La Norte de Cherue.
Aparcamiento de Fabregues, Barranco
Cherue, Cabaña Cherue, Collado Lavigne y Arista Sur de Lavigne, vuelta al
collado Lavigne, Faldeo oeste, Cresta Norte y Pic Cheue, Collado Magnabaigt,
Cota 2175, Cabaña Saoubiste y Puente de Camps.
01-06-2014.
Salida 09 h. Llegada 17 h.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Mapa de Lavigne-Cherue procedente del IGN. francés. Vía en amarillo.
Anuncian
nubes de retención en la vertiente norte del Pirineo Centrooccidental pero como
la tendencia es a mejorar con el paso del día, nos vamos a hacer una circular
de baja cota y así conocemos más terreno.
Estrenamos
el mes de Junio de 2014 a las nueve menos cuarto aparcando en un pequeño
ensanchamiento de las inmediaciones de la Presa del Embalse de Fabregues justo
en frente del arranque del Teleférico de Artuste, lugar por donde desagua el
Barranco Cherue. Estamos a 1240 metros de altitud.
Un
transitado camino en dirección oeste se introduce inmediatamente en el hayedo y
sin calentamiento previo nos ofrece un par de rampas que nos meten
inmisericordemente en calores y en las nieblas.
El
hayedo-abetar está precioso de hoja tierna, la mañana es cálida y unas
clementes zetas nos permiten acercarnos ya más cómodamente, de nuevo, al
Barranco Cherue, para pasar enseguida a su orilla derecha y seguir ganando
altura en busca de la Cabaña Cherue.
Fotografiamos
a un confiado o enfermo rebeco en un claro próximo al barranco y enseguida
salimos del hayedo para proseguir un tanto al sur y por pradera alpina pero sin
paisaje ya que las nieblas cierran a cal y canto las alturas.
Con
una hora de camino nos situamos en el rellano el que se asienta la Cabaña
Cherue sobre los 1810 metros de altitud. Está abierta, tiene varias camas y una
estufa con leña.
El
camino se pierde un poco en el praderío frente a un resalte que tiene aspecto
de ofrecernos una subida inútil. Iniciamos su faldeo de llano y hacia el norte
y enseguida aparecen citas y camino de nuevo.
Se
trata de un contrafuerte que baja de Cherue y alcanzada su cabecera cómodamente
aparece ante nuestros ojos la parte superior del barranco que conduce al Col
Lavigne. No vemos la cima que está semicubierta de nieblas pero si podemos
contemplar los tres primeros resaltes, uno de ellos una potente aguja, con los
que se inicia la Arista Lavigne-Cherue que queremos recorrer.
Había
un coche aparcado cuando hemos llegado y el personal va delante a juzgar por
las huellas en la tierra y ahora en los neveros que tenemos que atravesar en la
nordeste del Pic Cherue y la arista que le une a Lavigne.
La
nieve está blanda pues no ha helado esta
noche y la temperatura es agradable a pesar de que el sol solamente se insinúa
de cuando en cuando.
Col Lavigne e inicio de la Arista a Cherue.
Atravesamos
prácticamente de llano una serie de neveros terminales en dirección noroeste y
nos situamos bajo el collado al que ascendemos seguidamente siguiendo tramos
del camino limpios de nieve.
Son
las diez y cuarto de la mañana cuando alcanzamos el verde Col Lavigne situado a
1950 metros de altitud. Nos reciben las nieblas que ocupan todo el ámbito al
oeste del collado y la cima a la que nos dirigimos.
Un
hombro herboso y corto en dirección
norte nos sitúa en la base de las paredes. Hay camino y no hay problema a pesar
de que las nieblas se espesan.
El
primer resalte es corto y se sube directamente, también se puede bordear un
poco por el oeste. Un corredorcillo nos lleva a la arista desde la que
localizamos al grupo en la cima.
Pasamos
a la vertiente este y en suave ascenso vamos en busca de un corto, escalonado y
empinado corredor que rodea la cima y que nos permite colocarnos al norte de la
misma.
Allí
están los cinco destrepando el corredor cimero.
Juan
pasa por arriba, nosotros esperamos a que lo desocupen y lo subimos. Se trata
de 4 metros con buenos apoyos sobre una excelente roca metamórfica que está
húmeda. Solamente tiene un paso largo pero no supone ninguna dificultad.
Son
las diez y media escasas cuando hacemos una foto de cima sin paisaje.
La
cima es estrecha y alargada, nosotros no tenemos nada que hacer allí e
inmediatamente nos volvemos para abajo.
En
el cambio de vertiente nos juntamos y los adelantamos para alcanzar enseguida
el Col Lavigne. Se han quedado sumidos en las nieblas y ya no volveremos a
verlos.
Durante
la espera charlamos un poco y dicen que hay camino por el oeste de la arista
hacia Cherue. Nosotros tenemos delante un primer resalte que podría ser
asumible pero seguidamente está la aguja que es insalvable y luego el siguiente
resalte más consistente pero quizás también asumible en otras condiciones pero
no con las de hoy.
Podemos
faldear las dificultades por el este como ya hemos visto o por el oeste como
parece ser posible y digo parece porque no se ve un carajo pero si un camino
que se ahonda ligeramente en esa vertiente y diversas trochas de animales que
avanzan en busca de la base de las paredes. También quieren clarear entre las
nieblas algunos neveros residuales bastante erguidos y preferimos proseguir por
el camino ya que de momento desciende poco.
Faldeando con cuidado pues hemos cambiado de valle.
No
se ahonda demasiado y nos permite avanzar en la dirección correcta y cuando
consideramos que ya vale lo abandonamos para proseguir el faldeo en suave
ascenso y por la base de los neveros.
La
ladera es muy transitable y no pasa de medianamente erguida. Está llena de
trochas de animales lo que nos indica que se trata de una ladera pastoril e
iniciamos un suave ascenso por terreno cómodo en busca de la arista.
Como
no hemos perdido mucha altitud, tampoco hemos de recuperarla en exceso. La
llegada a la loma no se demora gran cosa y alcanzamos la arista en un amplio
cuello herboso que tiene al norte una cita.
Nos
alargamos hasta la misma, encontramos una placa recordatorio de un tablonero.
Las nieblas no nos permiten ver las agujas ni al Lavigne, no podremos hacerlo
en todo el día y consecuentemente nos damos la vuelta y proseguimos al sur
cresta adelante.
Nos
paramos a echar un bocado contemplando intermitentemente la parte alta del
Barranco Cherue por la que hemos transitado, al este no hay nada que hacer ya
que vienen continuamente inmensas masas de nieblas arrancadas de la depresión
gala totalmente cubierta.
En
un claro instantáneo logramos ver la arista que queremos transitar y con ello
nos damos por contentos.
Se
trata de una suave loma herbosa que asciende poco a poco pero de manera
persistente y en la que hay hasta alguna traza de camino. Algún nevero coloniza
la cresta pero la mayor parte está limpia.
Serán
las once y media cuando proseguimos para arriba en dirección sur sorprendiendo
a una pareja de confiados rebecos y transitando una serie de resaltes suaves y
herbosos, uno de ellos rocoso, que nos van elevando poco a poco.
En
un instante hemos querido visualizar la parte alta del Midi de Ossau pero será
más ilusión que otra cosa.
Tranquilamente
y resalte a resalte alcanzamos la Cima del Pic Cherue situada a 2198 metros de altitud. Son las doce.
Se
trata de una amplia cima herbosa en la que confluyen dos aristas con la que
acabamos de subir. Las nieblas imperan, y nos sentamos en una zona abrigada al
este para esperar que sus señorías, Sesques, Lurien, Arrious, Pallas,
Ferraturas, Saoubiste y Midí tengan la amabilidad de mostrar sus egregias
caras.
No
será así, y media hora después, yo me he echado una cabezana, volvemos a la
punta y tomamos la arista sudoeste que nos ha de conducir al Col
Magnabaigt.
Al fondo la Cabaña Saoubiste.
Se
trata de una amplísima loma cubierta de abrasada verdura que se estrecha un tanto y que nos deposita
enseguida en el collado situado a 2070 metros de altitud.
Hemos
visto la Cabaña Saoubiste que por donde queremos hacer el descenso pero
alcanzado el collado y persistiendo en nuestro empeño de querer ver paisaje
decidimos darnos tiempo y proseguir hacia el sur, hacia Saoubiste.
Cruzamos en suave ascenso un nevero
de collado y proseguimos adelante en suave ascenso superando algún promontorio entre
intermitentes neveros.
Alcanzamos un diente por arista un
poco más estrecha con lo que alcanzamos un nudo de tres aristas perfectamente
definidas y situado sobre los 2175 metros de altitud del que no sabré su
nombre.
Un descenso abrupto pero faldeable
por el oeste nos puede conducir al irregular Collado Saoubiste. De allí para
arriba una arista un poco más afilada y salteada de neveros nos puede conducir
a Saoubiste pero lo vamos a dejar aquí, es la una y media y todo sigue igual.
Colm Suzon.
En un momento pergeñamos el Col de
Suzon y en otro la poco definida Cabaña Magnabaigt pero desandamos un trozo de
arista y tomando un crestón limpio, antes de retornar al Collado Magnabaigt nos
vamos para abajo.
El descenso cómodo y relajado nos
conduce a contemplar el potente alud de placa que se ha soltado de la ladera
nordeste del desconocido pico del que venimos y que ha dejado entre otras
lindezas, media docena de autobuses de hielo. Lo hemos oído sumergidos entre
las nieblas y nos ha parecido consistente.
Fuera de las paredes, la cabecera
del valle se arrellana y por la orilla izquierda del barranco nos aproximamos a
la Cabaña Saoubiste, situada a 1780 metros de altitud, cerrada a cal y canto y
con cubierta nueva, las chapas de la vieja están diseminadas por los
alrededores de la misma en una inequívoca muestra de desidia en un Parque
nacional.
Poco más abajo nos sentamos a comer
en unas piedras cuando son las dos y media contemplando el circo en el que
creemos ver el Pic de Pombie, el Saoubiste queda retirado y la cima desconocida
desde la que hemos bajado.
Soldanellas alpinas.
Alrededor de las tres y cuarto proseguimos
descenso para alcanzar y pasar sobre un nevero de alud el caudaloso Barranco de
Saoubiste e introducirnos en el hayedo.
Siguiendo camino por su orilla
derecha alcanzamos los restos de un enorme alud que hará al menos tres años
debió asolar el barranco no dejando títere con cabeza de todo aquello que se
resistió a su paso en una longitud de algo más de 500 metros y una anchura media de 50 metros. Son un notable bosque de
hayas tronzadas, derribadas, astilladas y troceadas con motosierra pada dejar un
paso muy sinuoso.
Bajo una pequeña aunque espumosa
cascada pasamos a la orilla izquierda
del barranco y ya en dirección nordeste descendemos lazada a lazada en
busca de la carretera.
No tenía clara la referencia de la
entrada por este valle y por eso la hemos hecho por el Barranco Cherue y es que
el camino desemboca en un corto tramo de carretera que cerrada al tráfico con
cadena nos conduce en unos metros al Puente de Camps donde la carretera que
baja del Portalet pasa a la orilla izquierda del Barranco de Brousset. Son las
cuatro de la tarde.
Las Grasillas o pinguiculas, insectívoras de terrenos húmedos..
Solamente nos queda tomar la orilla
oeste de la carretera y caminar por la misma alrededor de 2,5 kilómetros llanos
contemplando el Embalse de Fabregues y un sinfín de flores que pueblan la
cuneta de la misma y el inicio del hayedo.
Media hora después cerramos el bucle
iniciado a la mañana con ganas, pues habremos movido un desnivel de alrededor
de 1200 metros y un pelín decepcionados pues las nieblas nos han privado de
algunas de las delicias que buscamos en la montaña. Pero no es mayor problema,
volveremos otro día para recorrer estas aristas en una nueva y diferente
circular que nos compensará a buen seguro.
De vuelta al Formigal paramos par
ver el zapatito de dama que, por cierto, se ha helado un poco y no tiene su
acostumbrado esplendor.
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