De vuelta de la Ferrata de Foradada del Toscar.
Ferrata completa.
15-04-2016.
Desnivel acumulado 260 m.
Distancia recorrida 2000 m.
Tiempo efectivo 02:30 h.
Sol.
Bastante fácil. K4.
Ferrata aérea, vertical medianamente
atlética y espectacular, completamente limpia de basura, con una excelente
caliza y perfectísimamente equipada.
No hay agua.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Croquis ilustrativo de la ferrata. Recorrido desde el aparcamiento.
En
Junio del pasado año 2015 quisimos ir a la Ferrata de Foradada del Toscar pero
al enterarnos de que estaba cerrada por reparaciones nos vamos a Castillo Mayor
y a otra cosa. Hoy 15 de Abril volvemos a la carga y de rebote pues como desde
nuestras casas contemplamos una buena parte del Pirineo, la nubosidad que no
remite nos invita a dejar en casa los esquís y marcharnos al Sobrarbe bien
entrada la mañana.
Allí está la incógnita de la Ferrata de Foradada del Toscar.
Son
las once y media cuando subido el Puerto de Foradada tomamos el desvío de
acceso a la ferrata sobre el kilómetro 414 de la Carretera de Ainsa a Campo,
para aparcar en un rellanito próximo a la entrada sobre los 1000 metros de
altitud. Un cartel comunica la existencia e ilustra la misma.
Llegando al inicio de la ferrata.
Una
pista de gravas calizas asciende
suavemente un poco hacia el este y tras un cuarto de hora corto de camino que
también se puede subir en coche, una revuelta en fuerte ascenso nos deposita en
la base de una de las agujas varias, la central, que vamos a ascender.
Junto
a un nuevo cartel informativo de la ferrata en el inicio de la misma nos
equipamos y alrededor de las doce nos
metemos en la pared que orientada al sudoeste
ascenderemos por su arista sur.
En la parte alta de la Torre Inicial de la ferrata.
Hay
que superar dos pequeños monolitos en diagonal ascendente para tomar la arista
de una primera torre que no se escala en su totalidad. Aquí comienza un largo
tramo vertical que es la tarjeta de presentación de la ferrata con línea de
vida en perfecto estado y cosido de grapas donde comenzamos a disfrutar de la
verticalidad al sol de la mañana.
Todavía nos queda tiempo para esta delicadeza gualda en plena pared de la hippocrepis comosa.
La
torre extraploma un poco y cambia de color cuando se abandona la arista
inicial, para hacer una travesía horizontal a nuestra derecha que nos lleva al
fondo de un corredor que atravesaremos, para incorporarnos a la pared del
torreón adjunto que es la arista este por la que proseguiremos el ascenso.
Pared vertical en el Segundo Torreón de la ferrata.
Juan
por delante y yo detrás hacemos fotos a barullo con mi chica en medio a su
marcheta. Hay que decir que la equipación es excelente en toda la ferrata y
nunca falta una grapa tanto para pies como para manos además de que la caliza
es extraordinaria aunque algo lisa en la primera parte del recorrido.
Progresión en las placas del Segundo Torreón.
Tras
la travesía hay que superar un paredón vertical de otra veintena de metros
en un estrecho corredor que se prolongan algo más no visible desde
abajo con una placa subsiguiente a la sombra de la mañana. Las aristas, en fuga
vertical, ofrecen unas imágenes hacia abajo espectaculares.
Superando un corredor encajado tras el Segundo Torreón de la ferrata.
Tras
unos pocos metros en un corredor encajonado en el que hay algo de vegetación continuamos
con unas placas verticales que nos sacan al sol y nos conducen a una pequeña
brecha en la que iniciamos una travesía con algunos tramos horizontales.
Desde
una nueva brecha hay que contornear un pequeño gendarme en descenso hasta
atravesar el Puente de la Traviesa que facilita la travesía de un corredor
vertiginoso y en el que la rama de una vieja carrasquilla falicita la
incorporación a la pared subsiguiente que habrá que atravesar.
Cruzando el Puente del Cable.
Una
placa vertical nos conduce a una travesía, también sobre otra placa vertical con unas fisuras horizontales
que facilitan los apoyos para los pies y nos conducen a un nuevo corredor
enclaustrado y estrecho que desemboca en
una nueva brecha.
Ascendiendo una placa bajo un imponente torreón.
En el torreón por encima del Puente del Cable.
En el Torreón fianl de la Primera Cima de la Ferrata de Foradada del Toscar.
Se
trata de un torreón vertical que nos
enseña la culminación de la primera parte de la ferrata.
Ascendidos
unos metros cambiamos de pared en una vertical fisura y proseguimos ascenso.
Unos metros más arriba retornamos a la pared anterior y por su placa
vertical ascendemos próximos a la fisura
que nos conduce a la Primera Cima de la Ferrata de Foradada del Toscar, una
plataforma estrecha y alargada de calizas claras visible desde el inicio de la
pista de acceso.
Coronando la Primera Cima de la Ferrata de Foradada del Toscar.
Alternamos travesías horizontales con tramos descendentes.
Terminada
la primera parte de la ferrata, continuamos bajando a la brecha a la que no
hemos llegado en ascenso, para continuar con una larga travesía descendente en
busca de la arista oeste de la aguja y de su cara norte a continuación.
Descenso de cierta consistencia en una pared bastante rugosa.
Tras
la brecha rodeamos un gendarme en descenso y nos incorporamos a una pared algo
más cuarteada y salpicada de pequeñas placas donde ya hay más apoyos naturales.
Para mí es el paso más dudoso de toda la ferrata aunque no sea difícil.
Hay
que seguir con travesías diagonales descendentes, todas bien equipadas que nos
conducen a nuevas brechas a las que no llegaremos. La línea general de la
ferrata es aquí más indecisa y cambia con frecuencia de trazado siendo más
variada y entretenida.
Destrepe aereo en busca de la Arista Oeste de la ferrata.
Alcanzamos
la arista oeste de la aguja y siguiendo la línea de travesías nos introducimos
en su cara norte en la que las placas lisas escasean. Rodeamos un nuevo espolón
en el que hay establecida una vira descendente y avistamos el puente colgante.
Travesía de acceso al Puente Colgante.
Para
alcanzar la entrada al mismo en el que falta la placa inicial no necesaria, hay
que describir una travesía horizontal en una zona un tanto extraplomada.
El
puente de cinco sirgas y peldaños para los pies tendrá una docena larga de
metros y se balancea suavemente columpiándonos de manera delicada. Hacemos fotos
y terminamos la segunda parte de la
ferrata. Es la una y diez.
Mis socios en el Puente Colgante.
Aquí
terminamos con la Primera Torre. Continuaremos con el ascenso a la Segunda Cima
situada al norte de la anterior y de morfología y aspecto bastante diferente.
Se
inicia con una primera placa vertical, quizás la más larga de esta tercera
parte tras la que aparece a nuestra izquierda una vía de escape. Lo más
espectacular de la ferrata ha concluido y esta parte dicen que no aporta
nada a la misma.
Atrás se queda el Puente Colgante.
Progresamos
entre la vegetación en la que destaca la
coscoja con algunos ejemplares de fuste y ganamos altura relajadamente
disfrutando de la caliza que ofrece multitud de apoyos para pies y manos y que
permite una progresión atlética sin necesidad de medios artificiales.
Aparecen algunas cadenas entre placas rodeadas de vegetación.
Dejamos
abajo al Puente Colgante y a una cordada de cuatro que está finalizando la
primera parte de la ferrata y nos incorporamos a un diedro largo y
característico de calizas ocres en el que las grapas están intercaladas a ambos
lados del diedro.
Entrando al diedro final de la Ferrata de Foradada del Toscar.
Salvo en las placas verticales progresamos
fundamentalmente con esporádicos anclajes a la línea de vida mientras pensamos
que nos daríamos con un canto en los dientes por contar con tramos similares
muchos días en los que los hacemos a pelo.
Terminado el
diedro una travesía a nuestra derecha nos deposita en la Cabecera del Monolito
Cimero en el que termina la pared y la Ferrata de Foradada del Toscar.
En la Segunda Cima de la Ferrata de Foradada del Toscar con la Montañesa de fondo.
Son las dos
menos cuarto, la mañana está espléndida y nos sentamos a comer tras hacer una
foto de los tres.
Estaremos algo
más de media hora con este tajo hasta que alrededor de las dos y media
iniciamos el descenso.
Iniciando el descenso de la ferrata por un tobogán terroso y empinado.
Un tramo de
sirga no necesaria más que para indicar el camino de descenso parte hacia el
este para rodear una pequeña pared y alcanzar una brecha al norte de la cima.
Desde allí un
estrecho corredor inclinado, lleno de vegetación y con firme terroso y húmedo
nos baja hacia el oeste. Hay unas cuerdas de nudos que ayudaran en el descenso
al personal no acostumbrado a transitar toboganes como éste. También hay ramas
de boj que ayudan al control del ritmo de descenso antes de hacerlo con el culo
arrastro.
Antes de cambiar de corredor en el descenso de la ferrata.
Poco más abajo
el corredor se amplía y se llena de pedriza mezclada con la tierra y con
abundante materia orgánica, de la coscoja,
en la que se desciende ya por medio de la vegetación. El corredor continúa con
una encina yacente pero un caminillo por
la roca de la derecha del corredor permite saltear la misma tras la que el
corredor se despeja y se inclina algo más.
Es el momento de
cambiar de corredor por otro situado más al oeste, más amplio y en el que el
caminillo deambulará haciendo un descenso cómodo mientras escuchamos el
jolgorio del personal en el Puente Colgante al que acaban de llegar.
Visualizando un tramo del descenso de la ferrta.
Unas fotos a la
Arista Oeste de la Aguja mientras
retornamos plácidamente al inicio de la ferrata para bajarnos seguidamente por
la pista al coche al que llegamos pasadas las tres, nos ha costado poco más de
media hora el descenso.
En el cartel
indicativo de la ferrata se indica que el recorrido es de 600 metros y el
desnivel de 240 metros. También, aunque nosotros no entendemos de ferratas,
indica que se trata de una ferrata de nivel C ó K4 de dificultad.
Esquema de la Ferrata de Foradada del Toscar.
A nosotros que
no somos ferrateros pero tenemos costumbre de trepar en libre nos ha parecido
una ferrata aérea, vertical medianamente atlética y espectacular, completamente
limpia de basura, con una excelente caliza y perfectísimamente equipada, para
la que puede ser muy útil tanto la costumbre a la verticalidad como un poco de
resistencia física.
Desde la cima
hemos aprovechado para despeñar algunos fantasmas que suelen anidar en los
cerebros más inocentes y vulnerables.
Buenas tardes,
ResponderEliminarHe leído en una página el comentario de un compañero que el cable de vida estaba muy deteriorado. ¿Como lo viste tu?
Muchísimas gracias
¡Hola Macarena!
ResponderEliminarSiento no haberme dado cuenta de tú comentario pues ha sido por casualidad al ser sobre una entrada algo antigua.
Yo no comparto en absoluta esa opinión. A nosotros nos pareció que la ferrata en general estaba en perfecto estado.
No soy experto en ferratas, he hecho algunas y podría decirte que en peor estado que la de Foratata.
¿No habrá confundido la ferrata con otra?
¡Que vaya bueno!