Valle de Anayet, Barranco e Ibón de
Lapazuso y Cara Norte del Royo descenso por el corredor Sudoeste, Collado de
Izas y Barranco Lapazuso.
04-11-1993.
Salida 08:20 h. Llegada 13:15 h.
Mixto.
Bastante fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Desde
nuestra vuelta de Benasque, no habíamos vuelto a salir al monte salvo una tarde
que marchamos a Güé con Merche y en la que, por cierto, nos mojamos. Ha hecho
un final de verano y principio de otoño de lo más lluvioso que se recuerda. Tan
solo un esporádico domingo salió medio lucido pues en las últimas semanas se
estropeaba el tiempo exclusivamente de cara al fin de semana.
Hoy
4 de Noviembre de 1993 hemos decidido marchar al Pio Royo y hacer, si se puede,
la Cresta de las Arroyeras. Este pico es el baluarte más oriental de la cresta
que culmina por el oeste en Anayet a la vez que separa los Valles de Izas y
Anayet.
Nos
levantamos a las siete y en media hora estamos en el coche. Biola se ha quedado
en casa de la abuela Carmen.
El Barranco Lapazuso. 17-12-16.
La
mañana está bastante arañada pero siempre queda la esperanza de que sea
localmente. A la altura de Sallent encontramos escarcha en la carretera y el
firme fallado a tope. En el Corral de las Mulas dejamos la carretera y nos
metemos pista adelante, la cadena está quitada, subimos alrededor de tres
kilómetros y aparcamos en el rellano de
los casetones de la mina de carbón, a pesar de que la pista continúa para
arriba.
Son
las ocho y diez, estamos a 1850 metros de altitud y tras calzarnos, diez
minutos después y tras especular sobre
el mejor camino, nos vamos continuando por la pista en dirección sur-sudeste al
encuentro del Barranco Desagüe del Ibón de Lapazuso por el que continuaremos el
ascenso y en el que encontraremos las primeras manchas de nieve.
La
cresta está medio cubierta de nieblas que van y vienen, pero la parte francesa
está hasta los topes de nieblas y no será de extrañar que se vinieran en manada
hacia el sur.
Poco
después de meternos en el barranco tenemos que abandonarlo pues está helado
para proseguir por nieve continua que está estupenda.
Pico Royo vertiente norte. 3-4-09.
Subimos
el primer resalte afrontando un corredor amplio y corto que tiene un par de
pequeños aludes y alanzamos el rellano del ibón por su parte sur. Estamos a
2187 metros de altitud.
Aquí
hay que decidirse: por la izquierda del pico el tramo es mixto, aéreo y feo; el
acceso a la cresta por el collado
frontal es fácil porque está bien vestido de nieve pero en este caso hay que
crestear dos dientes para alcanzar el pico y tienen muy mal aspecto; por tanto,
nos vamos un poco por medio para intentar alcanzar un pequeño cuello que separa al pico de los
dientes.
Ibón de Lapazuso. 22-10-11.
Rosa
que si vamos a subir por allí, yo que empiezo. Rosa que si los crampones, yo
que si voy a ver… Son unos pocos metros delicados que hacemos con el piolet los
que nos permiten salir del corredor y alcanzar una pequeña faja inclinada,
vestida de buena nieve.
Detalle de la Norte del Royo desde Campo de Troya. 13-4-06.
Desde
allí continúo hasta una pequeña arista nevada que muere en la base de la roca.
Luego
por una incipiente rimaya y alcanzo la cresta. Rosa viene detrás ya que es posible la continuación al pico. Hacia el
oeste la cresta se ve muy incierta y peregrina.
Ya
en la cresta, una trepada de cinco metros sobre materiales metamórficos firmes
nos ponen en la Cima del Pico Royo a 2407 metros de altitud cuando son las diez
menos veinte.
El
paisaje está todo visto: algún minúsculo claro en Telera y algo de luz sobre
los Infiernos, el resto es todo niebla que ya baja incluso por las laderas del
Puerto Viejo de Sallent. La temperatura es agradable a cubierto de esta bóveda
celeste aunque los dedos están fríos del contacto con la roca y la nieve.
Arista Norte del Pico Royo. 22-10-11.
Me
acerco a la arista que viene desde el Collado de Izas para echarle una ojeada y
lo que veo es la posibilidad de regreso bajando hacia el collado que es lo que
intentaremos de inmediato para contornear
luego el pico por el sur.
Desde
abajo, volver a la Cresta de las Arroyeras más al oeste de los dientes es
posible pero las nieblas lo llenan todo y en estas condiciones no merece la
pena hacerlo.
La Norte del Royo desde la Antecima Culibillas. 22-10-11.
Nos
bajamos directamente al sur un poco a la izquierda del collado descendiendo
primero por roca y luego por una pequeña faja de hierba que se pone bastante
vertical en el tramo inferior cuando tiene que terminar en la pradera próxima al collado.
Arroyeras, Culibillas y Royo desde Tres Huegas. 16-12-15.
El
primer corredor que intentamos se pone vertical y tenemos que dejarlo. El
segundo paso que intentamos también tenemos que abandonarlo cuando estábamos a
cinco metros del final. Tenemos que trepar toda la destrepada que hemos hecho con
un paso de hombros incluido, continuamos un poco al este hasta alcanzar una vira muy estrecha y próxima al final pero tampoco
tiene solución.
La Sur del Pico Royo desde debajo del Collado de Izas. 17-12-16.
No
queda otro remedio que volver al pico y bajar por el camino de ascenso, pero
antes de tomar la roca hay un corredor nevado que hemos desechado anteriormente
y que se inicia aquí. Por su lado izquierdo me bajo hasta el final de una proa
con nieve buena, lo que me permitirá comprobar que el corredor no se corta y
que termina en la inclinada pradera salvando la barrera rocosa.
Le
digo a Rosa que baje sobre mis huellas y de espaldas al valle descenderemos el
corredor que en su tramo inicial supera los 45º pero que pronto pierde
inclinación permitiéndonos continuar de cara al valle clavando tacones.
Pico Royo desde el Valle de Izas. 16-12-15.
Pasamos
el collado y seguimos contorneando el pico atravesando la cara sudeste con tres
corredores de pizarras rojas un poco en ascenso en busca del collado que nos
permita alcanzar la cara norte.
Sorprendemos
a un rebeco y al resguardo del viento paramos a comer un poco. Está cayendo
aguanieve.
Dientes del Royo y Royo desde Culibillas. 18-10-05.
Ya
en el collado tomamos la cara norte y sin siquiera alcanzar la Hoya del Ibón de
Lapazuso nos vamos por buena nieve directos al barranco.
Son
las doce y media pasadas y tranquilamente continuamos para abajo dejando atrás
el pico entre nieblas. A la una estamos en la pista y un cuarto de hora más
tarde en el coche. Sin pérdida de tiempo a pesar de que Rosa dice si no tenemos
nada más que hacer por allí nos metemos en el coche y a las dos en casa en
medio de un día espléndido. ¡Quién lo iba a decir!
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