12 nov 2020

UN CONTINENTE DE PLASTICO FRENTE A SUPERENZIMAS.

               Continente de Plástico en el Pacífico Norte: el Septimo Continente. Fotos de Google.

               A los que aprendimos conocimientos en el siglo pasado se nos enseñó que el planeta contaba con seis continentes. Con el cambio de siglo, algunas cosas han cambiado y una de ellas es el número de continentes: a los seis que conocíamos se está añadiendo uno más: el Continente de Plástico.

No es ninguna trivialidad. Sabemos que una ingente cantidad de la basura que generamos va a parar al mar, especialmente los plásticos, elementos decididamente contaminantes y difícilmente degradables y que esta basura se acumula en determinados lugares de mares y océanos donde confluyen las corrientes marinas formando islas de plástico.

Existen muchas acumulaciones marinas de basuras, en el Mediterráneo sin ir más lejos, pero la Acumulación de Desechos Plásticos del Pacifíco Norte ha activado todas las alarmas.

Corrientes Oceánicas y Zona de Convergencia del Pacíofioco Norte.

Se descubrió a principios de los años noventa por The National Oceanic y Atmospheric Administratión y una decena de años después Charles Moore certificó definitivamente  la existencia de una mancha compuesta por microplásticos fundamentalmente, con una extensión que se estima entre la superficie de la Peninsula Ibérica y la de Europa.

Situada en una enorme banda entra Hawai y California, no es fácil de ver ya que esa “sopa” de plástico está conformada por partículas del tamaño de un grano de arroz y por micropartículas plásticas que son ingeridas por los peces y otros animales marinos siendo así el procedimiento de paso a la cadena trófica: seres vivos contaminados por el plástico que sirven de alimento a otros seres vivos que quedaran contaminados igualmente.

Contaminación de las aguas con plásticos visibles y microplásticos suspendidos en el agua.

Los microplásticos son una seria amenaza para la salud de todos los  seres vivos y posiblemente la vida en el planeta dependa del control de este tipo de contaminación y a tal efecto nos llena de esperanza la noticia publicada por The Guardian sobre la creación por un grupo de científicos de una “superenzima” que degrada los plásticos a una velocidad seis veces mayor a los procedimientos actualmente conocidos al efecto.

Esta superencima derivada de unas bacterias se puede convertir en un par de años en devorador eficaz de plásticos, y porque no, convenientemente tratada, del algodón con lo que supondría un salto de calidad en la salud de los seres vivos del planeta.

Estando de moda el problema del coronavirus, no es la primera pandemia que padece la humanidad, para qué ocuparse de un problemón esencial como el de los plásticos.

Un nuevo continente para superenzimas. ¿Estamos a tiempo en esta apasionante carrera? 
¿Serremos capaces de destruirlos a mayor velocidad que los generamos?



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