La Isleta del Cabo de Iger.
Cabo de Iger, Fuenterrabía, Irún, San
Marcial y Collados de Saroia, Erlaitz y Ursain y Embalse y Ermita de San Antón.
31-05-2016.
Desnivel ascendido750 m. Desnivel descendidio 550 m.
Distancia recorrida 28500 m.
Tiempo efectivo 05 h.
Mixto.
Fácil.
Agua en diversas fuentes y caseríos del
camino según época del año y siempre en San Marcial y San Antón.
Las etapas de un GR. pueden hacerse
cuanto largas se deseen siempre y cuando se posea autonomía en otro caso atenerse a las necesidades del
grupo.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Iger-San Antón procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Fue,
en la noche de los tiempos para nosotros, allá por Julio del 85 cuando
comenzábamos la Travesía del Pirineo de mar a mar siguiendo el GR11.
La
idea era realizarla por tramos sabedores de que, por casi todas las razones
imaginables, “de tacada, ni locos.”
Comenzaríamos
con Huesca, mucho más atrayente para nuestros aguerridos corazones de jóvenes
montañeros y luego ya se vería… ahora nos quedaban únicamente las etapas
iniciales del Atlántico, a las que casi habíamos renunciado pero… todavía con
el paso de los años nos debe quedar algo de aquello que nos movió en su día.
Dispuestos a poner rumbo al este desde Iger
Y
en ello estamos a las dos y media de la tarde del 31 de Mayo de 2016 mirando al
mar en el Cabo de Iger.
La
jornada que nos ha traído hasta aquí no ha sido fácil precisamente. Alto a las
cinco de la mañana, a las seis furgoneta hasta Pamplona donde dejo a los socios
a las ocho para subir hasta Burguete. Dejo la Furgo aparcada a las nueve y me
volveré a Pamplona bajando hasta la Gasolinera del cruce a Isaba, mochila al
hombro, en la que hago dedo hasta que llega un autobús que baja a Pamplona y me
salva. A las once menos cuarto y dentro del tiempo calculado me reúno con los
socios para marchar hasta la estación del ferrocarril pues el autobús a Irún sale algo tarde y mejor el tren.
Una visión del cantábrico desde el Cabo de Iger.
Veinte
minutos de camino a buen paso nos dejan en la fila de las taquillas de la
estación con diez minutos para sacar billetes. No nos va a dar tiempo al ritmo
que se mueve la fila pero nos dice el empleado que con dinero el billete se
puede sacar en el tren y nos subimos con el tiempo justo. Es curioso pero
también comenzábamos hace 31 años en el Tren Canfranero.
Comeremos
en el tren el bocata preparado por si el asunto se complicaba, el revisor no
pasará por lo que haremos el viaje gratis y alrededor de la una estamos en Irún
buscando un autobús que nos acerque a Fuenterrabia pues media una distancia de
alrededor de 8 kilómetros.
Volviendo hacia el Faro del Cabo de Iger.
A
la salida de la estación, en la parada esperamos diez minutos al autobús que
nos deja en la parada del puerto más próxima al Cabo de Iger. Nos quedan un par
de kilómetros que haremos junto al puerto para remontar ligeramente hasta el
Faro del Cabo de Iger, que recordamos vagamente, situado a 42 metros de
altitud.
Del
faro bajamos hasta casi la orilla del mar, dejamos que las imágenes de las
espumosas olas en los rompientes nos cosquilleen en el corazón, hacemos algunas
fotos y nos volvemos al faro iniciando así la primera etapa de nuestro
recorrido aunque ya llevamos, como poco, 7 kilómetros de camino. Son las dos y
media.
¡Me gusta el mar!
Después
de ver como el Pirineo se remoja los pies en el Cantábrico a pesar de que hay
una cierta nubosidad que debe ser muy corriente por estos pagos, hay que bajar
hasta la orilla del Puerto de Fuenterrabía caminando al sur y llevando a
nuestra izquierda primero el Espigón Final del Bidasoa y al otro lado Hendaya
que es otro país, luego la Playa de Fuenterrabía con una orilla perfectamente
acondicionada en forma de paseo y un plano y dilatado arenal sin gente y
finalmente comenzar a callejear para recorrer el aeropuerto siempre al oeste
del mismo.
Cruzando el Canal de Amute para entrar en Irún.
No
hay balizas y hay que buscarse la vida primero por callejas agradables y luego
por una carretera próxima al aeropuerto con mucho tráfico y sin arcén que nos
permite rebasar la Torre del Aeropuerto y alcanzar la parte sur del mismo en el
Puente de Amute por el que entramos en Irún tras haber recorrido 5 kilómetros
largos.
Poco
después pasamos el puente sobre las vías del ferrocarril en las inmediaciones
de la estación y paramos a echar un
trago y comer unas naranjas mientras soltamos las cumplidas mochilas en las que
llevamos todo lo necesario para los tres próximos días.
Primera baliza rojiblanca.
Hemos
comenzado a girar al este y en dirección sudeste cruzaremos la ciudad guiados
por el Paseo Colón y la Avenida de Navarra en busca de la Carretera de
Ibarrola.
Nuestro
objetivo es cruzar la autopista y allí buscar el camino hacia un primer
promontorio, fuera de la ciudad, en el que se encuentra la Ermita de San
Marcial.
llegando a la Ermita de san Marcial.
Enseguida
encontramos una pista asfaltada y en un
poste del tendido eléctrico la primera baliza rojiblanca de las que nos han de
guiar en los próximos días.
La
carretera comienza a ascender, se convierte en pista y seguidamente en un
camino que continúa ascendiendo
paralelamente a la misma para atajarla en varias ocasiones, antes de alcanzar
el Merendero de San Marcial con fuente y bancos. En las inmediaciones está la
ermita-restaurante, todo cerrado, desde donde
contemplamos el camino recorrido por
zona urbana que nos ha traído hasta
aquí. Son las cinco y media y estamos sobre los 200 metros de altitud.
Desde aquella punta de atrás venimos.
Confiamos
en disponer de agua por el camino sobre todo sabiendo que nos espera el Embalse
de San Antón y caseríos diversos de camino a Bera por lo que cogemos un poco de
agua para el inmediato y proseguimos adelante por una serie de pistas tanto
asfaltadas como sin asfaltar, limpias y transitadas que se alternaran con reducidos tramos de
camino todo ello perfectamente balizado por lo que seguirlo es realmente
cómodo.
El Bidasoa al norte de Bera.
Recorrida
la Loma de San Marcial descendemos brevemente hasta un cruce de caminos,
pasamos junto al precioso Carerio de Saroia
y proseguimos adelante en dirección este en medio de una tarde en la que
predomina una luminosidad tornasolada.
Precioso Caserío de Saroia.
Luego
proseguimos ascenso siguiendo un caminillo, entre el sotobosque de tojos
fundamentalmente, que nos ha de depositar en el Collado Erlaitz situado a 450
metros de altitud y aprovecharemos para
disfrutar de los primeros bosques de robles de enormes hojas, de
castaños de brillantes hojas y de crecidas y floridas matas de digitalis purpurea
o dedaleras.
Las dedaleras que nos acompañarán en Guipuzcoa.
Proseguimos
al este sin ganar prácticamente altura hasta que alcanzado otro collado
iniciamos un suave descenso en busca de un valle que se abre en dos y guiados por una prominencia más
significativa que es el Risco de San Antón a cuyos pies suponemos el embalse
del mismo nombre.
Caminos amplio casi pistas y pistas que nos acompañarán.
Una
pista desciende vuelta a vuelta al encuentro de un barranco que terminaremos
por cruzar ya entrados en Navarra. A partir de aquí la pista llanea y se nos
hace largo el camino además de pesada la mochila mientras cae la tarde
convencidos de que Bera está muy lejos.
Bajando del Collado Ursain hacia San Antón.
Tras
un breve error queriendo continuar para abajo hemos de retroceder y remontar
unos metros por carretera asfaltada para charlar con un par de pastoras que
cuidan su asustado rebaño junto a la Presa del Embalse de San Antón.
En la Presa de San Antón con el risco del mismo nombre detrás.
Estamos
a 240 metros de altitud, cruzamos la presa y por su orilla norte faldeando el
Risco de San Antón alcanzamos la entrada a la Ermita de San Antón donde nos
vamos a quedar para pasar la noche. Son las ocho y media de una tarde que se ha
hecho larga. Calculamos que habremos recorrido alrededor de 21,5 kilómetros a
los que hay que sumar alrededor de 7 kilómetros más previos a la etapa y además
el ascenso acumulado no habrá bajado de 750 metros con 550 metros descendidos.
La
ermita está cercada, cerrada, con los alrededores cuidados y con fuente. Además
tiene un porche cubierto con bancos de piedra y de madera en dos de sus lados
que nos va a venir de cine.
El Embalse de San Antón y el vallecillo de salida hacia Bera.
Corre
una ligera brisa que se nos hace más importante debido a nuestro sudor pues la
tempertura es excelente, pero nos abrigamos y preparamos la cena mientras
montamos la tienda en la zona cubierta y enlosada. Cenamos abundantemente en el
lado protegido, echamos cumplidos tragos pues hay que beber, hasta nos hacemos
leche pero el día está cumplido y alrededor de las diez nos metemos en la
tienda que hemos montado en previsión de posibles molestias del viento o
mosquitos pues estamos en la orilla del pantano.
Bajo el Porche de la Ermita de San Antón pasaremos la noche.
Las
losas amortiguadas por las esterillas están duras en principio pero no será
mayor problema para pasar una comodísima noche hecha vuelta a vuelta como ya
suponíamos. Yo prácticamente ni me enteraré pues terminé la jornada con
molestias en hombros, más cansado de lo habitual y mañana nos espera una larga jornada.
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