La Foto de Güé a la vuelta.
Sabiñánigo,
Puente Aurin, Corona del Campamento y Cara Sur. Descenso por la Pista, Corona
del Campamento y Puente Aurín.
5-5-20.
Salida 06
h. Llegada 09:30
h.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Rosa
Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Sabiñánigo procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
El
14 de Marzo estábamos en el Ibón de las Truchas y aprovechando que la
restricción de la movilidad iba a ser inminente pero no se había producido
todavía nos olvidamos de los Monjes, nos vamos para casa y seis horas después
estaríamos con nuestros hijos y nietos con los que pasaríamos unos cuantos días
de confinamiento hasta que ellos dejaron de salir al trabajo.
125 Metros cada vuelta al jardín.
El
día 26 volvemos a nuestra casa y allí nos quedaríamos hasta el sábado 2 de
Mayo, día en el que salimos a dar nuestro primer paseo. Habíamos hecho
escaleras, ciclostatic, trotes por el jardín, gimnasia… no había sido
excesivamente duro para nosotros el confinamiento, ayudado con la meteorología
que nos había regalado una primavera 2020 lluviosa y nublada como pocas.
Santa Lucía y Güé desde los Capitiellos.
No
teníamos excesiva necesidad de salir pero si ganas de ver algo distinto tras
tantos días seguidos de lo mismo y salimos a dar nuestra primera vuelta por los
alrededores de Sabiñánigo en medio del mar de dudas que la información vertida
por los medios nos había propiciado.
Bajando hacia los Capitiellos.
Teníamos
franja horaria matutina y nos iba a sobrar para correr un poco hacia Cartirana,
respetando el radio del kilómetro en los desplazamientos, subirnos a Santa
Lucía y bajarnos al Parque Julio Gavín para retornar a nuestra casa pasando por
el Mirador de la Colineta y el Parque Petersberg.
De Collarada a la Horca de Lana Mayor.
En
poco más de una hora “ventilamos el piojo” como acostumbro a decir, charlamos
con vecinos con los que nos cruzamos y nos decimos que este puede ser uno de
los caminos posibles para la vuelta a la nueva normalidad que tiene que llegar.
Salimos todos como potros desbocados, pero sin problema alguno para respetar
las distancias, Sabi, por suerte, es un pueblo que no tiene nada que ver con la
problemática de una gran ciudad.
Tomando el límite de los Capitiellos con la Val Ancha.
El
domingo día 3 de Mayo también aprovechamos la salida matutina para irnos a
correr un poco más en serío.
Tramos afilados en la Cresta de los Capitiellos.
Marcharíamos por
Petersberg hasta el Puente del Matadero para subirnos por la Carretera de San
Feliciano hasta las inmediaciones del Túnel.
Sabiñánigo y Collarada.
Los Capitiellos
son un par de alineaciones gemelas muy próximas que orientadas de este a oeste
separan la Val Ancha en la que se asienta Sabiñánigo, de la Val Estrecha. De
ellas tomamos la rama limítrofe de la Val Ancha y por la cresta que en algunos
momentos de torna escabrosa nos llegaríamos hasta el frete de Fondanito en las
proximidades de Sasal.
Cruzando la Valleta
que separa ambas alineaciones nos encaramaríamos en la cresta limítrofe con la
Val Estrecha y volveríamos al este hasta alcanzar la pista que conduce a los
Repetidores y tras asomarnos al Gállego y al Puente de Sardas nos volveríamos
para tomar el camino de la Valleta que nos dejaría en el Barranco Tulibana.
Neblina matutina sobre Sabiñánigo.
Pasamos por la
casa de mi infancia y nos volvemos hasta nuestra casa Avenida de Huesca para
arriba. La vuelta se nos había llevado un par de horas largas y nos encontramos
bastante bien tras los 9 kilómetros recorridos con alrededor de 300 metros de
desnivel acumulado teniendo en cuenta que nosotros no somos corredores.
La Tulivana baja guapa.
Al día siguiente,
día 4, nos daremos un paseo hasta la Fuente de Valdequibera en los Capitiellos
para bajarnos hasta la Tulibana y volver a nuestra casa por los Jardines de
Ercros, caminando y disfrutando de un paseo al sol y de breves charlas con
amigos del pueblo con los que nos cruzamos, que nos propician pequeñas
satisfacciones.
Encantos de Sabiñánigo.
No tenemos las
ventajas de los que viven en Benasque, Sallent o Panticosa por poner ejemplos,
pero tirando de adaptación y sabiendo que no se puede coger el coche para
desplazarse al inicio de una actividad de montaña vamos a subir a Punta Güé
desde Sabi, enlatando la actividad en la ventana matinal de las cuatro horas
aunque creemos que por ser deportistas federados no tenemos límite horario para
realizar nuestras actividades deportivas.
Gué desde debajo de Santa Lucía.
Son las seis en
punto de la mañana del 5 de Mayo de 2020 cuando cerramos la puerta de casa y
comenzamos a caminar hacia las Pistas de Atletismo. Es noche cerrada y la luna en
creciente ya se ha acostado.
Al final de la
Urbanización de la Corona buscamos y encontramos un caminillo que baja hacia la
Variante para atravesar sus dos carriles por los puentes desagüe de la misma. A
la salida tomamos la vieja carretera que enseguida nos deposita en el Puente
sobre el Aurín.
Salida del sol al Este de Güé.
Cruzado el puente
por la carretera, se hace de día y tomamos a nuestra izquierda la pista de
servicio de los Huertos de Aurín y con ella, enseguida nos reorientamos al
norte para ganar altura hacia la Corona del Campamento, para atravesarla
linealmente al norte y alcanzar el Camino de la Cara Sur.
La Cima de Güé se ha poblado de praderío.
En el final de la
Corona abandonamos la pista a 970 metros de altitud para tomar el camino que
fundamentalmente al norte nos ha de llevar para arriba. Todavía no llevamos una
hora de camino y había 4 kilómetros y medio.
El camino que hemos traído a la subida.
El camino recorre
la cara sur primero en suave ascenso para ir ganando un poco de pendiente e
introducirse en el pinar. Allí, una travesía horizontal de este a oeste nos
saca a un rellano vestido de genista, boj y pinos salteados bajo Santa Lucía.
Un siguiente
resalte medianamente inclinado nos deposita en Santa Lucía que recorreremos al
norte y en horizontal en busca de la poco notoria arista sur del pico.
En la Cima de Güé.
El camino siempre
transitado y limpio, aunque poco pisado hoy, sube directamente en sostenido
ascenso hasta alcanzar la pista de servicio en las inmediaciones de la cima,
momento en el que se produce la salida del sol.
Bajaremos por la pista para hacer el recorrido circular.
Son las ocho menos
veinte cuando alcanzamos la Cima de Güé situada a 1579 metros de altitud. El
cielo está cubierto de cirroestratos muy altos, Partacua y Tendeñera tienen
nubosidad más consistente y Panticosa está muy cerrado. Hacemos unas fotos,
echamos un trago de café con leche y cinco minutos después estamos iniciando el
descenso.
La pista en medio de la Corona del Campamento.
Habíamos subido a
Güé incluso con los esquís, lo que no es corriente, sin ser nuestra cima
predilecta pero nunca desde Sabi pues hacíamos la aproximación con el coche.
Viendo el tiempo que hemos empleado decidimos hacer la circular y bajar por la
pista: tiene el doble de longitud pero a cambio nos permitirá trotar.
Dejando atrás Güé.
La pista marcha
por la Arista casi Oeste y se da un buen garbeo pero comenzamos a trotar y
trota que trota nos la cepillamos entera en alrededor de una hora.
Cruzando bajo la Variante a la vuelta.
En la Cabecera de
la Corona del Campamento nos comemos unas mandarinas y la cruzamos en descenso
caminando rápido pues el firme tiene demasiado canto rodado suelto y mejor no
trotarlo.
Griñolera en Flor o Guillomo, amelanchier ovalis..
Terminada la
Corona hacemos la pista que recorre los Huertos del Aurín hasta el puente para
seguir el mismo itinerario que nos devuelve a la Corona y a nuestra casa
situada a 810 metros de altitud a la que llegamos cuando todavía no son las
nueve y media. Nos hemos liquidado 20 kilómetros con 800 metros largos de
desnivel acumulado que compensamos con
unos huevos fritos con panceta y no estamos mal a pesar del parón del confinamiento.
Otro día más.
Hola Mariano.
ResponderEliminarQue bien me vendría ese jardín!. La verdad que se aburre el que quiere, a mi los días se me pasan volando y a mi padre le digo, que bien que vivís los jubilados.
No sabía que se podía subir a la Punta Güe desde Sabiñánigo, pensaba que caía algo más lejos, pero aún así sale una buena calcetinada. Yo también he aprovechado para correr un poco por el monte estos primeros días, uno se acostumbra pronto a lo bueno.
Salud y montaña.
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarNo tiene nada que ver el confinamiento en una casa como la nuestra o en un piso con un par de críos que eso si que tiene que ser realmente duro. De igual manera tampoco el riesgo de contagio es el mimo en las grandes ciudades que en los pueblos.
Nosotros lo hemos llevado, al igual que tú, bastante bien. Somos unos jubilados que vivimos bastante bien, nunca lo he negado. Pertenecemos a una generaión que nacio pobre, pudo estudiar con algunas dificultades, tuvo trabajo por un tubo, se pudo hacer con un patrimonio decente, tiene hobies y como en nuestro caso una salud decente y nosotros no pedimos más.
Desde Sabi se puede ir a Güe, a Oturia, A Collarada... pero de hecho ya hace muchísimo tiempo que no lo hacemos y nos aproximamos con los coches. Ahora nos va a tocar hacerlo, al menos durante unos días y bueno, nos adaptamos pues la vida sigue.
Espero que más bien pronto que tarde las cosas vuelvan un poco a la normalidad con algunos pequeños toques novedosos a los que nos acostumbraremos.
¡Me alegro que estés bien y que te vaya bueno!