18-10-2020.
Salida 09 h. Llegada 16:45 h.
Sol.
Bastante fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
El Pico Vila tiene para nosotros connotaciones especiales pero más allá esta idea es un espectacular balcón desde el que se contempla el Valle del Ara, aunque está muy lejos. Se puede acceder desde San Nicolás de Bujaruelo pero tela… Nosotros siempre lo subimos desde Panticosa. Queda lejos pero un pelín menos lejos si cuentas con la llave de la Pista de la Ripera.
Hoy
18 de Octubre de 2020 nos vamos a Vila. Son las nueve de la mañana cuando aparcamos
nuestro coche tras la Portera del Barranco de la Ulot a 1470 metros de altitud,
tras subir alrededor de 5 kilómetros por la pista desde Panticosa.
Tomamos
uno de los dos caminos que arrancan desde la pista y por la Ladera Izquierda
del Barranco de la Ulot nos vamos para arriba en dirección este.
Subimos
a la sombra de una mañana despejada que cuenta con cirros elevadísimos y poco
notorios y sin prisa pero sin pausa ganamos altura orientados por el Dedo de
Yenefrito en busca del collado del mismo nombre.
El camino que nos conocemos de memoria, está balizado: las marcas rojas llevan al Dedo de Yenefrito y las moradas a Catieras, podrían haber referenciado algunos lugares más pero… ha debido ser a cambio de la imposibilidad de subir la pista en verano pues han montado un Tren Chispita.
En
media hora alcanzamos el Collado de Yenefrito a 1790 metros de altitud y
proseguimos barranco adelante llaneando en busca de la Cabaña de Yenefrito que
hace ya algunos años se renovó, está abierta y muy decente.
Proseguimos
de llano para buscar un paso que nos permita cruzar el Barranco de la Ulot sin
descalzarnos pues hay algo de hielo en las piedras, los hay varios pero poco
fiables con estas condiciones y lo hacemos unos metros más arriba de la
confluencia con el Barranco de Catieras utilizando la vieja escalerilla de
hierro que sigue allí.
Cruzado
el barranco hay que ascender una rampa herbosa al norte para recuperar el
camino que la cruzara en diagonal al este para alcanzar la escorrentía en la
que mi chica tuvo la caída. Todo sigue igual pero hoy no hay hielo.
Ganamos
altura por el barranquillo, guiados por hitos y balizas, hasta alcanzar un
pequeño rellano bajo el Crestón de Ferreras. Allí giramos de nuevo al norte
hasta alcanzar el paso desde el que se divisa la Comba del Barranco de
Catieras.
Tiene
un poco de nieve a la entrada pero el resto está limpio. Descendemos unos
metros con la huella de la nieve y continuamos con la travesía ascendente que
nos ha de llevar a la rocosa entrada de la Cubeta Lacustre de Catieras.
De
nuevo y por la nieve polvo que recubre las laderas orientadas al norte hemos de
bajar una veintena de metros para cruzar
el Desagüe de Catieras, contemplar el ibón e iniciar su rodeo por la orilla
norte. Estamos a 2240 metros de altitud y son las once.
El
ibón está vestido con dos trajes: el de invierno riguroso en su mitad sur y el
de otoño en la otra mitad que es por donde nos vamos a largar al este en busca
del Puerto de las Ovejas. Hay un caminillo que sigue la lógica trayectoria para
alcanzar de manera cómoda el falso collado pues el Puerto de las Ovejas está
casi un kilómetro más al este.
Pasamos
por la Fuente de los Repatans, acartelada y nos alargamos de llano en busca del
Puerto de las Ovejas situado a 2450 metros de altitud al que llegamos pisando
unas manchas de nieve de viento.
Son
las doce menos cuarto y en las piedras de un pequeño abrigo nos sentamos a
echar un bocado que será breve.
Ante
nuestros ojos se despliega el Alto Valle del Ara y el Macizo de Vignemale: no
hay mucha nieve y para nada llevamos el material pero en estas épocas del año
no te la puedes jugar demasiado.
Nuestro
objetivo aparece al nordeste, está limpio de nieve así como el camino para
alcanzarlo que pasa por la travesía de la Cabecera del Barranco de Espelunz y
se visualiza perfectamente.
Hay
que perder entre unas cosas y otras alrededor de 150 metros suaves por praderío en los que pisamos
algunas pequeñas manchas de nieve para rodear bajo un crestón que se ahonda
algo en el barranco y alcanzar el plano y amplio Collado de Vila situado a 2324 metros de altitud. Alcanzarlo se lleva su tiempo y desde allí iniciamos el
ascenso de la arista sudoeste del pico de aspecto amable.
Hay
que remontar la rampa amplia y herbosa que nos lleva a las pizarras
metamórficas que conforman un primer promontorio dominado por un aventurero
pino.
Un
pequeño hombro nos muestra un resalte más rocoso que se sube muy bien y que nos
deposita en un pequeño cuello desde el que avistamos el resalte y la arista cimera acostada al
nordeste y empenachada de nieve.
No
subiremos el resalte ni haremos la arista
puesto que faldearemos por el sur como procedimiento para abreviar. Se
trata de una ladera muy escalonada en la que aparecen algunas manchas de
praderío y que nos permite cómodamente alcanzar la arista en cualquier punto.
Lo haremos ya muy cerca de la cima pues al estar empenachada de nieve hubiera
sido algo latoso su tránsito que no difícil.
Hay
que romper la pared de nieve que el viento ha depositado como defensa de la
Cima del Pico Vila al que llegamos a la una del mediodía. Estamos a 2578 metros
de altitud y disfrutamos con los Paisajes del Ara: al oeste Baldairán da paso a
la Zona de Brazato-Bacias, al norte Batanes, Neveras, Aratille y Chabarrou con su rosario de dientes; más al
este y tras el Collado de los Mulos aparece todo el Macizo de Vignemale,
Lurdes, Bernatuara, Punta del Puerto y Ordesa; casi al sur la oscura Cara Norte
de Tendeñera y aquí mismo Calcilé al que no iremos pues tiene la cresta
con nieve y al igual que Vila y todo el
Conglomerado de Ferreras con una buena mano de blanco.
Un
cuarto de hora después iniciamos la vuelta por idéntico camino en un mediodía
muy agradable para caminar y en eso estamos. Desde el Puerto de las Ovejas nos
ha costado una hora pasada y la vuelta una hora corta ya que el ascenso al pico
tiene más metros de desnivel que el del Puerto.
Son
las dos pasadas cuando iniciamos el descenso a Catieras contemplando la
espléndida imagen del pico del mismo nombre y a las dos y media nos sentamos a
contemplar el ibón desde su orilla norte y a comer al solecillo de la tarde
velada de cirros altísimos.
Media
hora después reemprendemos camino y entre bajar por el barranco sin camino, mi
chica prefiere remontar y hacerlo por el camino de la mañana.
Subiendo
la pista hemos visto a un montañero y ahora al salir de la cubeta lacustre nos
cruzamos con una pareja que sube y nada más, ni rebecos. Debe estar hoy todo el
personal en Ordesa.
Pasadas
las cuatro alcanzamos el Collado de Yenefrito y nos vamos de llano para ver el
Dedo, hay un caminillo que alcanza un mirador entablillado desde el que se
contempla el extraplomado Dedo y a partir de allí, un caminillo recorre la
arista y en suave descenso alcanza la base en la Cara Norte del pináculo
rocoso.
Hay
que ascender una docena de metros algo húmedos y escalonados de pratenses en
principio que me dejan a dos metros de la arista. Desde allí un paso casi de
IIIº en descenso con la roca de hoy te permite alcanzar indistintamente la cresta
a cualquiera de las dos puntas. Elijo la este donde Rosa que no ha querido
subir me hace una foto y media vuelta con mucho cuidado. Menos mal que la gente
se quedará en la tablilla del mirador.
De
vuelta al Collado de Yenefrito solamente queda descender camino abajo hasta
llegarnos al coche cuando son las cinco menos cuarto habiendo liquidado una
jornada estupenda para caminar en la que. hemos movido un desnivel de alrededor
de 1600 metros. Vila está muy lejos.
En
Panticosa depositaremos la llave en el buzón de correos con una nota en la que
decimos que en la Zona del dedo de Yenefrito había un mardano, macho de la
oveja, que estaba cojo. Otro día más.
Bila, punta, 2-10-10,
Ferreras, punta, 18-9-99, 2-10-10,
Ferreras, puntón oeste de, 2-10-10,
Piniecho, punta oeste de, 2-9-06,
Ibón de Catieras. 23-3-97.
Inocentada con suerte, una, de camino a unta bila, 28-12-06.
Catieras, pico, 23-5-04, 28-12-12,
Baldairán, punta, 5-9-08,
Piniecho, punta este de, 2-9-06,
Escuellas, peña, 3-4-99, 3-10-10, 21-11-17,
Ibón de Catieras con los amigos, al, 9-7-17.
Hola Mariano.
ResponderEliminarBuena idea la de pedir la llave, así os quitáis unos buenos kilómetros de pista, que en este recorrido se notan y mucho, porque este pico Vila, queda bien alejado.
Toda esta zona de Catieras, no la conozco, ahora ya para la primavera.
Un saludo
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarNo es una zona muy transitada y eso que ahora con lo del Tren Chispita parece que hay más afluyencia.
Todos los valles suelen ser largos y la Ripera lo es. Si puedes quitarte una hora de camino poco significativo la empleas para recorrer sitios que de otra forma pues se quedan demasiado lejos.
Merece la pena.
¡Que vaya bueno!