Recortados en la Cima de la Maladeta.
Aparcamiento de la Besurta, Refugio de
la Renclusa, Glaciar de la Maladeta y Collado de la Rimaya.
20-05-2016.
Salida 08:45 h.Llegada 16:30 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de la Maladeta procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
La
Maladeta fue nuestro primer tresmil con
esquís hace cinco años. Que fue exactamente por estas fechas. Guardábamos un
buen recuerdo de aquella jornada espléndida y mi chica quiere volver, bueno,
queremos.
Lo
programamos para el día 16 en previsión
de acontecimientos anunciados, pero no va a ser posible pues tenemos que
marchar el domingo 15 a Barcelona: Mario ha decidido nacer.
Tras
unos días en Santa Coloma de Gramenet, volvemos a casa y retomamos el tema
antes de que se pase el asado.
Iremos
el viernes 20 de Mayo de 2015 pues hay buen tiempo previsto. Para
ello y en lugar de darnos el madrugón, decidimos marchar a dormir a Benasque
por la noche. Salimos a las nueve y a las once estamos allí.
En la Besurta hace una mañana espléndida.
Así, sin prisas, nos llegamos a la Besurta,
preparamos los bártulos tranquilamente y a las nueve menos cuarto nos ponemos
en camino.
La
mañana, a 1850 metros de altitud, está vestida con sol y con una temperatura
espléndida cuando iniciamos un esperado porteo en dirección sur y camino del
Refugio de la Renclusa. La gente debe andar toda por delante pero a medio
glaciar advertiremos que no. Nosotros esperamos que el sol haga su faena, o
como dice Daniel Mur salimos a huella puesta.
Bajo la Renclusa nos ponemos los esquís y las cuchillas.
En
el desvío hacia Aiguallut advertimos que habrá que portear un poco más pues las
últimas lluvias han refaldado la nieve algo más de lo esperado.
Entramos
en los pinos pasados los primeros neveros y tras un cuarto de hora largo de
porteo, ponemos los esquís, quitamos los esquís, ponemos las cuchillas y
acabamos con la jodienda de siempre bajo la Renclusa: es una zona sombría y con
muchísimo rehielo, lo sabemos pero…
En
la Renclusa, a 2140 metros de altitud,
salimos de nuevo al sol, la fuente está cortada y pasamos por
detrás para iniciar la larga
diagonal que ascendiendo entre
afloraciones de granito nos enfrente a las Palas Inferiores del Glaciar de la
Maladeta camino de los Portillones. La nieve soleada está estupenda para
foquear y no supone ninguna molestia el foqueo con cuchillas.
Describimos una larga diagonal por encima de la Renclusa. Pico Paderna.
Hemos
tenido la tentación de pasar por debajo del refugio como ha hecho una pareja
pero creemos que es vía más útil para subir a Paderna y además, como hay que
subir, pues hagámoslo de buen principio.
El
glaciar está cosido de huellas por todas partes, el personal ha subido con
cuchillas y consecuentemente, las huellas no son profundas ni continuas. Nos cuesta localizar una huella
que, no demasiado evidente, se abre paso entre las demás con una continuidad
manifiesta y que seguiremos puesto que nos gusta su perfil de progresión en el
glaciar. Juan fiel a su costumbre sube de frente paso de maniobra.
Juan nos saca con Salvaguardia y los Ibones de Paderna.
Dejamos
por debajo los Ibones de Paderna y al rato el Portillón Inferior siempre en
busca del Superior mientras se suceden
las palas amablemente erguidas y soleadas vigiladas por el Pico de Paderna y
más atrás por Salvaguardia y la Mina.
Localizamos
a un trío en la diagonal de acceso al Portillón Superior y nos llama la
atención de que dos de ellos portean los esquís pero…
Acercándonos al flanqueo hacia el Portillón Superior.
Van
a ser las once cuando nos olvidamos del flanqueo hacia el Portillón Superior
que tiene unas buenas huellas además de mucha nieve y nos enfrentamos al foqueo
de la enorme comba del glaciar que nos tiene que llevar al Collado de la Rimaya,
la Pirámide de la Maladeta o Maladeta Oriental está a la vista como en una
buena parte de la ascensión pero habrá que pelearlo un ratito todavía.
Pasamos el desvío al Portillón Superior en busca de la Maladeta.
Estamos
a 2850 metros de altitud, la nieve sigue muy buena para el foqueo y ya hace un
buen rato que no estamos solos en el glaciar: eso no es posible en un día como
hoy.
Poco
más arriba y aprovechando un bloque de granito emergente nos detenemos para
echar un bocado, son las once y media y más que la necesidad de comer o beber
nos imponemos beber un poco pues hasta a los buenos camellos les puede ir bien
un poco de agua.
Un
cuarto de hora después y tras contemplar que hay otro trío que sube con
raquetas y porteando los esquís mientras abren pesadamente huella por un
corredor situado en la vertical del Pico del Collado de la Rimaya y próximo al
contrafuerte de la Torre Cordier, proseguimos nuestro ascenso.
Otro
cuarto de hora largo después, la rampa es
suave pero se hace pesada, alcanzamos la entrada del corredor muy
rellena de nieve por lo que nos incorporamos un poco a la pared para dejar los
esquís y poner crampones. Creo que no serían
necesarios pero ni me lo cuestiono.
Estaremos
por encima de los 3150 metros y con los piolets en la mano iniciamos el ascenso
de un patatar completamente escalonado y lleno de huellas que Juan se sube sin
quitar las raquetas pues tiene la suficiente paciencia aunque se olvida de los
bastones y emplea el piolet.
Saliendo del Corredor al Collado de la Rimaya.
En la Oeste de la Maladeta.
Llegando a la Cima de la Maladeta.
Un
cuarto de hora después nos deposita en la Cima de la Maladeta situada a 3308
metros de altitud.
En la Cima de la Maladeta.
La foto que no puede faltar en la Maladeta.
Es
la una menos cuarto cuando en la cima que conocemos hacemos fotos sobradamente
conocidas pero que no por ello son menos espectaculares: Cregüeña
inmaculadamente blanco al igual que los glaciares de la Maladeta y Aneto
perfectamente escindidos por la Cresta de los Portillones; celestial la Creta
del Medio, alineados los Maladetas hasta Alba y los Picos de Paderna,
Forcanadas, Mulleres, Sacroux, Posets… el Pirineo en altitud está de merengue
como nunca. Hemos tenido casi siempre ratos excelentes en esta cima pero no sé
si tan buenos como hoy.
En el Corredor del Collado de la Rimaya.
Pasada
la una desandamos arista hasta el Collado de la Rimaya, rodeamos el gendarme de
salida por una auténtica trinchera y nos vamos corredor abajo. Abrevio mientras
los chicos se quedan enrollados con las raquetas, con pedir permiso a cada huella para meter el
crampón y con un trío de fransuás que van para arriba con algún apurillo.
Mientras
llegan recojo pieles y preparo esquís en una plataforma que me fabrico pues
hemos parado ya en fuerte ladera. Iniciando el corredor.
Iniciando el descenso del Glaciar de la Maladeta.
Son
las dos menos cuarto cuando comenzamos el descenso sobre los esquís. La nieve
está espectacular y disfrutamos como bebés recién bañados y tetados.
La nieve de la parte alta del Glaciar de la Maladeta está inmejorable.
Juan
que baja delante marcha directamente al sur en busca de un gran bloque emergente en el que nos
sentaremos para comer. Lo hacemos en la cabecera de un naciente corredor ligeramente al este de la Torre Cordier.
Son
las dos de la tarde. Comemos mientras contemplamos las evoluciones y la caída
de uno que baja del Cordier y que se tira en el escalón de entrada al Glaciar
de la Maladeta.
Infinitos giros en el Glaciar de la Maladeta.
Media
hora después continuamos el descenso. Lo haremos aproximadamente por un largo
corredor, suponemos que es el Barranco de la Maladeta, en lugar de hacerlo por
la Vía de los Portillones que es por donde hemos subido.
esquiando uno de los corredores del Glaciar de la Maladeta.
El
corredor tiene una nieve excelente y nos sugiere una alternativa a nuestra
costumbre para una ocasión posterior. El descenso es agradabilísimo aunque la
nieve blandea paulatinamente conforme perdemos altitud.
A
pesar ello, en el rellano en el que se descansa el corredor, en lugar de
proseguir para abajo hacia Paderna o el límite del glaciar en la zona,
iniciamos una diagonal orientados por el Refugio de la Renclusa pues no nos
fiamos de la continuidad de la nieve en la parte baja junto al barranco.
Solamente
y al final encontramos una pala erguida, con nieve blandísima y completamente
trillada por profundas huellas, pero no es mayor problema: hay que girarla y
punto.
Llegamos
a la Renclusa sobre las tres y media. Nos vamos a la Capilla de la Virgen de
las Nieves que está cerrada, damos una vuelta por el refugio, charlamos con el
personal que se solea por allí y media hora después, tras echar una última
visual al descenso continuamos para abajo.
Hasta aquí esquiamos. Luego a portear.
Apuramos
con cuidado los pasillos inferiores hasta que termina la nieve, quitamos los
esquís, los colgamos en la mochila y nos vamos para abajo donde nos espera la Besurta y la furgo.
Son
las cuatro y media cuando ponemos a secar bártulos, nos pegamos un remojón en
el recién nacido Esera y ahogamos los 1450 metros de desnivel en unas cervezas
fresquitas mientras picoteamos unos mejillones
y una mix de encurtidos pues nos encanta la sal y el vinagrillo.
Colonia de fritillaria meleagris o tablero de damas dn la Besurta.
Hacemos
fotos del diente de perro, ¡cómo no!, de luminosos narcisos, coquetos tableros
de damas, delicados nomeolvides y algunas primaveras tardanas y alrededor de
los siete recogemos todo el tenderete y nos marchamos pista abajo. La próxima
parada es Cerler y mañana más que no mejor pues parafraseando a Wayoming: mejor
será imposible.
Hola Mariano,
ResponderEliminarMe gustan estos días. Nieve como en invierno en las alturas, primavera en los valles y días largos como en verano.
Enhorabuena a los dos y a disfrutar muchos buenos momentos con el nuevo miembro de la familia!
Salud!
¡Hola David!
ResponderEliminarSon de esos días especiales que deseamos para todos y para nosotros que podemos esperar para escoger. La nieve primavera es la nuestra aunque padezcamos a lo largo de casi toda la temporada costras y duras ya que la nieve polvo, esa que se sueña, no acostambramos ni a olerla. Al final con más o menos fortuna han sido 35 salidas en esta temporada y nos conformamos.
Gracias, esperamos disfrutarlo como unos abuelos vulgares. Es lo que toca ahora.
¡Que vaya bueno!