Las nubes sobrevuelan Acue más deprisa que nosostros.
Central Eléctrica de Estaens, Hayedo
Espelunguere, Cabañas de Couecq, Collado de Acue, Arista Sudoeste de Acue,
Barranco de Acue, Aguas Tuertas y Paso de Escalé.
30-03-2016.
Desnivel acumulado 900 m.
Distancia recorrida18000 m.
Tiempo efectivo 06:15 h.
Mixto.
Bastante fácil.
Agua en los Barrancos de Couecq, Acue y
Espelunguere y en Aguas Tuertas según época y costumbre.
Se trata de un recorrido circular que admite algún recorte en el descenso de
Acue de tal forma que se reduzca un poco su recorrido un tanto largo según las
condiciones en las que se aborde, pudiendo hacerse en cualquier época del año.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Acue procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Parece
ser que el 30 de Marzo de 2016 miércoles, será el mejor día de la semana pues
el finde queda impreciso. Habrá bastante sol y un poco de viento pero con unas
temperaturas escandalosamente altas nos proponemos ir a Acue y tratar de hacer
la circular que tenemos pendiente antes de que la nieve vuele.
Cuando
llegamos a Les Forges de Abel, tras pasar por el Túnel del Somport vemos la
nieve muy alta, tan alta que nos permite llegar con el coche hasta la Central
Eléctrica de Estaens situada a 1270 metros de altitud, en las inmediaciones del
Aparcamiento de Espelunguere.
La nieve de la Pista de Espelunguere está blandísima.
Un
porteo de escasos cinco minutos nos permite calzar los esquís enseguida y
aunque la pista tiene incipientes cortes los pasamos sin descalzarnos. Otra
cosa será a la vuelta con estas temperaturas que tenemos ahora a las diez menos
cuarto de la mañana. Hemos cometido el primer error, mea culpa, pues deberíamos
haber madrugado más.
El camino barrido por los acostumbrados aludes de la ladera este.
Pista
arriba en dirección noroeste que será la orientación general de nuestro camino
al Collado de Acue, alcanzamos la zona de praderío entre el Hayedo
Espelunguere, atajamos algunas revueltas, desechamos la pista que sube a las
Cabañas de Couecq que queríamos tomar y enseguida nos metemos camino arriba
mientras que la pista buscada se ha quedado por debajo.
El camino en el hayedo se sube bien.
La
pista alarga pero propicia una subida cómoda mas hoy, con esta nieve y la
huella que sigue fielmente el camino, disfrutaremos de una ascensión cómoda en
la que tan solo daremos una vuelta maría.
Foqueando en el Rellano de las Cabañas de Couecq.
Van
a ser las once cuando alcanzamos el borde del Valle Colgado de Couecq situados
a 1620 metros de altitud. Ante nosotros se despliega el rellano de las cabañas,
La Montagne de Couecq que culmina en el Pic Arri o Arre y el Collado de Acue
que es nuestro subsiguiente objetivo. Más al oeste cierra el horizonte la
enorme mole de Gebedeille-Acue.
No
pasaremos por las cabañas sino que proseguiremos el ascenso por la orilla
derecha del Barranco de Couecq. Se trata de una serie de lomas entre pequeñas
depresiones que transitamos siempre en suave ascenso y que sin apenas perder
altura en un par de ocasiones nos llevan al fondo del circo para atravesar el
barranco cuando éste ya está cerrado.
La Este de Gebedeille y Acue.
La
continuación de desarrollará en la ladera izquierda del barranco mientras que
Juan marcha por la derecha un poco más de frente al Collado de Acue.
La
nieve está blandurria incluso a esta altitud y es mejor abrirse huella que
utilizar una vieja y bien trazada ya que la nieve cede en bloque en su parte de
valle.
Remontando hacia el Collado de Acue.
Ganamos
altura hacia las Paredes de Couecq para luego faldear suavemente y a salvo de
posibles aludes en esta orientación ya que las cornisas han pasado por la purga
fundamentalmente.
Poco
antes de alcanzar el collado el viento nos visita con cierta consistencia
aunque no es frío en una mañana con más nubosidad de la esperada. Sopla con
rachas en todas direcciones cuando se anunciaba del sur
En
el falso collado al que llegamos sobre las doce, estaremos a 2000 metros de
altitud, cumpliendo estimaciones prevista,s entran rachas fuertes del oeste
pero una pequeña tregua nos anima a echar un café ya que imaginamos que de allí
para arriba no dispondremos de nada mejor.
Hacia la Arista Noroeste de Acue.
Alcanzado
el collado proseguimos ascenso en dirección sur mientras faldeamos Gebedeille y
entramos en la vertiente noroeste del
pico. Viejas huellas prosiguen el faldeo hasta la Arista Noroeste de Acue a
donde nos dirigimos para ascender seguidamente al mismo tras dejar los esquís.
Aquí
aparece nieve un tanto costra y venteada que se foquea bien pero el viento que
mueve negras nubes a una velocidad considerable empieza a soplar consistentemente. Juan marcha un poco más de
frente y encuentra abrigo en la pared
mientras que nosotros comenzamos nuestra pelea con el viento.
Atras Arri antes de que arrecie el vendaval.
Habían
anunciado vientos de 20 km/h. y rachas de hasta 90 que no podíamos creer pero
lo que vamos a soportar en la parte baja de la pared lo confirmará.
Juan,
después de esperar al abrigo alcanzará la arista y casi a cuatro patas hará
cima. Nosotros en casi media hora nos desplazaremos poco más de 100 metros, a
Rosa la tirará dos o tres veces al suelo y a mí casi. Aunque no es frío, nunca
hemos soportado unas rachas tan fuertes, eso que no estamos en arista y tenemos
alguna experiencia de viento como la de
Mondiniero que me arrancó las gafas de ventisca y el gorro de lana.
Una difícil transición en medio del vendaval desde Acue.
Me
veré obligado a soltar los esquís, clavarlos hasta media atadura mientras decidido
a renunciar al pico. Aun así y aprovechando las profundas huellas que se hacen
con las botas sobre la nieve costra me llegaré hasta la arista para darme la
vuelta de inmediato pues en estas condiciones no es aconsejable continuar.
Deberíamos
haber dado la vuelta sin quitar pieles para alcanzar algún punto más protegido…
hubiera sido una decisión que a posteriori te pasa por la cabeza pero no lo vi
ni fácil ni conveniente en ese momento. Solamente se nos ocurre aprovechando
las profundas huellas que hago con las botas desandar camino pues ni siquiera
nos atrevemos a calzar de nuevo los esquís.
Nuestras huellas en Acue.
Desandaremos
un trozo, el viento amaina un poco y quitamos pieles rápidamente para
recogerlas a toda pastilla, montarnos en los esquís y salir pitando por donde
hemos venido hasta una pequeña depresión
donde hace algo de abrigo.
Allí
nos ponemos los cortavientos arreglamos botas y esperamos que baje Juan
especulando con volvernos por donde hemos venido o proseguir con la circular
proyectada.
Reunidos
finalmente, proseguimos el descenso en dirección noroeste por una suave y
amable ladera muy bien vestida de nieve, salpicada de rellanos que nos debe
conducir al Barranco de Acue. Allá se queda el Pico Acue y su vendaval que nos
ha obligado a renunciar a la cima.
Aillary y las dos Puntas de Arlet bajando hacia el Barranco Acue.
El
descenso es placentero con nieve primavera
y ya junto al barranco hemos de tomar un corredor estrecho en el que
afloran grandes y pequeños bloques metamórficos, esquiarlo con cuidado e
iniciar la diagonal al sur con el objetivo de deslizar lo más posible antes de
llegar al Fondo de Aguas Tuertas.
Aguas Tuertas desde las inmediaciones del Barranco de Acue.
La
nieve escasea entre piedras y retazos de praderío, cruzaremos unos cuantos
barranquillos ya que baja agua por todas partes y finalmente alcanzamos el Rellano de Aguas
Tuertas sobre los 1600 metros de altitud cuando son las dos de la tarde.
Abandonando el Barranco de Acue e iniciando la diagonal de retorno.
En
unas piedras nos sentamos a comer y a que se sequen las pieles, nos espera una
larga vuelta.
Meandros en la parte Este de Aguas Tuertas.
Sabemos
que el descenso de Acue en la vertical del Paso de Escalé es muy rocoso.
Un poco más hacia Aguas Tuertas es
demasiado sur y a estas horas si la ladera está muy cargada puede resultar
arriesgado además de que la parte baja puede estar falta de nieve con bastante
seguridad. Nos quedaba la opción que hemos tomado, es muy larga pero tiene
posibilidades que hemos disfrutado primero y que ahora vamos a padecer.
Cae agua por todas partes en la Sur de Acue.
Media
hora después ponemos pieles y llaneamos siempre por la orilla norte del
barranco. Dejamos atrás los meandros más conocidos y estéticos, a un jabalí que
debe estar algo enfermo y bastante deslocalizado y volvemos hasta la divisoria
de aguas en breve ascenso siempre cruzando barranquillos laterales con puentes
de nieve precarios, alguna vuelta y algún que otro descalce. Recorreremos una
distancia mayor que la que luego habrá hasta el Paso de Escalé.
Acercándonos al Paso de Escalé.
Comprobaremos
el acierto de nuestra decisión ya que los últimos 200 metros de desnivel nos
hubieran obligado a portear por falta de nieve en la zona más venigna de la
cara sur del Acue y cansinamente nos llegaremos al Paso de Escalé situado a
1620 metros de altitud en descenso imperceptible tras charlar con una pareja
que ha subido a dar una vuelta de iniciación. La pareja de la mañana que se ha
ido a subir la norte, tampoco ha hecho cima.
La Cascada del Barranco Escalé.
En
la entrada al paso hay que quitar esquís y al cruzar el barranco para seguir
por su orilla izquierda también, así que con los esquís al hombro hacemos los
dos pasos seguidos y continuamos de igual modo cruzando pequeños aludes y
tramos sin nieve pues el momento del Barranco Espelunguere se ha pasado.
Hay que portear para salir del Barranco Escalé a través de tramos limpios o restos de aludes.
A
la entrada del bosque los calzamos ya que la ladera conserva nieve suficiente y
tras algún pequeño descalce nos llegamos a la Pista de la Cabaña Espelunguere
para tras un breve remonte, también descalzados para cruzar un barranquillo
caudaloso, cerrar el bucle iniciado a la mañana.
Esquiando el hayedo en el Barranco Escalé.
Se
ha ido algo de nieve de la pista por lo que atravesando algunos claros con
cuidado y sobre la hojarasca o hierba de los laterales nos llegamos al coche
cuando son las cinco de la tarde. La jornada ha resultado peleona por el viento
que ha hecho justicia rigurosa con las estimaciones y también por la distancia
recorrida que habrá rondado los 18 kilómetros, aunque no por el desnivel que
habrá estado sobre los 900 metros. Podría haber resultado mejor y también peor
pero es lo que nos ha tocado hoy y otro día otra historia; todo con tal de que
no nos caiga encima el techo de la cocina como decía aquel.
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