9 ago 2014

54-14.GARMO DE LA MINA O CHIMINEL EN CIRCULAR DESDE LANUZA. 7-8-2014.

Ibón de la Sartén y Garmo dela Mina.

Lanuza, Punta Plana, Sudoeste  y Oeste de Cerrez, Barranco Torozuelo, Brecha Torozuelo, Ibón de la Sartén y Arista Sur del Garmo de la Mina. Descenso al Ibón de la Sartén, Ibón de las Albas, Barranco de Pondiellos y Sallent.

07-08-2014.

Salida 07 h. Llegada16 h.

Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.       

Mapa del Garmo de la Mina procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            El Garmo de la Mina o Chiminel es uno de esa multitud de picos que goza espléndidamente del olvido del personal, o sea, un auténtico chollo para algunos mortales que solemos gozar con estas menudencias. A la sombra de los Infiernos, el Garmo Negro y las Argualas se encuentra rotundamente solo, soltero y con pocas posibilidades de matrimoniar a pesar de que es un partido indiscutible.

            Lo teníamos localizado desde hace ya algún tiempo y apalabrado desde el otoño pasado en el que probáramos su arista norte y el estado de la nieve nos aconsejara dejarlo para mejor ocasión.

            Aquel mismo día advertimos las posibilidades de la Cara Este en la que las rampas herbosas se encumbraban sin dificultad especial y la elegante Arista Sur visualizada desde el Ibón de la Sartén.

            El camino del Barranco de Pondiellos que es el lugar más natural para acceder lo conocíamos sobradamente y no es fácil de olvidar, quizás se trata del camino peor conservado y menos mantenido de todo el Pirineo; no sé si habrá que felicitar a Prames o al Ayuntamiento de Sallent por ello, pero desde aquí mi “más sincera felicitación.”

            Nosotros queríamos algo diferente, algo que le diera un toquecillo de distinción que podía ser el acceso por el sur, siempre la Cara Sur de las Argualas.

            Hoy 7 de Agosto, dan un día mediano que yo no creo y a las siete y media de la mañana estamos aparcando nuestro coche un kilómetro más adelante de Lanuza en la carretera que va a Sallent, en el inicio del Camino del Mirador que en circular subirá al mismo para bajar desde allí hasta Lanuza y que ya conocemos de una anterior ocasión.

            El Hayedo de Pacino, el Embalse de Lanuza y la Peña Foratata están todavía adormilados cuando tomamos el camino que se va para arriba en dirección a Peña Plana transitando la reseca ladera en dirección este.
Ladera de subida al Mirador tomada a la vuelta.

            Asciende lazada a lazada entre los Barrancos Suscalar y Portet balizado de amarillo y blanco y de claro en claro sobre un sotobosque de boj y siempre a la orilla de reducidas masas de pino de las proximidades de los barrancos.


            Subimos a la sombra de una mañana cálida que nos mete en sudores y que nos aproxima a Peña Plana conforme vamos dejando abajo el embalse.

En Peña Plana y hacia las Güérdulas.

            Hemos arrancado a 1300 metros de altitud y el pequeño plano y herboso Collado de Peña Plana que se encuentra a 1660 metros de altitud nos enseña tanto la ladera recorrida como nuestro primer objetivo al otro lado del profundo Barranco del Portet: el repetidor del mirador al que llega la pista que arranca en la Cabecera del Embalse de Lanuza. De por medio, el camino transitará suponemos por una zona de erguido pinar que moja sus pies en el barranco y que llaman las Güérdulas.

            Bastante transitado prosigue en ascenso aproximándose al barranco hasta atravesarlo momento en el que lo abandonamos pues estamos casi a la altura del repetidor yéndonos directamente en ascenso hacia el norte y olvidándonos de los caminos en un buen rato.

Abandonando el camino hacia el Lentejar.

            Tomamos la ladera por la orilla izquierda de un torrente seco que nos permite ascender el Lentejar hasta que finalmente y dejando ya bastante abajo la pista y el repetidor alcanzamos un hombro herboso en el Crestón Sudoeste de Cerrez situado a 2200 metros de altitud.
La Oeste de Cerrez desde el Lentejar.

            Desde el crestón visualizamos la Arista Oeste de Cerrez que nos ofrece una ladera bastante amable y sobre la que trazamos visualmente una travesía suavemente ascendente que nos tiene que llevar en dirección norte igualmente hasta el lugar donde se perfila momentáneamente un rebeco.

            La diagonal transita una ladera bastante escalonada en la que aparecen reducidos asentamientos de pratenses y algunas zonas de materiales metamórficos sueltos que no llegan a molestar, lo que sí ha molestado de cuando en cuando ha sido el ritmo: 500 metros la primara hora y otros 500 la segunda que deben hacer mil y no somos nada.

Desde la Oeste de Cerrez vemos la Cresta de Torozuelo.

            Enseguida alcanzamos la Arista Oeste de Cerrez y desde allí se nos muestra un tomatazo de cierto calibre: La Cresta de Torozuelo que supone el final de nuestra travesía está todavía lejos como esperábamos y además no parece nada cómoda. En ella hay un amplio y plano collado que identificamos como nuestro objetivo a alcanzar y una brecha al este del mismo que a dónde llegaremos finalmente.

            -¿Una hora hasta allá…?

            Estamos a 2350 metros de altitud si no se ha mojado el altímetro y ese collado se encontrará a 2500 metros de altitud, pero ópticamente nos parece que no se encuentra 150 metros más alto de nuestro emplazamiento. A pesar de ello nos olvidamos de la disquisición y nos vamos al turrón.

            Una primera parte más descompuesta pero todavía amable nos conduce a unas afloraciones metamórficas en las que habrá que buscar pasos fáciles que conseguimos sin ningún problema.

            Las pasamos en ascenso con algún apoyo de manos y en la cabecera nos encontramos con una serie de pequeños corredores a los que hay que bajar   y subir sucesivamente transitando  un continuo sube y baja en busca de pasos sencillos. Estamos en la Hoya Articaldosa que se ahonda hacia Sallent y por encima tenemos la Pared Oeste de Cerrez cuya arista se acaba de abrir en dos ofreciéndonos un perfecto frontón.


Desde el crestón vemos el Barranco de Torozuelo y la Brecha por encima del collado.
            Juanillo va delante prospeccionando pasos cómodos  hasta que alcanzamos un crestón que baja hacia el noroeste, es el último antes de alcanzar la Arista de Cerrez; por medio tenemos el Barranco Cerrez  que se encumbra en la rinconada del mismo nombre.

            Estamos sobre los 2400 metros de altitud, hemos ganado poca altura últimamente a pesar del remonte al último crestón y ahora hay que bajar al Barranco Torozuelo para cruzarlo y ascender  a su orilla derecha que es la Cresta Torozuelo.

            Tenemos suerte de que encontramos un corredor muy erguido y descompuesto que con algo de cuidado nos deja bajar alrededor de 50 metros pestosos tras los que ya en suave ascenso nos permiten atravesar el barranco por un pedregal continuo para proseguir con el ascenso en busca de la Brecha de Torozuelo, nos hemos olvidado del amable collado de más abajo al que hay una complicada llegada.

Garmo de la Mina desde la Brecha Torozuelo.

            Salidos  del pedregal del barranco ascendemos una ladera bastante verde que nos deposita en la brecha ligeramente por debajo de los 2500 metros de altitud. Nos ha costado una hora justa, lo estimado.

            Se puede bajar al Barranco de las Albas pero no se ve desde ella el Ibón de la Sartén como suponíamos. Pretendíamos llegar a un amplio collado situado al sur del ibón desde el que lo veríamos sin duda y alcanzaríamos bajando alrededor de 100 metros de pedrera, pero ese collado está al este de donde nos encontramos y algo más alto por lo que tendríamos que perder bastante más altura. En realidad nos encontramos en la Brecha Torozuelo, una vieja conocida con nieve de la primera vez que visitamos el Ibón de la Sartén cuando subimos por el Barranco Torozuelo pensando que lo hacíamos por el de las Albas y por eso no la reconocemos al principio.

            La descendimos con nieve profunda y lo hacemos ahora patinando algunos tramos de pedrera metamórfica con lo que abreviamos y tan pronto como salimos de las paredes iniciamos una travesía descendente por la ladera que termina en el barranco.
De la Brecha Torozuelo al Ibón de la Sartén.

            Perderemos 100 metros finalmente hasta que cruzamos el barranco justamente por debajo del Ibón de la Sartén y allí nos sentamos a almorzar satisfacción por la empresa montada a la vez que decidiremos definitivamente volver por el Barranco de Pondiellos, ya vale de guerra por hoy.
A por el Corredor Sur del Garmo de la Mina.

            Serán las once de la mañana cuando nos ponemos de nuevo en marcha en dirección norte y directamente en busca del Corredor Sur del Garmo de la Mina. Una ladera metamórfica llena de pedriza a medio estabilizar nos permite superar ampliamente el nivel del ibón y alcanzar la entrada del corredor en la que aparecen materiales firmes.

            El corredor bastante amplio subirá alrededor de 30 metros bastante erguidos y a la vez escalonados y con asentamientos de pratenses, permite elegir camino sobre el mismo y lo hacemos buscando la roca firme que aflora y entre la que aparece el granito.
Desde el hombro herboso la Arista Sur del Garmo de la Mina.

            El corredor alcanza un amplio hombro herboso en la recién nacida Arista Sur que se nos ofrece toda para nosotros. Hay una vira bastante herbosa que faldea toda la arista y que será por donde bajará mi chica pero de momento nos encaramamos en la arista que propone un tránsito asequible y más elegante.

            Alcanzamos la cresta faldeando el primer gendarme y proseguimos cresta adelante en suave ascenso.

            A un tramo muy sencillo que hacemos de camino le siguen una serie de gendarmes que irán ganando en dificultad hasta que uno de ellos nos obliga a un faldeo por el este después de haberlo escaldo con algo más que apoyo de manos.

En la Sur del Garmo de la Mina.

            El faldeo nos devuelve a la arista por un erguido corredor y proseguimos un poco por la misma que se alarga algo más de lo que suponíamos.

            Pasamos a toda cresta otro gendarme y faldeamos por el sur un último tras el que una corta rampa acostada nos deposita en la Cima del Garmo de la Mina o Chiminel situada a  2589 metros de altitud. Son las doce menos cuarto. Hay un pequeño hito de piedras.

Hacia atrás una buena parte del camino recorrido.

La Sur del Garmo de la Mina que acabamos de subir.

            La cima es un amable casquete que nos ofrece unas imágenes poco usuales además de espectaculares. Tal y como hemos llegado nos asomamos a la arista norte que nos esconde algunos de los gendarmes que nos obligaron a dar la vuelta en su día; detrás Tebarray y el Infierno Noroeste con su preciosa marmolera que acuna un poderoso nevero residual y cerrando el firmamento Argualas, Balaitus y Crestas del Diablo hasta Cristales. Hacia el oeste Forqueta, Sancha Collons, Musales, Arriel y toda la Arista de Ferraturas-Soqués. Girando al sur Formigal y la Partacua y aquí mismo, el Contrafuerte Norte de Cerrez, Cerrez, Feniás, Algas Norte tapando al Macizo de Argualas y Garmo Negro. Los Ibones de las Albas aquí debajo y al otro lado la doble cascada del desagüe de los  Ibones de Pondiellos. Seguro que con estos atributos no hay ningún problema para casar bien a este mozo.
En la Cima del Garmo de la Mina.

Las Cascadas del Barranco de Pondiellos y los Infiernos.

            Hacemos fotos disfrutamos de nuestra felicidad particular y un cuarto de hora después nos vamos para abajo, la vuelta será tan larga como la ida.

El Garmo de la Mina se mira en el espejo del Ibón de la Sartén.

            Mi chica toma la vira herbosa que faldea la arista y más feliz que una perdiz se larga relajadamente hasta el hombro inferior de la arista mientras que nosotros desandamos la arista en busca de recuperar los bastones faldeando algún gendarme y nos llegamos al hombro mientras que mi chica arrea corredor abajo con la santa idea de darse un remojón en el ibón a 2400 metros de altitud.
Remojón suicida en el Ibón de la Sartén.

Las delicias del Ibón de la Sartén.

            Mientras que yo lo rodeo para hacer mis fotografías desde la orilla sur mi chica se pega un remojón campanillero en el Ibón de la Sartén para recuperar su tradición suicida pues las aguas están frías que matan. A pesar de ello, je, je,  le sugiero que se meta otra vez que le hago una foto.
Ibón de las Albas.

Armerias alpinas en el Ibón de las Albas.

            Tardamos una hora desde la llegada a la cima a la recomposición de la formación de maniobras del Ibón de la Sartén para abajo. Luego, barranco abajo por una pedrera infernal que castiga duramente mis pies nos llegamos a los Ibones de las Albas situados sobre los 2250 metros de altitud hacemos algunas fotos a unas preciosas armerías alpinas y seguidamente proseguimos camino para descender al rellano inferior por la orilla derecha del Barranco de las Albas.

Precioso ramo de iris germánica en el Rellano Inferior de las Albas.

            En el rellano cruzamos el barranco y tomamos el camino que conocemos y lo seguimos para abajo con alguna dificultad ya que, además de poco transitado está sin mantener y los pinos negros se lo están comiendo.

            En las inmediaciones del Barranco de Pondiellos contemplamos una pequeña cascada de la rama oeste del barranco y tomamos el camino que se va para abajo por la orilla izquierda del barranco. Poco después y a la sombra de un pico nos sentamos a comer cuando son las dos de la tarde

Milenrama en Pondiellos.

            Media hora después proseguimos con el camino siempre próximo al barranco. Es  difícil de seguir y en algún momento lo perderemos sin otro problema que mantener la idea general del mismo que termina por salir al praderío y allí entremezclarse con abundantísimas trochas de animales que se establecen entre las diversas surgencias de agua.

            La caseta de piedras nos orienta cuando ya avistamos Sallent y solamente nos queda deambular en descenso de bancal en bancal siguiendo un camino asediado por el rosal silvestre que se lo pone difícil hasta a las vacas.

            A las cuatro de la tarde llegamos a Sallent metido en fiestas, con los turistas remojándose los pies en el Barranco de Pondiellos  que pasa por medio del pueblo y en el que a gusto me daría un buen paseo para aliviar mis pinreles.

            Tratamos de visitar la ermita de San Pedro y nos encontramos que se trata de una casa particular y nos extraña.

            A la salida de Sallent tomamos la carretera de la orilla norte del embalse y tras caminar poco más de un kilómetro nos llegamos al coche cuando son las cuatro y cuarto poniendo fin a una circular en la que hemos movido alrededor de 1400 metros de desnivel liquidando uno de nuestro proyectos, pero no hay problema puesto que tenemos más.

Si quieres puedes ver más fotos.


           



             

2 comentarios:

  1. Verdaderamente hay rincones perdidos y casi vírgenes en el Pirineo. Tenemos montañas y lagos para toda una vida y más. Gracias por mostrarlos.

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    1. ¡Hola Rafa!
      El Pirineo es enorme y eso, solamente el Pirineo. La montaña es un medio en el que todos podemos encontrar satisfacciones. Primero vamos a los lugares concurridos, de culto, y luego algunos buscamos otras cosas que están allí para que vayamos y las disfrutemos.
      Me alegro que te haya gustado, no es más que lo que digo en el blog. Lo único que siento es que mi fotografía no tiene calidad y solamente sirva para el recuerdo.
      De cuando en cuando cuelgo cosas por el estilo y ¡Que aproveche!
      ¡Que vaya bueno!

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