9 ago 2000

20-00. FORQUETA SUDESTE DE VUELTA DE LOS ERISTES. 9-8-2000.

Las Forquetas desde el Eriste Norte. 26-8-10.

Eriste Central, Ibón Alto de Bagüeña, Cara Sudoeste, Forqueta Sudeste  e Ibón de Llardaneta.

09-08-2000.

Salida 13 h. Llegada 17 h.

Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de las Foequetas procedente de Prames. Vía en amarillo.
            Desde la Cima del Gran Pico de Eriste a 3053 metros de altitud contemplamos los Ibones de Millaris lugar por el que siempre habíamos pensado hacer estos picos, hacemos alguna fotografía  e iniciamos el descenso en busca de las mochilas puesto que nuestro objetivo inmediato es bajar a comer junto al  Ibón Alto  de Bagüeña. Es la una y cuarto del mediodía.

Bajando por el Corredor Sur del Gran Eriste. 26-8-10.

            El ibón está situado a 2.630 metros de altitud y la bajada se hace larga en un pedregal granítico que cuenta con tramos muy inestables. Son las dos de la tarde cuando alcanzamos la cola del ibón. Nos remojamos los pies en sus frías aguas y bebemos abundantemente ya que necesitamos reponer las enormes cantidades de agua que se pierden en una jornada como la de hoy, a pesar de que tan apenas se nota el sudor.

            Comemos tranquilamente, recibimos la visita de una paseante con su perro y a las tres menos cuarto, en dirección nor-nordeste, nos vamos ascendiendo poco a poco al encuentro de la entrada del corredor por el que hemos bajado de la Forqueta.

La Sudoeste de las Forquetas desde el Ibón Alto de Bagüeña.

            Lo alcanzamos ascendiendo en diagonal por la pedrera y ya metidos en él, subimos hasta un punto en el que el corredor se estrangula, además de que tampoco hemos ascendido el corredor lateral que nos debía conducir al tramo de pared entre los dos corredores utilizados. Estas dos circunstancias son inequívocas: no hemos  entrado por el corredor deseado y por tanto buscamos un corredor lateral orientado hacía el norte al que llegaremos tras alcanzar y bajar un corto tramo de otro corredor intermedio.

            Hacemos la travesía sin perder mucho tiempo y alcanzamos el tramo de pared que pretendíamos advirtiendo que deberíamos haber atacado el ascenso por un corredor más al norte. De cualquier forma, identifico el lugar y el corredor y pasando por encima de él comenzamos a ascender el tramo de pared en diagonal que nos conduce al primer corredor que hemos bajado a la mañana.

            El lugar de ascender por el mismo lo hacemos por su izquierda subiendo a plena pared, echando alguna mano y siempre con la posibilidad de entrar al mismo.

Bagueñola y Eristes desde la Forqueta.

            Una trepada que nunca es difícil nos permite ganar altura y al final ya casi en la vira de salida, mis socios se introducen en el corredor y yo sigo por la pared trepando un poco más para alcanzar directamente la cima del  Pico Sudeste de la Forqueta situado a 3.004 metros de altitud. Rosa está en el collado y Juan en la Forquete Noroeste.

            Hemos subido en hora y cuarto, justamente lo que habíamos previsto. Echamos un trago, disfrutamos relajadamente del rato, llamamos por teléfono y veinte minutos después iniciamos el descenso hacía la tienda, tomando para ello la vía que conduce al Collado de Eriste y que nos acerca a la arista norte

Desde la Forqueta Sudeste Sierra Roya, Espadas y Posets.

            Yo voy delante y la tomo, Juan y Rosa bajan por la pared llevando una vía similar a la de ascenso.

            La arista está estupenda y conduce con suma facilidad al Collado de Eriste en el que el viento me apedrea.

            Bajo el amplio corredor hasta el lugar en el que lo hemos abandonado esta mañana y me siento a contemplar plácidamente el tranquilo descenso de mis socios.

Atardecer en el Ibón de Llardaneta.

            Luego ya juntos y buscando el mullido de la pradera alpina alcanzamos la tienda cuando son las cinco de la tarde.

            Hemos empezado más tarde, hemos terminado antes y hemos movido  1.450 metros de desnivel, por tanto más que ayer; pero es que hacer aristas se las trae con abalorios y se lleva tiempo. Además también se hacen bastantes metros que no se contabilizan.

            Nos remojamos en el ibón, hacemos la colada y cuando vamos por la cerveza que he puesto a refrescar  en el ibón, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que nos la han limpiado. Así que no queda otro remedio que poner en un nevero pequeño que hay cerca la última que nos queda. A cambio nos comemos una bolsa de aceitunas de propina, ya que les he hecho una propuesta a mis socios, que han aceptado: mañana hacemos la actividad programada, después de comer desmontamos el campamento y nos bajamos al coche para cenar. A la mañana siguiente bajamos a Benasque, nos ponemos al corriente de los autobuses, nos subimos al mediodía  para irnos a acampar a Llosas y así el sábado hacer la última actividad en los Picos de Rusell.

            El día ha sido salvajemente cálido y se nota al atardecer, lo que nos permite estar de forma más agradable durante la cena, y por ello se nos hace más tarde.

            Son casi las diez menos cuarto, la ropa está prácticamente seca, yo me he echado un sueñecillo ya pero a pesar de ello charlamos todavía un poco; luego, cedemos a los impulsos del sueño que  viene montado en fogoso corcel.

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