia, cerrada y fría; por tanto, sacamos una silla al sol y nos sentamos a comer tranquilamente mientras planeamos futuras marchas de reconocimiento por la zona que debe guardar celosos secretos dispuestos a ser descubiertos.

El merengue de Fobarabach desde el Bolatica.

            Media hora más tarde   seguimos pista abajo en dirección oeste, pasamos frente a la ladera desde la que nos diéramos la vuelta en su día, cruzamos el Puente del Vado pues el Bolatica baja algo crecido y pista adelante nos llegamos enseguida a la Cabaña la Ripera.

            Una foto hacia atrás y diez minutos más tarde estamos en el coche cerrando el bucle en el Barranco de la Ulot que es donde lo hemos abierto esta mañana. Son las dos y media de la tarde y nos hemos metido 825 metros de desnivel para una circular que ha resultado deliciosa.

            Bajamos la pista, devolvemos la llave en el ayuntamiento que está a punto de cerrar y continuamos carretera para casa, por hoy ya vale y otro día más.

Para ver más fotos.