11 ago 1988

7-88. PEQUEÑA COLECCIÓN DE TRESMILES EN EL VERANO 88. PICOS DE TAPOU Y VUELTA A GAVARNIE. 11-8-1988.

Tapou  y Montferrat. 30-6-05.

Cima Montferrat, Arista Sudeste, Pic de Tapou, Montferrat, Glaiar de Ossoue, Refugio de Baisellance, Hourquette de Ossoue, Glacier des Oulettes y Pont de Espagne.
11-08-1988.
Salida 12:30 h. Llegada 13:30 h.
Mixto.
Bastante fácil.
2 d.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Vignemale  procedente del IGN. francés. Vía en amarillo.

            Próximos pero separados  y descolgados  quedan los Picos de Tapou. La arista no tiene muy buen aspecto que digamos pero es tan buena hora…
            Son las doce y media y estamos en la Cima del Monferrat a 3220 metros de altitud
            -Espera aquí un poco que me voy a asomar para ver cómo está la cresta.
            -No hagas tonterías.
            -No te preocupes, me parece que está cortada allí mismo.
          
Vertiente Oeste de la Brecha de Tapou por la que se desciende. 28-8-07.

Me voy pensando que es una pena que, siendo la hora que es, tengamos que dejar los Tapou para otra ocasión, quizás por el Valle de les Oulettes de Ossoue como ya había estudiado en alguna ocasión. La Roca es buena, la cresta está firme aunque aérea y escalonada. Salvo un par de gradas con un estilo no muy ortodoxo y vuelvo la vista. Rosa queda allá arriba, esta cresta desciende vertiginosamente.
            El proceso de asomarse a un escalón vertical, realizar un pequeño destrepe  para luego en horizontal hacer una travesía en horizontal de vuelta a la cresta tras haber salvado el paso se repite con frecuencia. Quiero llegar a la brecha que está próxima para saber cómo está pues desde arriba no se aprecian bien sus dimensiones. Todavía estoy convencido de volverme tan pronto como la alcance y la vea.
            Es impracticable como me esperaba: al oeste un terrorífico corredor de roca astillada y menuda, al este otra pared dividida por otro corredor gemelo pero con nieve y al frente “un paso de ave”, la brecha es una laja vertical de 8 ó 10 metros separada por alrededor de 5 metros hacia el otro lado que es la Creta Norte del Gran Tapou, vertical y aérea pero accesible y sin dificultades aparentes.

La Sudeste de Montferrat desde Milieu. 28-8-07.

            Vuelvo la vista atrás y todavía distingo, 150 metros largos más arriba, el rojo del anorak de Rosa. Busco un socorrido destrepe breve pero el acceso al nevero-corredor  está cortado. El dilema es claro o me vuelvo para atrás y acabose o hay que bajar hasta el infierno para subir seguidamente al cielo.
            Una vez más inicio el destrepe por la Pared Norte que es practicable y tras dos intentos fallidos de pronta incorporación al nevero y de haber destrepado algo más de 50 metros alcanzo por fin el vertical nevero que salvaré con cuatro cuidadosos y prudentes pasos pues voy con las manos limpias. Al otro lado respiro.
            Hace rato que he perdido de vista la Cresta de Monferrrat, pero tomo la cresta ligeramente por la pared norte y a la carrera, fuerte de piernas y brazos me planto en la cima bañado en sudor y sin aliento. Tomo aire y grito entrecortadamente, grito salvajemente contento, inmensamente feliz, Rosa de pie me ha oído.

Montferrat y Agujas de Tapou desde Milieu. 28-8-07.

            Miro el altímetro que he arreglado y me señala 3150 metros, estoy en el Gran Tapou. Me voy al sur y para abajo por una amable y amplia cresta hasta el collado de separación de los dos Tapous más altos.
            Casi con las manos en los bolsillos y disfrutando del paisaje inferior pues las nieblas están altas alcanzo la Cima del Tapou Central que a la postre será el Milieu con sus 3130 metros de altitud. Es el noveno tresmil del día y no es todavía la una y media del mediodía.
            Rápidamente desando el camino. Los pasos difíciles se suceden ahora más fáciles y en poco más de media hora estoy de regreso. Rosa me recibe helada y muy enfadada amenazándome con no volver a salir a la montaña si la dejo para ir a hacer el loco por allí. Yo conciliador la abrazo y la bailo para quitarle el frío y el enfado. La verdad es que el día está ligeramente desapacible cosa que comprobaremos mientras comemos un poco en la cima a la vez que esperamos vanamente que se abran las nieblas y así poder fotografiar el circo completo desde aquí.

Grand Tapou  y Montferrat.30-6-05.

            A las dos y media iniciamos el regreso. Desandamos un buen trecho de cresta hasta que ésta se aproxima al glaciar para alcanzarlo por un inclinado nevero, la nieve está buena y el circo prácticamente vacío pues la gente se ha ido ya para abajo.
            Nosotros alcanzamos la huella del Glaciar de Ossoue y con ella la zona más tiesa del escalón glaciar. Algunos “graciosos” han patinado bajando por la huella y la han convertido en una pista de descenso. Nos decidimos a abrir huella con los tacones por no sacar los crampones y con cuidado, tiempo y paciencia, dejamos atrás el glaciar para incorporarnos a la morrena terminal del mismo, surcada ahora por una infinidad de pequeños torrentes.
            Luego, seguimos sin prisas pues el refugio está próximo y además en esta zona estamos abrigados del viento. Hacemos un alto y nos entretenemos placenteramente, entre otras cosas, bebiendo un vaso de leche que no habíamos bebido al mediodía pues el momento no era demasiado propicio.

Vertiente Sur de las Agujas de Tapou. 28-8-07.

            La cuesta que nos devuelve al refugio se resiste a nuestras piernas pero solamente es cuestión de sostener un poco más la línea de esfuerzo. Hay tránsito hacia Gavarnie cuando llegamos al Refugio de Baysellance. Son las cinco y media.
            El refugio está concurrido. La tarde afuera, a 2650 metros de altitud es ventosa y fría,  ha concentrado dentro al personal y de paso nos hace abrigar esperanzas para el día siguiente.
            Nos aseamos un poco, arreglamos nuestras cosas y nos despedimos del sol que se ha asomado para despedirse. Desde la puerta contemplamos los Tapous y el corredor de nieve que los une a Monferrat. Dentro se está mucho mejor.

Detalle de las Agujas de Tapou. 28-8-07.

            Relajadamente dejamos transcurrir el tiempo descansando cosa que, decididamente, agradecen nuestros cuerpos. Mientras tanto se irá haciendo la hora de cenar: nos preparamos nuestra sopa caliente y nuestros apetitosos huevos en tortilla de poquísimo peso para  nuestras costillas.
            A la hora recomendada ya hemos levantado nuestra mesa pero aprovechamos un hueco en el comedor para quedarnos dentro pues la tarde sigue igualmente desagradable.
            Hay un nutrido y ruidoso grupo de alemanes junto a los que nos instalamos para tomarnos le leche caliente y a las nueve hacemos las literas juntas, así dormiremos más calientes y tenemos suerte pues el personal de la habitación, que va a lo suyo, coincide con lo nuestro. Rápidamente y casi sin presentación iniciamos nuestro negocio con Orfeo.

La Este de Montferrat desde la Aguja Oeste de Tapou.28-8-07.

            La mañana es casi recién nacida cuando nos despierta un cierto tráfico en la habitación. No sin vencer la acostumbrada pereza que se instala en nuestros cuerpos todas las mañanas, nos ponemos en pie. Desayunamos nuestro tradicional vaso de café con leche y galletas rodeados de la claridad de una mañana vestida completamente de azul y seguidamente nos echamos al camino entre rocas rojas y pizarras en dirección a la Hourquette de Ossoue. Tenemos una doble cita: por la mañana el Glaciar de Gaube y por la tarde Gavarnie.
            El día promete ser espléndido y tomando dirección norte resbalamos camino abajo. Voy con ganas, no compartidas por mi esposa, de ponerme los crampones y evolucionar un poco en las pendientes de hielo del glaciar por debajo de la Barrera de Seracs del Glaciar de Gaube. Son tan escasas las oportunidades que tenemos de practicar en hielo que nuestra experiencia es mínima pues no buscamos sistemáticamente tales situaciones y el Pirineo de hielo es reducido en cuanto a espacio y a tiempo.
            Pronto abandonamos el camino para atravesar el pedregal por debajo del Glaciar de las Nieves en dirección a la zona inferior del Couloir de Gaube. La bajada es vertiginosa. Por arriba va una pareja entretenida con la rimaya.

Arista Este del Grand Tapou. 28-8-07.

            Alcanzamos el nevero casi horizontal que imaginamos se inclinará para saltar el escalón que nos separa de nuestro objetivo y nos ponemos los crampones: una de las poquísimas ocasiones que no lo hacemos en condiciones pésimas.
            Es una gozada la nieve dura todavía a estas horas. El nevero se inclina y luego se acaba. Nos deja 100 metros encima del glaciar al que queremos llegar y en medio de un escalón granítico que delicada y pertinazmente,  a lo largo de los siglos, ha sido modelado por el hielo. Vamos como gatos con cáscaras de caracoles en las patas, todo por la pereza de quitar y poner crampones pero también es cierto que esperamos alcanzar el glaciar en breve.
            Pero no será así pues el escalón se hace eterno y nos conduce a un laberinto de granito pulido que desemboca en un inclinado nevero surcado por un amenazador torrente que discurre por debajo. Saltamos la rimaya con sumo cuidado y pisando sobre ascuas atravesamos el puente de nieve y respiramos al alcanzar el hielo firme.

Cara Este de Montferrat. 30-6-07.

            Son las nueve menos cuarto cuando salimos del pequeño embarque  nos quitamos las mochilas y nos vamos a practicar sobre un hielo verdoso y negruzco que salta destrozado con las puntas delanteras de los crampones y que está recorrido por un sinfín de reguerillos de agua.
            Luego aparece más compacto  y se nos va una hora sin darnos cuenta, subiendo,  bajando y atravesando pendientes de hielo de entre 30 y 60 grados de inclinación por debajo de las enormes grietas de Couloir. Es una pena no poder disponer de todo el día y de algunos tornillos de hielo para sacar la  cuerda de la mochila y haber subido un poco para arriba pero parece ser que por esta vez nos ha de valer.
            Pasamos por los restos del último alud de hielo inmaculadamente blanco desprendido de un serac colgante en la zona oeste  y siguiendo el camino de los enormes cubitos por la morrena frontal recorrida por un engrosado torrente, damos por terminado el asunto; nos quitamos los crampones y almorzamos al amor del sol que nos ha acompañado durante nuestras andanzas por el glaciar.

Zona Inferior del Glaciar de Ossoue con Montferrat encima. 30-6-05.

            Luego atravesamos el anfiteatro morrénico, un vasto plateau surcado  por diversas alineaciones de gravas y salteado por una enorme para profusión de cantos erráticos que requieren paciencia y tiempo para atravesarlo. Son las once cuando llegamos al Refugio de Gaube. Vamos ajustados de tiempo para no perder la costumbre y ni siquiera  paramos, eso sí, echamos una última visual al sur como aquel que quiere guardárselo para sí y continuamos el camino cuesta abajo en una mañana que ya ha entrado en calores.
            El camino hacia el lago está concurrido como solamente suelen estarlo algunos caminos franceses. Suben gentes de todas clases y se nos termina haciendo pesado tanto física como mentalmente pues lo tomamos como un trámite que hemos de cumplir para proseguir en nuestro proyecto. Una vez más no hemos sabido disfrutar del descenso, que no dudamos, lleno de encantos.

Cara Norte de Vignemal. 1-7-05.

            De cualquier forma estamos en el Lac de Gaube a 1725 metros de altitud. Hacemos nuestra gaseosa “de pito” o soda espumosa y edulcorada a la sombra de un viejo serval que goza de privilegiado lugar en la orilla y nos encaminamos seguidamente a la pista repleta de carteles anunciadores del riesgo de caída de piedras de la Ladera Oeste del Pic de Gaube.       
            Cuando llegamos al telesilla está subiendo un grupo de minusválidos y el descenso se alarga con continuas paradas: la montaña es de todos.
            Va a ser la una y media cuando dejamos la silla; nuestro coche, como habíamos previsto, esta medio a la sombra. Nos aseamos un poco en el Barranco de Marcadau y cambiados de ropa y frescos nos damos un homenaje gracias a la logística que permite el coche con una ensalada variada, unas judías con chorizo y unos callos a la madrileña  que regados con unos tragos de vino podrían hacer temblar hasta a algún circunspecto mariscal. Apurados con rigor espartano luego la fruta y el café para llorar de puro delirio. Si la Gloria se parece a esto yo me apunto.

Couloir de Gaube y Grand Vignemale. 22-7-03.

            Otra cosa será recoger a todo trapo, reacondicionar las mochilas, echar a un cubo la basura que hemos bajado y la que acabamos de hacer y marchar para abajo.
            Cauterets nos espera somnoliento y concurrido. Compramos unas postales por lo que somos timados, mala aunque regular costumbre en los lugares turísticos y siguiendo junto al Barranco de Cauterets nos vamos en busca de Pierrefitte-Nestalas, atentos para no pasarnos el desvío a Luz St. Sauveur.
            Me pasa como al aragonés fino que después de comer tiene frío y sueño pero me espabilaré con la creciente circulación que encontramos al cambiar de valle.

Refugio de Oulettes de Gaube. 1-7-05.

Pasamos Luz por medio. Estamos en el Valle de Gavarnie o de Pau que no conocemos, el paisaje es bonito pero el ritmo es lento.
            Dejamos atrás Gedre y el desvío al Circo de Troumouse y tras 10 últimos kilómetros de caravana llegamos a Gavarnie a las cuatro y media de la tarde.

Para ver el Comienzo.             

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario! Responderé tan pronto como lo localice.