31 dic 2018

ESCALAS DE DIFICULTAD PARA ACTIVIDADES DE ESQUIMO.





         Definir la dificultad de un itinerario o ruta de montaña no es fácil y si se trata de una ruta de esquí de montaña no lo es en absoluto  porque  hay que sumar a la dificultad intrínseca  de la misma las condiciones de la nieve que de hecho confieren una variabilidad bastante importante.
         En el campo de la calificación de la dificultad de una ruta de esquí existen varias escalas que, se supone, gradúan la dificultad de manera objetiva atendiendo a variables como pendiente media y exposición a una caída pero yo no sé muy bien a qué nivel se contempla la calidad de la nieve o las condiciones meteorológicas y me temo que se refieren a unas condiciones medias casi ideales y sin siquiera entrar en la competencia del esquiador.
         En cualquier caso las guías e incluso los practicantes nos proporcionan unas valoraciones aproximadas, las guías en condiciones ideales y los esquiadores normalmente más subjetivas: “esa pala es fácil y disfrutona”… ¿también con nieve helada y o piedras emergentes…?
         Posiblemente un buen esquiador, excelente o extremo encuentre acomodo con cualquier escala pero existen otros esquiadores  que considerándose como medianos agradecerían detalles  más precisos entre los que se podrían anotar:
         Desnivel acumulado y distancia a recorrer tanto en ascenso como en descenso
         Inclinación media y máxima con detalle de su extensión de la ruta.
         Exposición en una posible caída por la presencia de paredes o grietas.
         Estado y cantidad de la nieve.
         Exposición a caídas tanto de piedras como de aludes de nieve.
         Con todo y de cara a programar una ruta de esquí además de conocer el riesgo de aludes según altitudes y orientaciones, bueno será tener conocimiento de la dificultad adjudicada a nuestra ruta por alguna de sus escalas:


Escala clásica de Alpinismo con seis grados:

F: Fácil. Itinerarios fáciles con escasa inclinación y buenas nieves.
PD: Poco difíciles con pendientes amplias de hasta 35º.
AD: Algo difíciles con pendientes de hasta 40º con pasos estrechos o nieves no muy buenas.
D: Difíciles de hasta 45º con pasos delicados y expuestos.
MD: Muy difíciles con pendientes de hasta 50º y peligros objetivos muy altos, y nieves de todo tipo.
ED: Esquí Extremo con pendientes superiores a 50º y necesaria una técnica muy específica.



Escala Traynard tradicional rectificada con siete grados:

S1: Terrenos poco inclinados con facilidad para el giro. Zonas muy adecuadas para la iniciación en el fuera de pista.
S2: Terrenos poco inclinados o moderada inclinación pero con amplitud para el giro y sin obstáculos. Adecuadas cuando se tiene algo más de nivel.
S3: Pendiente moderada que como máximo llegará a los 35º. En este nivel se sitúan la mayoría de los descensos que se pueden considerar accesibles a esquiadores buenos o muy buenos.
S4: Pendiente mantenida superior a los 35-40º , terreno estrecho y obligado. Cualquier caída puede ser difícil de parar y, consecuentemente las consecuencias suelen ser graves.
S5: Pendientes muy fuertes, inclinación superior a los 40-45º, terreno muy obligado y con exposición. ¡Prohibido caerse!
S6: Inclinación mantenida superior a los 50º . Terrenos con obstáculos, exposición y con dificultad para el viraje. La caída es imposible de parar, puede tener consecuencias fatales. Esquí extremo.
S7: Nivel nuevo, añadido para buscar la equivalencia con la Escala Volo. El extremo de lo extremo. Se cuentan con los dedos de una mano los esquiadores en todo el mundo capaces de descender un S7.


Escala Volo o Toponeige con cinco escalones muy matizados:

Está basada en la Traynard rectificada, pero es más completa pues usa tres dígitos. El primero, que va del 1 al 5, refleja la dificultad. El segundo dígito precisa aún más esa dificultad, es un subnivel (como en escalada 6a-6b-6c). Este segundo dígito va del 1 al 3, el 1 sería igual a “inferior”, el 2 a “media” y el 3 “superior”, pero cuando el primer dígito es 5, este segundo puede pasar del 3 y legar hasta el 6 que es la dificultad máxima esquiada hasta ahora (5.6). Así tendremos:
S1.1, S1.2 y S1.3: terrenos poco inclinados o moderada inclinación con facilidad para el giro. Zonas muy adecuadas para la iniciación en el fuera de pista. Inclinación que no sobrepasa los 30º.
S2.1, S2.2 y S2.3: moderada inclinación pero con amplitud para el giro y sin muchos obstáculos. Máximo 35º mantenidos, pero con desnivel importante.
S3.1, S3.2 y S3.3: Pendiente mantenida superior a los 35-40º, incluso con cortos tramos hasta 45º, terreno estrecho y obligado, pasajes técnicos.
S4.1, S4.2 y S4.3: Pendientes muy fuertes, inclinación de 40-45º mantenida (más de 200 m.), terreno muy obligado. Esquí extremo.
S5.1, S5.2 y S5.3: Pendientes muy inclinadas, inclinación superior a los 45º en más de 300 metros o más, 50º en más de 100 metros, terreno muy obligado o estrecho y gran dificultad para el viraje.
 S5.4, S5.5 y S5.6: Inclinación mantenida superior a los 50º . Terrenos con muchos obstáculos, estrechos y con mucha dificultad para el viraje.
Grado de exposición:
La escala Volo, además, separa el concepto de exposición del de dificultad, con lo que a los dígitos anteriores, referidos exclusivamente a la dificultad, se le añade otro dígito que va del 1 al 4 y precedido por la letra “E” (Exposición). Así tendremos:
E1: terreno libre de árboles y piedras, no hay grandes obstáculos, aunque siempre cabe la posibilidad de resultar herido por no poder detenerse tras una caída.
E2: En la línea de descenso existe una barrera rocosa o un obstáculo importante que agravaría las consecuencias de una caída sin detención. Riesgo de accidente grave.
E3: Corredores serpenteantes o barreras o cortados importantes en la trayectoria del esquiador que resbalase tras la caída. Riesgo de muerte.
E4: Paredes altas, grandes obstáculos o barreras al paso del esquiador o en la trayectoria de un deslizamiento tras la caída. Riesgo máximo de golpes con percusión. Accidente mortal.


        Repasadas estas escalas que pueden consultarse en la red, que cada cual encuentre, en la descripción de su actividad elegida, la calificación con su escala preferida y antes de efectuar la salida contar con nieve y un parte de aludes que aconsejen dicha actividad, teniendo presente que esa nieve ideal que nos hace sonreir con cara de bobos y con la que todos soñamos, raramente estará a nuestra disposición.


       Por ello, nosotros acostumbramos a movernos entre F., PD., S1. y S2, otras estrellas gravitan en otras galaxias. La competencia y el disfrute son personales.

¡¡BUENA NIEVE!!

2 comentarios:

  1. Hola Mariano.

    Sentido común! Elegir una actividad acorde a nuestras posibilidades, yo de momento me conformo con el nivel más sencillo y gracias!

    Que el 2019 nos traiga salud y más nieve.

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  2. ¡Hola Eduardo!
    A mí me sucede exactamente lo mismo y añado que el disfrute está en moverse en el monte y no en la dificultad que haya que vencer para hacerlo y se trata de eso ¿no?
    Nieve nos iría bien pero parece que no, de momento; pero mejor todavía la salud.
    ¡Que vaya bueno!

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