7 feb 2019

11-19. TORONZUE, UNA JORNADA DIVINA. 6-2-2019.


Tosonzué desde las Planas. 

Boca Este del Túnel y Collado de Cotefablo,  Pista Toronzué, Torcedor, Las Planas y Arista Sur.
06-02-2019.
Salida 09:15 h. Llegada 15:15 h.
Sol.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Toronzué procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Tenemos la suerte de saltarnos el martes, de una meteorología desfavorable y posponer nuestra salida para el miércoles 6 de Febrero de 2019, que previsiblemente será mejor. Y efectivamente, así va a ser cuando llegamos al Aparcamiento del Túnel de Cotefablo: ha helado ligeramente, estamos a la sombra todavía a las nueve y cuarto de la mañana pero la temperatura es deliciosa, el cielo está rabiosamente azul y se presume un día extraordinario.

Iniciando el foqueo a la sombra desde el Túnel de Cotefablo.

            Coincidimos una vez más con uno de los Guías de Tena, charlamos un poco e iniciamos seguidamente el foqueo del día atravesando el prado que rodea la pista. Estamos a 1430 metros de altitud.

La mañana es espléndida de camino a Toronzué. 

            El prado está completamente cubierto de nieve y cuando accedemos a la pista, la nieve la cubre completamente como pocas veces la hemos visto. La nieve está ligeramente dura y se foquea muy bien.

Remontamos el barranquillo en busca de la nieve soleada. 

            Poco después abandonamos la pista para remontar un pequeño barranco como procedimiento de atajar una buena revuelta de la pista y que liquidamos con unas vueltas maría con lo que alcanzamos el Collado de Cotefablo a 1600 metros de altitud.

Las lomas expuestas al viento están peladas en el Collado de Cotefablo.

            En el collado, amplísimo y muy llano tomamos la loma en dirección norte guiados por Toronzué que emerge en el horizonte como una enorme ballena blanca. La vertiente oeste está pelada por el viento pero la este conserva suficiente nieve para foquear sobre la huella que está establecida.

En la Cabecera del Contrafuerte Este de Torcedor. 

            Tras un ligero remonte descendemos brevemente al collado por el que pasa la línea de alta tensión  e iniciamos  el faldeo de Punta Gabardós.

Erata desde cerca de Torcedor. 

            La pista suavemente ascendente faldea por el este, cruza unos barranquillos todavía cerrados y alcanza el Collado Gabardós.

Las Planas y Toronzué escoltados por Tendeñera y Otal. 

            Continuamos  faldeando por el este, ahora, el Monte Torcedor. Con un par de largadas de pista suavemente ascendente que se orienta hacia el inicio del Contrafuerte Este de Torcedor, lugar en el que muere dicha pista.

Toronzué desde la Cima de las Planas.

            A 1700 metros de altitud abandonamos la pista y tomamos el contrafuerte que suavemente asciende en dirección oeste  y que nos ha de devolver a la Arista Sur de Toronzué.

Más cerca de Toronzue, el Hombro Sur.

            La nieve está estupenda y ascendemos cómodamente la loma junto a la valla de ganado. Juan se marca el faldeo por la cara oeste que a pesar de estar muy venteada conserva algo de nieve.

Casquete Somital de Toronzué.

            En la cima del Monte Torcedor a 1914 metros de altitud  nos acordamos de Daniel Mur y sus “secuaces” que tuvieron un domingo interesante con la “inestimable compañía” del viento y es que no hay nada mejor que la oportunidad. También visualizamos el resto de arista que conocemos de memoria y que sigue recorrida de una huella de traveseros aunque hoy no es necesaria.

La foto de Toronzué con Navariecho y Tendeñera. 

            Hay que perder unos pocos metros hasta alcanzar un amplísimo collado y desde allí remontar  persistentemente una larga cuesta que nos ha de situar sobre la siguiente prominencia que no última.

Foto de Cima en Toronzué. 

            Foqueamos un buen trecho y curveamos un poco en el tramo final, un poco más erguido, sin necesidad de hacer vueltas maría, con lo que alcanzamos la amable y amplia cima del Tozal de las Planas a 1966 metros de altitud. Son las once y media.

Plana Tromacal y Tendeñera desde Toronzué. 

            De nuevo hemos de perder otros pocos metros que deslizamos sobre la huella, alcanzamos el también amplísimo collado y proseguimos sin prisa pero sin pausa, vamos manteniendo las distancias con la pareja que nos sigue.

Toronzué se queda allá arriba. 

            La rampa que nos ha de conducir al Hombro Sur de Toronzué es la más consistente de las que sucesivamente hemos ido subiendo. En algunas ocasiones hemos hecho un faldeo por el este hacia la depresión del naciente barranco pero hoy  vamos a ascender hasta la cabecera del hombro a pesar de que el tramo último es algo erguido, pero es que la nieve y el día lo permiten todo.

Descendiendo hacia el Tozal de las Planas.

            En la cabecera del hombro llaneamos unos metros en busca del casquete somital del pico en el que zetearemos por la arista siempre fuera del pelado de la oeste, alcanzando la cima directamente. Son las doce y cuarto cuando nos fotografía Juanillo llegando a la Cima de Toronzué a 2263 metros de altitud. Probablemente nunca habíamos subido en tres horas  y no es que estemos mejor de forma que nunca sino que el estado de la nieve y la mañana han sido únicas.

Breve remonte al Tozal de las Planas.

            No hace ni siquiera un mes que subimos a este cima por el Sorrosal pero, como ya sabemos, no tiene nada que ver: aquel día no pisamos la nieve y hoy todo está espectacularmente cubierto de blanco. Hacemos fotos y nos sentamos a comer en unas piedras que el viento ha descubierto, el resto está todo blanco pero no aparece el nicho que se acostumbra a formar al sudeste de la cima.
            Hacemos fotos. No faltan Telera, Sabocos. Tendeñera, Otal, Comas, Cotiella, Montañesa, Guara, Oturia, Oroel, Moncayo, Cebollera tras la Sierra de San Juan de la Peña e incluso Urbión vestido de blanco junto a una prominencia más próxima que quizás sea la Higa de Monreal. Nos lo tomamos con calma, esperamos que lleguen los que suben tras nosotros y charlamos con ellos un buen rato. Se nos va una hora.

Giros y más giros en el descenso de Toronzué.

            Bien pasada la una nos montamos en los esquís y nos vamos para abajo dispuestos a disfrutar como no puede ser de otra manera con esta nieve.
            El casquete somital tiene un centímetro de nieve polvo que rellena las acanaludaras que el agua hizo en la nieve. En estas condiciones los primeros giros son delirantes.

Bajando de Torcedor.

            Luego nos llegamos hasta el hombro con el propósito de disfrutar la arista de arriba abajo. La nieve está estupenda a pesar de que la transformación ha sido demasiado rápida y ha dejado zonas de nieve esponjosa pero en cualquier caso así la firmábamos para siempre.
            Dejamos la larga rampa que desciende hasta las Planas cosida por un tupido enjambre de giros disfrutones y remontamos hasta las Planas con los esquís en el hombro.

Foqueando sin desbloquear.

            El descenso desde el Tozal de las Planas es similar al anterior aunque más corto en el que buscamos un poco la ladera este ya que la capa de nieve junto a la valla ganadera es poco profunda y afloran hierbas, enebros y algunas piedras.
            Otro nuevo remonte con los esquís en la mano nos deposita en Torcedor del que descendemos con más cuidados pues la nieve está muy primavera y no hay demasiada.

Silueteados en el Collado de Cotefablo.

            Visto lo visto buscamos siempre las mayores acumulaciones de nieve al este y decidimos esquiar el Contrafuerte Este  ya que la arista hasta el Collado Gabardós además de que no tiene demasiada nieve, cada vez está más vestida y lo de Gabardos bien de “gabardera” que es el rosal silvestre.
            Alcanzamos la pista por donde la hemos abandonado a la subida y deslizamos unos tramos cómodamente, foqueamos otros pues ya sabemos que tiene pequeños subes y bajas hasta que remontamos en el Collado de Cotefablo para bajar a la pista por el barranquillo de la mañana. La nieve que está ya a la sombra, está dura como una peña.

Mi chica juega al contraluz. 

            La pista todavía no tiene ni un solo corte aunque no tardarán en producirse  y nos llegamos al prado de salida en el que hay un colegio de Alicante pasando el rato con unas tiendas en la nieve.
            Son las tres y cuarto de la tarde cuando nos quitamos los esquís en el coche. Hoy ha sido una jornada de costa a costa en la que hemos acumulado un desnivel de alrededor de 850 metros. Solamente queda esperar que se produzcan con alguna frecuencia jornadas de esquí tan agradables como ésta.

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