Erata desde Pelopín. 26-5-14.
Cruz de Basarán, Collado de Ainielle, Arista Sur Erata y Punta Norte o Pico de Yésero. Descenso por Ainielle.
16-02-1992.
Salida 10:30 h. Llegada 17:15 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano Javierre.
Mapa de Erata procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
“Si
bi-ha nieu en Erata, no siegues a pallata”
dice uno de los conocidos adagios de la tierra.
Erata
es uno de los puntos culminantes del Sobrepuerto, una punta desconocida para
todos aquellos que o no son del país o aun siéndolo, la montaña empieza para
ellos alrededor de los tres mil metros.
Teníamos
que ir a Ainielle, bastante después del impacto de la Lluvia amarilla y el asunto
venía que ni pintado. Estábamos ya en Febrero y este año 92 puede ser nuestro
segundo año en los Alpes. Posiblemente sea por ello por lo que en pleno
invierno, aunque el tiempo que disfrutamos no se parece en nada al invierno, estamos
saliendo bastante. También puede ser que después del tomate de la casa vayamos recuperando
nuestra costumbre.
A
Erata se suele ir desde la salida del
Túnel de Cotefablo, desde el final de la Pista de Espierre y Barbenuta, por el
Paco de Yésero o a partir del Barranco de Oliván. Nosotros tomaremos ésta
última que es la que nos permite pasar por Ainielle.
La Oeste de Erata. 26-5-14.
El
domingo 16 nos levantamos a las ocho y
media sin mucha prisa. A las nueve marchamos para Oliván para pedir la llave de
la cadena que cierra la pista. Un abuelo nos dice que han arreglado la pista
hasta Ainielle.
Pasada
la cadena nos adentramos valle arriba recordando las andanzas para encontrar
los bancos de piedra de nuestra casa
La
pista está como siempre: mal. Barro y piedras que pasas conteniendo el aliento.
Poco a poco llegaremos al cruce de pistas y nos vamos hacia el noroeste, la
pista es más estrecha más terrosa y menos andada. Poco después se pone tan mal
que preferimos aparcar nuestro Renault 9 y proseguir caminando, nos hemos
metido en un tramo tan malo que hasta han hecho una pequeña variante.
La Ermita de San Benito de Erata. 31-1-13.
Estamos
sobre los 1400 metros de altitud cuando en medio de una espléndida mañana, son
las diez y media, nos echamos a andar pista adelante. Alcanzamos inmediatamente
el puerto y la pista se hace completamente terrosa, suerte que está helada.
Media
hora después llegamos al Collado de Ainielle y divisamos allá al fondo el
pueblo. Estamos aproximadamente a 1500 metros de altitud y frente al Espolón
Sur de Erata; la decisión es lógica: dejamos el pueblo para la vuelta y ahora
nos vamos directamente para arriba.
El
espolón está algo vestido en sus primeros 150 metros de desnivel, luego se
adentra en el puerto.
Llegando a Erata. 26-5-14.
Almorzamos
y tras dejar a nuestra derecha la pista que va en dirección a Otal, ascendemos por el filo de la loma sorteando
pobres robles, jóvenes enebros, pinos silvestres a los que la procesionaria ha
hecho un “buen trabajo”, bojes. Aliagas y genistas, espesándose éstas últimas
conforme van desapareciendo todas las demás especies. Aparece la pradera del
puerto cuando la pendiente se allana. Una sucesión de lomas suaves conducen a
la vista hasta la lejana cima.
Se
trata de continuar ya dentro de un relajado paseo de un par de kilómetros en
suave pendiente contemplando el paisaje, charlando de todo un poco y
disfrutando de un día decididamente primaveral. El desnivel que nos queda por
salvar estará sobre los 350 metros.
La Este de Erata desde Pelopín. 2-1-11.
Lo
hacemos pisando reducidos neveros residuales, pedregales que se van alternando
con pradera alpina; nos entretenemos contemplándolo todo incluso los restos de
una vaca muerta, así como los despojos
de alguna pelea de sus volátiles depredadores. Ganamos la Cima Sur de
Erata situada a 2005 metros de altitud, amplia
y llana cuando es la una del mediodía.
Al
sur tenemos la Cubeta de Ainielle, al oeste el Valle de Espierre y Barbenuta,
al noroeste Gavín, un poco más al norte Yésero y el espolón que sube desde el
Túnel de Cotefablo, un poco más al este Otal y la Punta Pelopín y casi al sur
Escartín.
En la Cima de Erata.
La
Punta Norte está 200 metros más adelante separada por una pequeña hondonada.
Nos vamos a ella. Es según dicen los mapas, más alta que la del sur con 2008
metros de altitud. En el camino nos encontramos con un paseante que ha subido
desde Espierre. Charlamos un poco y luego cada cual a lo suyo.
Media
hora después estamos de vuelta. Hacemos una fotografía, recogemos las mochilas
que hemos dejado junto al vértice geodésico, al lado hay otro artilugio y tras
echar una ojeada más a Tendeñera y al Circo Superior de Ordesa iniciamos el
camino de regreso volviendo sobre nuestros propios pasos.
Invernal de la Ermita de san Benito. 31-1-14.
Cuesta
abajo, todavía más suave y relajadamente, pasamos junto a los restos de dos
cabañas pastoriles y de un trozo de pista en la misma cresta. Sin darnos cuenta
nos adentramos en la zona de genistas a la vez que decidimos bajar al pueblo
directamente.
Pelopín y Pilón desde Erata. 26-5-14.
La bajada es infernal a través de un monte
mixto cubierto de espinos, aliagas, zarzas y genistas, absolutamente vertical y
tapizado de hojarasca que resulta intransitable. Para postre hemos de atravesar
un laberinto de paretazos de piedra practicados para obtener unas minúsculas e
inimaginables fajas de tierra que en su día fueron cultivadas y hoy son mudos
testigos del abandono y la soledad más brutal y absoluta a la que se ve
sometido el Sobrepuerto.
La arista hacia Punta Chunda. 26-5-14.
A
las cuatro y cuarto estamos en Ainielle cansados de pelear con un monte virgen.
El pueblo está prácticamente caído, quedan en pie dos o tres casas y un par de
pajares. Ahora están arreglando una casa, un depósito de agua y una fuente.
Comemos
al sol junto a la fuente. No me dan
buena impresión los trabajos que están realizando, con la piedra que hay sin
necesidad de derrumbar nada, pues no señor. A lo mejor resulta que más hubiera
valido no haber tocado nada.
Ainielle
es un lugar especial: ocupa el fondo de una cubeta de 15 ó 20 hectáreas. Es un
circo completamente cerrado con la única
excepción del tajo practicado por un estrecho y profundo barranco que desagua
al sur y el Collado de Ainielle 150 metros por encima del nivel del pueblo. Es
un ejemplo definitivo de lugar aislado, lejos de puntos habitados, carente de
comunicaciones, con poca tierra, pobre y sin recursos. Algo ideal para ser
abandonado.
Ainielle.
A
las cinco menos cuarto nos vamos por la pista hacia el collado al que
llegaremos media hora después. Luego ya, pista adelante, continuamos en busca
del coche cuando el sol se va.
Culeando
en los tramos de pista llena de barro y charcos y pasando con cuidado las zonas
de peor firme llegamos a Oliván, devolvemos la llave y para casa.
Sin
querer queriendo hemos subido un desnivel de 750 metros: un paseo interesante.
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