En Anayet.
Corral de las Mulas y Barranco
Culibillas.
22-11-92.
Salida 10 h. Llegada16 h.
Sol.
Muy fácil.
Senderismo.
Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano
Javierre.
Mapa de Anayet procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
En
este Pirineo Aragonés lleno de lugares maravillosamente encantadores, algunos,
quien sabe a ciencia cierta por qué, se nos quedan grabados en la memoria como
los más bellos sobre todos los demás y su recuerdo siempre se tiñen de
maravillosos colores.
Primera visita a los Ibones de Anayet, Travesía Canfranc-Ordesa. Julio 85.
Desde
que desembarcamos en ellos el primer día de nuestra travesía Canfranc-Ordesa allá
por el 85, han sido repetidas las veces que hemos retornado por allí a pesar de
nuestra, casi invariable, costumbre de no repetir pues “hay tantas cosas que
ver…”; y no hemos perdido ocasión de indicarlo a nuestros amigos como algo
auténticamente exquisito hasta para las almas menos sensibles.
El
domingo 22 de Noviembre del 92, quizás para compensar a base de belleza
armoniosa, la belleza salvaje de los Alpes disfrutada y padecida este verano,
decidimos subirnos.
Barranco de Culibillas. 4-3-05.
No
hay prisas, sobra con un día corto de Otoño pues está cerca. Nos levantamos a
las ocho y cuarto, hora casi aplaudida por mi señora, a las nueve estamos en el
coche espoleados por las protestas de Biola y a las diez nos echamos a andar
tras aparcar en el Corral de las Mulas. Es una hora casi de pecado.
La
pista está cortada por nieve venteada y hemos tenido que dejar el coche a 1625
metros para bajar a cruzar el recién nacido Río Gállego a 1600 metros. La
cadena está quitada pero ahora es lo mismo.
Cierre de los Ibones de Anayet en el Barranco Culibillas.
Nos
vamos para arriba por una pista blanqueada parcialmente por nieve venteada y
arremolinada. Delante dos de Zaragoza se están poniendo los esquís. Vamos en
dirección sudoeste en busca del Barranco Culivillas, al que hemos de acercarnos
para hacer con él, camino hasta los ibones.
En
el rellano frente al Paso de Culibillas la nieve se hace continua y abandonamos
la pista para no dar vueltas innecesarias. Los zaragozanos que van junto al
barranco nos adelantan.
Inernal de los Ibones de Anayet. 4-3-05.
Enseguida
cruzamos el barranco y alcanzamos la huella que transita bajo la Cara Norte de
Arroyeras. La huella es buena y firme, la nieve está dura pues el sol no entra
en estas fechas hasta el fondo del valle por donde discurre la huella.
Con el Diente de Anayet.
Vamos
al oeste suavemente en principio hasta volver a cruzar el barranco. Nos
quedamos allí persiguiendo al sol para almorzar un poco, pero como no se deja
coger y en su ausencia se hace fresco, continuamos enseguida subiendo un
pequeño resalte a la derecha del barranco y proseguimos por una zona suave frente a la Punta de la Garganta.
Arroyeras desde la ladera de Espelunciecha. 4-3-05.
Subimos
a un ritmo decente, Biola quiere adelantar a los zaragozanos que parecen algo
atragantados. Al final del rellano lo conseguimos pues uno va algo fundido.
Volvemos
a cruzar el barranco y afrontamos, ya al sol, la subida del resalte final con
nieve blanda en la zona más favorable y ya por la huella alcanzamos el borde de
la cubeta lacustre.
La Primavera del Midi desde los Ibones de Anayet. 19-5-02.
Son
las doce y veinte, hemos subido 630
metros y estamos a 2230 metros de altitud en medio de un día absolutamente
delicioso. La cubeta está finamente nevada, el ibón deliciosamente helado, el
cielo está limpio y azul con un sol refulgente y el Diente de Anayet erguido,
vigilante y oscuro: la décima maravilla del mundo. Buscamos un lugar adecuado
para fotografiarnos en medio de la gloria, Biola nos inmortalizará
profesionalmente.
Rinconada de Anayet. 3-2-09.
Nos
vamos hasta la pared de la Rinconada de Anayet para contemplar al Midi de Ossau
y la Canal Roya de gratos recuerdos. Nos asomamos al Ibón Pequeño y nos
volvemos en busca de nuestras mochilas para comer al sol sobre unas rocas.
Descalzamos a Biola para que se le
calienten los pies pues lleva humedecidos los calcetines.
En Anayet. 11-9-94.
A
las dos iniciamos el descenso cuando llegan los zaragozanos. Parece ser que se
lo han tomado con calma. Bajado el primer escalón nos cruzamos con un par de
montañeros bastante mayores que, con todas las que pueden, van a acercarse
hasta los ibones. Nosotros nos bajamos al trote aprovechando que la nieve a la
sombra está dura pero buena.
Nos
alargamos directamente hasta el casetón de la pista para coger zonas limpias de
nieve y cambiar a la cría de calcetines y proseguir hacia la cabaña pastoril situada en la derecha
del barranco.
En el Diente de Anayet. 11-9-94.
Le
echamos una ojeada encontrándola regular solamente. Luego cruzamos el barranco
enseguida y alcanzamos la pista en el lugar en el que los zaragozanos se están
quitando los aparejos. Charlando un poco con ellos nos vamos para abajo en
medio de los paseantes que caminan por
el fondo cálido del barranco a estas horas de la tarde.
Hemos
bajado persiguiendo al sol y por fin lo alcanzamos abajo. Son las cuatro de la
tarde cuando nos llegamos al coche.
Punta de la Garganta y Barranco Culibillas. 4-3-05.
Decidimos
luego bajarnos por la Carretera Vieja de Formigal y en el Desvío de La Sarra
nos encontramos con Elena la esposa de Pedro Alamañac, nuestros anteriores
vecinos y con ella nos bajamos a Sallent, entrando a visitar el albergue que
han levantado sobre la vieja casona de los padres de Pedro. Ahora lo llevan
ellos.
Alrededor
de las seis llegamos a casa cuando la noche empieza a desplazar a la tarde.
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