20 dic 2014

79-14. SECUS. 19-12-2014.

La Noroeste de Secús.

Oza, Camino del Barranco de la Espata, Refugio de Acher, Majada y Puerto de Acher, Cara Noroeste y Arista Oeste. Descenso por el Corredor del Collado Taxera.

19-12-2014.

Salida 09 h.

Llegada 16 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Secús procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
 

            Secús es uno de esos picos, los hay muchos, situados podríamos decir, en medio de la nada.  El personal suele ir al Castillo de Acher y a Bisaurín y pare usted de contar. ¡Quién va a Anatera,  a Costatiza o a Secús!

            Algún despistado hace los Puntales de Secús o de Agüerri y, consecuentemente cuando uno se plantea ir a estos lugares pues lo hace a su manera de tal forma que no suele haber una ruta de las normales de libro.

            A Secús se puede subir  por Gabardito, camino que conocemos, desde les Forges de Abel por Estanés que nos parece excesivamente largo, desde Guarrinza por los  Barrancos del Barcal o de la Plana pero nosotros lo haremos desde Oza aunque sea el punto de partida ás bajo de todos ellos. Hace tiempo que no hemos ido por allí.

            Son las nueve y cuarto de la mañana del 19 de Diciembre de 2014 cuando llegamos a Oza y nada más pasar el Puente sobre el Aragón Subordán aparcamos junto al cartel que indica el Camino al Castillo de Acher. Hay un pequeño sitio a 1120 metros de altitud, en los alrededores hay muchos más. Las nieblas se han quedado abajo.

Camino hacia el Puerto de Acher.
 
            Entre viejos recuerdos de mi estancia infantil en el Campamento Ramiro el Monje, tomamos el camino que en dirección sudeste se acerca hacia el Barranco de la Espata para enseguida alcanzar la pista de tránsito restringido que nace en la Fuente de Oza y atravesándola alargarse en suave ascenso por medio de un abetar que enseguida se convertirá en hayedo.

Llegando al Barranco de la Espata.
 
            El camino muy amplio se marcha hacia el Puente del Sil pero mostros proseguimos ladera arriba siempre por la Orilla Derecha del Barranco de la Espata. Lleno de hitos y alguna vieja marca de pintura se articula en un par de suaves resaltes alargándose luego, también en muy suave ascenso, por un hayedo claro hasta que se decide a cruzar el barranco sobre los 1450 metros de altitud, lugar desde el que contemplamos entre hayas las luminosas paredes de Peña Forca.

            Tras pasar varias ramas del barranco el camino se sirve de abundantes zetas para progresar en fuerte ascenso por una ladera bastante inclinada siempre entre torrentes en los que hay nieve alojada por el viento. Son alrededor de 200 metros de desnivel, que no recordábamos, y que se hacen pesadillos  en busca de liquidar el hayedo y entrar en el Praderío de Acher cosa que iniciamos continuando el ascenso por un camino limpio de pizarras granates que está helado al igual que la nieve residual que sorteamos sistemáticamente.

En el Puerto de Acher.
 
            El praderío se allana y nos saca al sol en las inmediaciones del Refugio de Acher, estamos a 1750 metros de altitud. Las luminosas paredes del Castillo de Acher quedan al nordeste llenas de luz y color, atrás al oeste ha quedado Oza en el fondo oscuro y por encima la brillante nieve de Peña Forca, Chipeta y Ansabere; por delante y al este se extiende  el Barranco del Borregueril de Acher articulando el praderío del mismo nombre que nos ha de llevar hacia el Puerto de Acher.

            Hay un tomate bastante largo y sombrío pues los Paredones de Costatiza proyectan una profunda sombra sobre el valle cubierto de nieve en su mitad superior. Al sur del collado se asoma Secús vestido de blanco vaticano.

Anatera y Secús escoltando al Puerto de Acher.
 
            Hemos echado hora y cuarto hasta aquí  y ahora toca llanear en busca de la orilla derecha del barranco siguiendo trochas de animales que nos sumergen en la sombra y nos llevan de torrentillo en torrentillo en los que hay residuos de nieve algo dura que pasamos con cuidado o faldeamos.

            Al final hay que atravesar el barranco cuando ya hemos rebasado el Castillo de Acher y nos aproximamos a su arista sudeste que vendrá a morir al Puerto de Acher que es hacia donde nos dirigimos en principio.

El Puerto de Acher es nuestro objetivo.
 
            Transitando nieve con cierta continuidad pues el viento nos ha dejado pasillos limpios,  atravesamos el barranco por encima de los 1850 metros de altitud y tomamos un lomo central que nos dirige en muy suave ascenso hacia nuestro objetivo.

            Van a ser las doce menos cuarto cuando aprovechamos una rayada de sol  que llega al lomo de pizarras que transitamos  para detenernos a  almorzar. La mañana es espléndida, bastante cálida para las fechas en las que nos encontramos pero a la sombra la brisa es frescucha de tal forma que las manos se atontan un poco sin guantes.

            Un cuarto de hora más tarde continuamos camino que nos introduce definitivamente en la nieve y aprovechando el final de la zona soleada nos ponemos los crampones comprobando la doble torpeza de la falta de práctica y del entumecimiento de los dedos.

Hacia abajo en el Barranco del Borregueril de Acher.

            Un precioso y ondulado campo de nieve nos permite ganar altura cómodamente acompañados del rítmico chasquido de los crampones sobre la costra helada de la nieve trayéndonos el inevitable recuerdo del inicio de nuestro camino al Allalinhorn entre un sinfín de similares.

Anatera Alta desde el Puerto de Acher con nieve refulgente.
 
            He contemplado repetidamente el corredor de Taxera y no termina de convencerme. La Cara Noroeste de Secús es más amplia y aunque tiene un muro intermedio trataremos de negociarlo en travesía por lo que aprovechando algún barranquillo ganamos altura hasta situarnos en el Puerto de Acher situado a 2160 metros de altitud cuando son las doce y media.

            La nieve tiene una costra cristalina que refulge a la sombra de manera escandalosa advirtiéndonos de que hay que andarse con cuidado en estas primeras maniobras de la temporada en caras norte.
 
La Noroeste de Acher con la huella del rebeco desde el collado norte.
 
            En dirección sudoeste vamos a iniciar una larga diagonal ascendente que nos permitirá atravesar la falda de la pared siguiendo las huellas de un rebeco. Cortamos enseguida la diagonal tomando un corredor algo tieso que nos permite rodear unas afloraciones rocosas con muy poca nieve y proseguimos con nuestra diagonal unos metros más arriba.

            La nieve está a tramos muy dura y en las zonas alomadas te da esa cosa que te invita a agradecer los tramos en los que blandea un poco y llegados a la parte alta de la pared la atacamos de frente. Se trata de un muro muy erguido, de alrededor de 40 metros, que subimos con puntas de crampones y cuchilla de piolet y que nos sacan al sol que nos recibe en un  rellano intermedio de la pared.

A la Salida del Muro de la Noroeste de Secús.
 
            Podemos atravesar el rellano y tomar un corredor erguido que nos puede conducir directo a la cima pero no tiene demasiada nieve por lo que preferimos atravesar el rellano en suave ascenso para buscar en diagonal la  arista oeste del pico.

Casquete Somital de Secús desde el rellanito en la nordeste del pico.
 
            La falta de nieve nos obliga a recortar en la pared para seguir pasillos de nieve por lo que la arista no la alcanzaremos hasta las inmediaciones de la cima.

En la Arista Cimera de Secús con el Puntal de Agüerri a la espalda.
 
            Es la una del mediodía cuando alcanzamos la Cima de Secús. Se trata de una cima alargada en forma de arista prácticamente horizontal y situada a 2351 metros de altitud. Contrasta su vertiente sur prácticamente limpia de nieve con la norte nívea y vaticana.

Puntal de Secús y Bisaurín desde Secus.

En la Cima de Secús.
 
            Hacemos fotos de Bisaurín escoltado por el Puntal de Secús y el de Aguerri; Lenito y Peña Forca; Chipeta, Acherito, Petrechema, Mesa y Anie; el Midi oscuro en medio de un mar distante de cumbres blancas: Pallas, Balaitus, Infiernos, y Argualas; el Castillo de Acher, Anatera, Aillari, Arlet, Arri y Acue-Gebedeille y aquí mismo Costatiza aguerrida y espléndidamente vertical.

            Un cuarto de hora después, se está de vicio aquí, nos vamos para abajo royendo dudas. No tengo claro si desandar el desagradable camino conocido o bajar por el Corredor del Puerto de Taxera.

            El collado, que no se ve desde aquí al estar algo profundo y escondido por un promontorio pelado que suponemos complicado para no quitarse los crampones, podría ser la clave pero… Llegando al rellano me decido a largarme hasta la cabeza del promontorio.

Costatiza e inicio del descenso desde el rellano en la Noroeste de Secús.
 
            De camino aparece una faja situada al este de la cabecera del promontorio que se alarga suavemente en descenso y a priori viene de perillas ya que en lugar de asomarme al corredor por roca lo puedo hacer por nieve y muy abajo, tanto que cuando me asomo al corredor estoy a la altura del collado.
 
Costatiza y el Puntal de Agüerri asomándose por el Paso de Taxera.

            Llamo a Rosa para que baje pues he visto prácticamente todo lo que quería ver.

Entramos al Corredor Este de Costatiza por debajo del Puerto de Taxera.
 
            Descendemos suavemente hasta un pequeño espolón mixto y desde allí nos introducimos cómodamente por su ladera derecha al corredor que alcanzamos casi en la mitad del mismo.

Bajo el estrangulamiento del Corredor al Puerto de Taxera.
 
            Descendemos unos metros por la pedriza y atacamos el estrangulamiento con pasillos de nieve que solamente tienen como punto más complicado una corta y erguida rampa que bajamos apoyados en la pared derecha, luego un pequeño cono de nieve un tanto erguido nos deposita en medio de la pared ya fuera del corredor. La nieve no está tan dura como en la subida al estar menos transformada y se baja de cine de cara al valle.

            La pared es larga  pues no en vano el collado estará sobre los 2200 metros  y aunque el corredor ha sido corto hemos de buscar el camino de subida sobre los 1900 metros de altitud.

Nuestro descenso de Secús por el Corredor al Collado de Taxera.
 
            Enseguida abandonamos la vertical de descenso que nos depositaría en el fondo del barranco algo abajo y practicamos una diagonal paralela a la de ascenso pero en sentido contrario al objeto de llegar al barranco antes de que se ahonde.

            La diagonal en pendiente inclinada nos hace familiarizarnos  con esa sensación de tobillo-crampón que ya teníamos algo olvidada y nos deposita en el barranco del que saldremos por un corto y vertical muro que subimos a punta de crampón.

La Vía del Bloque Empotrado al Castillo de Acher.
 
            Salimos del barranco justamente en frente de donde nos hemos puesto los crampones. Y retomado el camino nos vamos para abajo alargando ahora la nieve todo cuanto podemos, incluso alternando algún tramo de praderío sin piedras que sigue helado.

La Mesa que te espera Juanillo.
 
            Hasta cruzamos la última rama del barranco que baja del Collado del Barcal y allí nos quitamos los crampones, guardamos los piolets y nos vamos praderío abajo al encuentro del sol.

            Son las dos y media de la tarde cuando nos sentamos al sol a comer mientras echamos la vista a Secús que se ha quedado allá atrás e imaginamos  la Solana de Costatiza que no debe tener un paso demasiado cómodo para volver para aquí.

Chipeta Alta desde el refugio de Acher.
 
            Alrededor de las tres continuamos camino atravesando los neverillos de la mañana ahora blandos y nos llegamos al Refugio de Acher que está inhabitable y  cochino hasta para los animales.

Castillo de Acher desde encima del hayedo del barranco de la Espata.
 
            Luego retornamos un poco para tomar el camino en el praderío que se hunde en busca del hayedo, nos despedimos del sol y nos sumergimos en el hayedo. El camino todavía está un pelín duro.

            Entramos en el hayedo en el que anidan unas viejas y aisladas hayas “acentelladas”; bueno, Antonio Machado más poéticamente dice “hendidas por el rayo” aunque  yo prefiera el término más próximo sin desdeñar la finura del poeta andaluz y universal; y acompañadas de infinitos retoños que crecen como los pelos  de la cabeza robando descaradamente  el ámbito del praderío.

            Luego el camino se va para abajo, cruza el Barranco de la Espata y todavía nos sacará al sol aunque sea brevemente en la parte baja del hayedo cuando se convierte en abetar.

            Son las cuatro de la tarde cuando llegamos al coche. El paseíllo se ha cobrado 1250 metros de desnivel y nos ha metido un ratito en el invierno en un día de privilegio otoñal. De momento la nieve no baja y habrá que ir a buscarla con cuidado pues antes de lo que deseemos será más hielo que nieve.

            ¡Te hubiera gustado Juanillo! pero no te preocupes pues hay más días que longanizas.
 

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