30 oct 2018

73-18. CAMPIÑA Y LAS LAGUNAS DE NEILA. 25-10-2018.


Laguna Negra de Neila desde el oeste.

Albergue de Neila, Ladera del Contadero, Cima de Campiña, Morro del Zolorro, Laguna Negra, Camino de los Tejos, Laguna de la Cascada, Aparcamiento Alto, Peña Aguda, Laguna Larga y lagunas de los Patos, Brava y Pardilla.
25-10-18.
Salida 09 h. Llegada 16 h.
Sol.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Campiña y las Lagunas de Neila procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Vinuesa, Covaleda, Quintanar de la Sierra y arreando hacia Neila. Antes de llegar, en el Puerto del Collado, hay un mapa, indicadores a las Lagunas de Neila y una carretera asfaltada. Juan recuerda que la subida es de órdago pues la ha visto en alguna trasmisión de alguna carrera ciclista. Pensaba que igual estaba cerrada al tráfico pero…
            La carretera sube, sube inmisericordemente y pasamos en un pis pas de los 1400 metros  hasta los 1700 pasados, donde hay un aparcamiento y una barrera levantada pues la carretera sigue para arriba.

El Albergue donde iniciamos la marcha. 

            Con Juan nos vamos a dar una vuelta, nos llegaremos al Mirador de San Francisco y al Aparcamiento Final. Vueltos a la furgo nos subimos un par de tramadas de carretera para aparcar junto al Albergue a 1750 metros de altitud. Es un sitio llano, tranquilo y protegido. Allí nos quedamos a pasar la noche para comenzar el 25 de Octubre de 2018.

La vertiente sur del cordal amable y la norte con algunos escarpes. 

            La mañana, recién nacida a las ocho, está frescucha pero nada especial para la altitud a la que nos encontramos. Hacemos café, desayunamos tranquilamente y a las nueve nos ponemos en marcha. Queremos hacer un recorrido si es posible circular pero contamos de antemano con un territorio algo escalonado que se desarrolla entre los 1700 y los 2100 metros y ya veremos cómo lo negociamos.

Lagunas de los Patos y Brava. 

            Optamos por alcanzar la loma sur del circo para recorrerla íntegramente y hacer la vuelta por el asentamiento de las lagunas. Para ello salimos al sur para ganar la loma tras un pequeño llaneo y un corto ascenso y alcanzar la zona del Contadero.
            Allí encontramos una rampa amplia y vestida de pinos con algo de sotobosque clásico por la que avanzamos al sudoeste ya con el sol en la espalda. Pero como queremos ver desde arriba, nos vamos un poco al norte de la rampa para encontrar los hitos de piedras y vista hacia la zona de lagunas.

Contemplando las Lagunas Larga y Negra de Neila. 

            Enseguida vemos la Peña Aguda, el tejado del Albergue, el Aparcamiento Alto y la primera laguna que es la Brava asentada en el pinar y un poco más al oeste aparece la Laguna de los Patos que nos enseña una zona importante sin agua. Se encuentran en un pequeño circo, el primero de los que vamos a recorrer.

Laguna Negra de Neila desde el sur. 

            Un crestón al norte lo separa del siguiente circo más amplio que enseguida nos muestra a la Laguna Larga y unos metros más al oeste la Negra de Neila, Pero antes de recorrer toda la cabecera del circo nos alargamos en suave ascenso al sudoeste para llanear seguidamente por el abrasado praderío de Campiña alcanzando su cima a 2049 metros de altitud Son las diez de la mañana.

Laguna Larga de Neila. 

            El lugar carece de perspectiva al estar en medio de un altiplano por lo que nos vamos  al noroeste al  objeto de alcanzar el borde del circo que estamos recorriendo y así disfrutar de las dos lagunas.
            El circo es un semicírculo perfecto que termina con un nuevo crestón en el que un caminillo baja al encuentro de la Laguna Negra. Nosotros sobre los 2000 metros proseguimos por la cabecera del tercer circo en el que se aloja la Laguna Tejera y que terminará en el Morro del Zolorro.

El Circo de la Laguna Tejera visto hacia el este.

            La laguna no aparece a nuestra vista de momento  y entre tanto alcanzamos un punto bajo en la cabecera del circo e iniciamos un suave ascenso en busca de las rocas con las que se finiquita este circo.

Suave descenso para alcanzar el Morro del Zolorro.

            El camino que hemos recuperado prosigue por la cabecera desde la que vemos en un extremo de una zona plana de praderío a la Laguna de la Tejera prácticamente desecada. Luego un tramo entre pinos de poco desarrollo nos colocan sobre los enormes bloques de conglomerado que componen la Cima del Morro del Zolorro a 1944 metros de altitud. Son las once y media.

Llegando al Morro del Zolorro.

            Desde la cima no visualizamos la Laguna de la Lengua, en todo caso localizamos la depresión en la que se aloja enterrada por el pinar y nos sentamos a echar un bocado al solecillo de la mañana.
            Veinte minutos después nos disponemos a desandar nuestro camino en la cabecera de este circo para retornar a la Laguna Negra de la forma más económica posible. No hubiera sido buena idea transitar a nivel de las lagunas.

En el Morro del Zolorro. 

            Relajadamente recorremos la cabecera del circo lo más horizontal posible y  alcanzamos el crestón desde el que volvemos a contemplar las Lagunas Negra y Larga. Son las doce y media.

La Laguna Tejera.

            Allí un poste indicador nos ofrece dos opciones para ir a la Laguna de la Cascada. Nosotros, tras algunas dudas, tomamos el Camino de los Tejos, algo más largo que el otro pero nos puede servir para conocer un poco más ya que el corto se tira directamente al circo donde suponemos se encuentra la laguna.

Remontando hacia la Laguna de la Cascada. 

            El camino baja por el crestón orientado al nordeste hasta alcanzar un tramo rocoso en el que pensamos se introducirá en el circo, pero no es así. Poco más abajo alcanza un cortafuego muy amplio y se ahonda  “hasta el Ebro”, muy por debajo del emplazamiento de la laguna que hemos visto entre pinos.

El Refugio de la Laguna de la Cascada está hecho una pena. 

            Al final abandona el cortafuego y nos mete un repecho sobre  un bosque mixto en el que aparecen algunos tejos guapos. Tras remontar más de 50 metros alcanzamos finalmente el Refugio y la Laguna de la Cascada. Es la una y cuarto.
            El camino ha resultado un auténtico encule. Si se quieren enseñar los tejos, se puede sacar del cortafuego a medio descenso y llegar a la zona de los mismos de llano ya que la ladera no tiene ninguna dificultad.

El Circo de la Laguna de la Cascada está precioso a pesar de que falta agua en la laguna. 

            La Laguna de la Cascada situada a 1700 metros de altitud está bastante colmatada y la mayor parte de su plancha de agua está cubierta de vegetales acuáticos tipo carrizos pero el circo tiene los encantos del otoño y con eso nos vale.
            El refugio que se haría allá por los años 60, abandonado y sin mantenimiento está hecho una auténtica pena pero… los tiempos han cambiado.

Todavía se ve algún trébol aventurero en flor en la Laguna de la Cascada.

            Comemos junto al refugio y media hora después, sobre las dos menos cuarto tomamos una pista que marcha de llano al este y en la que cogemos unas setas nacidas en la umbría de la ladera pues la zona está muy seca.
            Vemos un corredor con un gendarme perfilado en el mismo por el que se puede subir pero proseguimos un poco hasta que las balizas del PR abandonan la pista  para ascender al sudeste hacia el Aparcamiento Alto en las inmediaciones de Peña Aguda.

En Peña Aguda. 

            La ladera herbosa y vestida de pinos nos deposita en el aparcamiento y virando al este encontramos un caminillo que en cinco minutos nos deposita en la Cima de Peña Aguda a 1909 metros de altitud. Son las dos y media.

La Laguna Larga desde su desembocadura. 

            La cima es un conjunto de bloques de conglomerados de pudingas de colores claros y en ella hay una torre que no sabemos muy bien si se trata de un observatorio contra incendios o un repetidor. De cualquier forma nos ofrece una espléndida vista de casi todo el recorrido de la jornada.

Acercándonos a la Laguna de los Patos. 

            Seguidamente bajamos de la cima y en el aparcamiento tomamos la pista que marcha al oeste muy llana y que tras enseñarnos la Laguna de la Cascada y el corredor del gendarme se introduce en la parte baja del Circo de las Lagunas Larga y Negra de Neila.

Preciosidad de pino silvestre en las inmediaciones de la Brava. 

            Nos llegamos hasta la salida de la Laguna Larga y recogemos unos pocos suillus mientras volvemos sobre nuestros pasos hasta el aparcamiento. Allí, otra pista menos transitada que la anterior nos lleva inmediatamente a la Laguna de los Patos que tiene patos y no va de coña. La pista se alarga un poco más hasta la Laguna Brava confirmándonos que algunas de las lagunas han sido recrecidas o así lo parece.

La Laguna Brava desde su orilla sur. 

            A mi chica le duelen los pies y prefiere bajar a la furgo por la carretera mientras que nosotros, guiados por nuestro instinto, bajaremos directamente por el desagüe de estas lagunas, pasaremos por medio de la Laguna Pardilla que carece de agua y nos llegaremos a la furgo cuando son las cuatro.

Claustro de San Juan de Duero. 

            Al final hemos hecho algo híbrido en relación a nuestro proyecto inicial pero creo que nos ha permitido conocer las lagunas  que ese era el objetivo. Sabíamos que el desnivel sería reducido pero al final nos habremos chupado alrededor de 650 metros en una jornada divina meteorológicamente hablando y han sido cuatro de cuatro.

El Duero vestido de Otoño en Soria. 

            Nos pegaremos un remojón, cenaremos pronto con setas incluidas y nos bajaremos hasta Covaleda. Echaremos un café con un trozo de Betis-Milán incorporado y al día siguiente daremos una vuelta por Soria pues como dice mi chica, hay que hacer de todo.

San Saturio es sorprendente. 

            En Soria, es una mañana con nubosidad de evolución que confirma la suertaza que hemos tenido esta semana,  comemos de cine y luego vuelta a nuestro garito. ¡Es una pena que el Sistema Ibérico nos caiga tan lejos!

4 comentarios:

  1. Que bueno! MAriano has venido por mis nuevos dominios! No sé si habías visto mis últimas entradas, desde la cima de la Campiña, alargando unos km tenías el bonito paraje de las Calderas, que merece al pena conocer.. Para otra ocasion!

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  2. ¡Hola David!
    Si, alguna vez aunque sea muy de tarde en tarde salimos del Piri. Es la pereza teniendo tanto monte en la puerta de casa.
    Ví tu circular a las Lagunas de Neila de Agosto pero me pareció un poco larga para no conocer nada de por allí y además pretendía ver el mayor número de lagunas.
    Bueno, algo conseguimos a pesar de ser nuestra primera incursión por la zona, pero en caso de volver por allí desde luego que fieles a nuestra costumbre trataríamos de hacer vía distinta y por qué no.
    ¡Que vaya bueno!

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  3. Hola Mariano.

    No ha llovido mucho este verano por la zona y se ha quedado todo bastante seco, poca agua (para lo que es habitual) y los famosos boletus tampoco han salido como se vaticinaba.

    Esta circular a las lagunas (con o sin variaciones) resulta un agradable paseo, al que yo le añadí este año el aliciente a las Calderas.

    La verdad es que tuvisteis suerte con el tiempo, porque ya es raro que las nubes no se agarrasen a Urbión algún día.

    Un saludo

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  4. ¡Hola Eduardo!
    Estábamos en Tiana con cierto mono de monte y nos dijimos que no podíamos perder esos días. Salieron de cine a pesar de que anunciaban 70 km/h en Moncayo y temiéndonos lo peor tuvimos nuestro mejor Moncayo.
    Lo de las Calderas, tenía alguna información pero nos caía algo a desmano desconociendo totalmente el medio.
    No me extraña porque acostumbramos a coger por encima de 20 especies de setas y nos las vimos para poder probarlas un par de días, nunca comerlas como plato.
    Los boletos, supongo que te refieres a los edulis, son muy buenos, pero lo mejor que tienen es que puedes bajarlos del monte a patadas, no se estropean, rinden mucho y en hostelería son la leche pero… yo nunca he visto ni en tiendas ni en restaurantes los matacandiles, coprinus comatus o los suillus, son latosos de limpiar, hay que comerlos a la carrera pero la textura y el sabor no tienen precio al menos para mí.
    Tuvimos mucha suerte pillando el ciclo bueno en medio de dos malos.
    ¡Que vaya bueno!

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