Espectaculares cornisas en la Noroeste de la Mota.
Aparcamiento de Pietramula, Cabaña
Barbietos, Plana Ruego, Collado Noroeste de la Mota, La Mota, Puntas Oriental y
Occidental de Liena, Punta Ruego y Cabaña Barbietos.
25-04-2016.
Salida 10:15 h.Llegada16:30 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Liena procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
La
Sierra de Liena para nosotros es poco más que un trozo de Pirineo dibujado en
los mapas pues acostumbramos a acudir por la zona muy de tarde en tarde, aunque
haciendo memoria son varias y viejas
nuestras actividades por el Circo de Barrosa o por el Real para subir, como no,
a Robiñera.
Aquella
mañana de primeros de Octubre del 14 cuando recorríamos la arista intermedia de
la sierra que arranca en la Aduana y culmina en Robiñera, accedimos a la misma en el Collado Noroeste de
la Mota en busca del Collado de las Pardas para recorrer la Senda en circular.
Durante la cabalgada, además de las suaves lomas que recorrimos nuestra
atención se centró en las Planas de Ruego un inmenso y amable praderío que ni
pintado para nuestro gusto con los esquís. Luego, en el Collado de las Pardas
tanto la continuación de la arista como la Senda de las Pardas ya es otro
mundo.
Solamente
nos faltó una tentación llamada Lameteoqueviene y hoy 25 de Abril de 2016 allí
estamos a las diez de la mañana.
Tras la Gran Revuelta de Pietramula algo nos dice que habrá algún corte en la nieve.
Hemos
dejado atrás un mes de Abril con una meteorología mala como pocos para la nieve.
Es algo tarde, todas las estaciones de esquí han cerrado hace días pero quizás
tengamos completamente limpia la Pista de Chisagüés lo que puede ser algo bueno
y a la vez malo.
Hemos
de parar en Bielsa y esperar a que abran para comprar pan y nos retrasamos algo pero la pista transitada y en perfecto
estado incluso para la furgo nos permite llegar hasta 100 metros antes del
Aparcamiento de Pietramula a 1920 metros de altitud.
Son
las diez y cuarto cuando nos ponemos los esquís en una pista que se ha llenado
de nieve de súbito antes de la Gran Revuelta de Pietramula. Nos huele que más
arriba tendrá cortes.
Así
será pues en el contrafuerte rocoso de la Sobrespluca hemos de quitarlos para
portear un par de cortes importantes al sol de la mañana que ya es moza. Ha
habido un buen rehielo.
La pista se rellena de nieve y nos deposita en el praderío fundamentalmente blanco.
Un
rebeco nos vigila impertérrito desde su inexpugnable atalaya mientras calzamos
de nuevo los esquís cuando la pista se vuelve a llenar de nieve a la entrada
del puerto tras cruzar el Barranco Ruego.
La nieve brilla a la luz de una espléndida mañana
Hay
algunas manchas de tierra en los terraplenes de la pista pero el resto aparece
cubierto de un manto blanco, liso y refulgente al sol der la mañana cuando
alcanzamos la Cabaña de los Barbietos.
Debajo la pista de acceso desde Pietramula.
Ante
nosotros se extiende un mundo de suaves lomas que nos enseñan la arista desde
el Collado de las Pardas a la Sur de la Mota.
El Collado de las Pardas es inconfundible.
Vamos
dejando atrás tanto Sobrespluca como Espluca Ruego y dudamos entre ir de oeste
a este como teníamos previsto o viceversa.
Pensando
más que otra cosa en el descenso decidimos irnos al este y comenzar por la
Mota. Para ello hay que atravesar todo el puerto que es la Plana Ruego en busca
del Collado Noroeste de la Mota que de momento no es visible.
Campos de nieve amables e impecables.
Hace
rato que nos hemos olvidado de la pista, por otra parte ilocalizable en el
rellano y avanzamos cómodamente disfrutando del rehielo que en algunos dorsos
orientados al oeste está más duro de lo deseado y nos obliga a alguna maniobra
que otra dentro de una línea de foqueo absolutamente placentera.
Van
a ser las doce cuando contemplamos toda la Pala Oeste de la Mota, el collado
noroeste que buscamos y la Hoya que recorreremos por su cabecera en un soleado
flanqueo.
En el Collado Noroeste de la Mota.
La
llegada al collado es erguida y la nieve está algo dura pero llegamos sin
cuchillas. Estamos a 2546 metros de altitud y ante nosotros se extiende una
arista vestida de impresionantes cornisas fruto inequívoco de una temporada campanilleramente ventosa como pocas.
No
es demasiado frecuente ver cornisas de esta magnitud en Pirineos. La línea de
rotura que localizamos en el collado tendrá fácilmente media docena de metros y
ante esta situación y evaluando el riesgo de rotura en algún giro poco controlado por nuestra
parte, decidimos dejar los esquís, poner crampones y marchar par arriba a pesar
de que no es más que una amplia loma.
Hay
que pasar dos pináculos acornisados para
alcanzar el resalte cimero en muy suave
ascenso y llegar el Vértice Geodésico de la Mota situado a 2579 metros de altitud.
Es la una menos cuarto.
En la Cima de la Mota con Robiñera y la Munia.
Fulsa y Suelza desde la Mota.
Imaginamos
más que vemos la ladera este que baja hasta la Antigua Aduana y que nos permite
contemplar tras ella la zona de Suelza y Trigoniero de gratos recuerdos, Maristás y Orbar y Montañesa aquí mismo, Suelza impresionantemente
blanca y Fulsa oscura para contrastar y un este acaballado con Portillón, Posets y Maladetas en bloque, y
seguidamente nos damos la vuelta en busca de los esquís.
Con toda la arista del día por delante.
En
uno de las escasas rocas metamórficas emergentes de las inmediaciones del
collado nos sentamos a echar un bocado, poco
más de un cuarto de hora.
Año de vientos en la Noroeste de la Mota.
El
Poste indicador que tendrá sus buenos dos metros está prácticamente enterrado y
la brecha de paso entre vertientes hoy es inexistente. Contemplamos la última
parte de nuestro ascenso de hace un par de años y nos vamos en busca de las dos
Cimas Innominadas que yo conozco por algunos mapas como Punta Liena.
Punta de Liena Oriental.
Para
ello hay que continuar el recorrido por la arista en dirección oeste con un
resalte poco consistente que enseguida se aloma y nos permite subir cómodamente
los alrededor de 50 metros que nos depositan en la Cima Oriental de Liena
acotada a 2602 metros de altitud. Son las dos de la tarde.
La
arista completamente alomada se alarga al oeste de llano y luego en suave
descenso y nos enseña la cúpula nevada de nuestra siguiente prominencia a la
que llegaremos contemplando las cornisas
que la adornan en su vertiente norte.
La Arista de Liena tiene más cornisas que desniveles.
Van
a ser las dos de la tarde cuando alcanzamos la Cima Occidental de Liena situada
a 2604 metros de altitud y que será a la postre nuestro punto alto de la
jornada.
Su
panorámica norte es ciertamente interesante
con Trigoniero, Garlitz, Bataillence, Marioules, Puerto Viejo, Piau, más
atrás Midi de Bigorre y todo el Macizo de Neouvielle.
En el descenso hacia Punta Ruego.
Quitamos
pieles y nos echamos para abajo puesto que el collado próximo se encuentra casi
100 metros por debajo. La nieve está divina y cometemos el error de no bajar 50
metros más hasta el rellano y remontar cómodamente.
Juan
se va por la arista que presenta algún tramo rocoso y erguido y nosotros a
media ladera en una pendiente importante que unida a la nieve demasiado
reblandecida nos obliga a descender ya con las pieles puestas de nuevo en plan
a lo que salga.
En la Cima de Punta Ruego.
Luego,
una larga diagonal nos permite remontar la mayor parte de lo perdido y nos deposita en las inmediaciones y
seguidamente, tras unas zetas en la Cima de Punta Ruego situada a 2589 metros
de altitud cuando son las tres de la tarde.
De Espluca Ruego a Robiñera desde cerca del Collado de las Pardas.
Nuestro
horizonte oeste nos enseña tras un tramo de arista alomada y descendente el
Collado de las Pardas que es inconfundible pues aquí se cortan bruscamente las
amabilidades de la sierra: un paretazo enorme y vertical es la continuación hacia Espluca Ruego en
cuya cara norte discurre la Senda de las Pardas, para continuar elevándose
hacia Sobrespluca y culminar en
Robiñera, apareciendo al norte una buena parte del Cresterío de la Munia; bajo
el Robiñera se adivina el Collado de las Puertas pues no se ve el fondo como
tampoco la subida desde Pietramula, si en cambio, la diagonal en la Este de la
Punta de las Puertas que es lo que nos va por nuestras cabezas. Más al oeste y
girando al sur aparece Ordesa desde Astazus
hasta el Portillo Tella y Bachaco. El día es espléndido.
Disfrutando de una nieve inmejorable en la Sur de Liena.
Juan
se baja hasta el Collado de las Pardas para echar una visual ya que él no ha
estado por allí pero nosotros no lo hacemos puesto que cambiamos la ida y la
vuelta con muy suave pendiente, ya que
no queremos entrar en el territorio del Barranco Ruego, por la preferida pala
sur de pico y bajar luego por donde hemos subido.
En la Sur de Punta Ruego.
Mientras
se alarga hasta el collado nosotros quitamos pieles y nos aprestamos tranquilamente
para disfrutar del sublime gozo de la nieve primavera: hasta parece que sepamos
esquiar.
Hemos
quedado para comer en unas piedras que afloran en la parte inferior de la Pala
Sur de Ruego, aproximadamente en la ubicación de un ibonciecho que no
localizaremos al estar completamente cubierto de nieve y allí estaremos al sol
hasta las tres y media que reanudaremos el descenso por lomas y palas ya más
suaves pero que se esquían divinamente.
El
descenso es corto, placentero y rápido a pesar de estirarlo un poco. Cerramos
el refugio que hemos abierto a la mañana para que se secara un poco y nos
introducimos en la pista para bajarnos hasta el primer corte.
Terminando la jornanda bajo la Cabaña Barbietos.
Quitamos
esquís y con ellos al hombro bajamos unos metros de pista y atajamos por
praderío escalonado directamente a la furgo que nos espera al sol y con
compañía de dos congéneres más.
Son
las cuatro y media de la tarde cuando ponemos los bártulos a secar. Mientras Rosa se queda con el asunto Juan y
yo nos vamos a ver cómo está el cruce de barrancos de camino al Collado de las
Puertas pues también tenemos otros planes opcionales.
Cruzaremos
el puente del Real y enseguida veremos casi todo lo que se puede ver y que es
de nuestro interés: mañana intentaremos Peña Blanca.
Nos
queda una enorme tarde para relajarnos de la jornada en la que hemos movido un
desnivel cercano a los 850 metros y ahogar los no demasiados esfuerzos con unas
cervezas y un picoteo vario para colmar la sed. Luego vendrá una cena caliente
por derecho y prontito a la duerma pues el sol se despedirá sobre las siete y
enseguida viene le fresqui y luego las estrellas que cambiaré decididamente por
el amor del saco y a otra cosa.
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