Aparcamiento de Arraille, Cabaña Houns de
Gabes, Falsa Peña del Col de Iou, Barranco de la Glere, Col de Aneu y Arista
Norte.
17-03-2025.
Salida 11:15 h. Llegada 15:45 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rossa Mª. Martínez y mariano Javierre.
El
Valle de Aneu es una de las zonas que con más frecuencia visitamos en Invierno
con los esquís.
Ascendemos
a Canal Roya, a Peyreget, a Arazures, a la Peña d Col de Iou, a la Peña
Peyreget, a Peña Blanca, a Aneu, a Cuyalaret, a las Gralleras… también a
Gradillere pero nunca lo terminamos con los esquís. Esa ladera amable compuesta
de suaves resaltes tiene un dueño que es el viento y llegados al Col de Aneu o
de Bious siempre nos hemos encontrado una vía pelada por el viento, con
afloraciones metamórficas y lo poco que tenía de blanco era hielo. Eso no nos
va.
Hoy
17 de Marzo de 2025 volvemos al valle para acercarnos al Pic de la Gradillere a
ver cómo está pues confiamos en que la poca nieve que ha ido cayendo a esta
altitud no nos pasaporte a la cima con los crampones como siempre.
Son
las once y cuarto cuando tras llegar al Aparcamiento de la Cabaña Arraille a
1725 metros de altitud, con una temperatura fresca pero muy decente, comenzamos
a foquear hacia la Cabaña Houns de Gabes con algunas dudas tras pasar los
puentes pues la parte baja del valle tiene muy poca nieve. Se puede foquear
gracias a que el valle es muy herboso pero el descenso…
En
el rellanito por encima de las cabañas, acercándonos a los 1900 metros, ya hay
algo más de nieve y la huella como siempre nos lleva hacia la Falsa Peña del
Col de Iou. Hay gente desperdigada por el valle en un día agradablemente
soleado.
Hay
una huella que va al collado y que seguimos pues en esta zona hay un poco más
de nieve polvo y todo va bien pues en poco más de una hora nos ponemos al
viento que previsiblemente podría soplar aquí a 2080 metros de altitud. Sopla
del sur y es frío provocando una desagradable ventisca.
Hay
una vieja huella prácticamente rellena de nieve que vamos a intentar seguir
pues zetea a nuestro gusto. Para ello, faldeamos el diente que fracciona al
collado y entramos a la pared norte del pico hasta alcanzar la pequeña silla de
su inicio.
El
viento que no ha pelado del todo la pala todavía nos va a azotar impíamente
pero esa nieve polvo acumulada que queda nos permite foquear con cierta
comodidad mientras anotamos convenientemente las afloraciones metamórficas
destrozaesquís muy propias de esta cima.
Una
gran zeta nos lleva a las paredes del este y al pairo del viento proseguimos
con una serie de lomas amables que terminan por alojarnos en la Antecima Norte
de la Gradillere con un ventarrón salvaje.
Hasta aquí
queríamos llegar e incluso se podría proseguir hasta la cima pero en estas
condiciones hacemos media transición y dejando los esquís descendemos la
veintena de metros que nos depositan en
el collado desde el que se afronta el corto ascenso de la Pala Somital de la
Gradillere alcanzando la cima a 2271 metros de altitud.
Es la una y media
cuando con las manos heladas nos abrigamos, hacemos un par de fotos por parejas
con mi móvil pues hemos olvidado las dos cámaras y seguidamente nos ponemos a
cubierto del viento para comer unos dulces pues también hemos olvidado el termo
del café.
La estrategia es
simple: hay que remontar a por los esquís con todo dispuesto y allí bloquear
botas calzar esquís y echarnos para abajo. La nieve está buena y nuestro
descenso salpicado con acumulaciones de nieve polvo resultará estupendo ya que
tenemos perfectamente localizadas un par de afloraciones rocosas que pasamos
andando. A pesar de ello, todavía desenterraré un tiburón que estaba demasiado
superficial.
El descenso hasta
el Col de Aneu es muy bueno con nieve variada pero la continuación hasta el
Barranco de la Glere es infumable pues se nos hacen zuecos en las tablas: nunca
nos había pasado y a duras penas deslizamos.
Tras parar para
limpiar las tablas con una rasqueta remontamos sin necesidad de poner pieles
pues la nieve blanda y pegajosa lo permite, mientras contemplamos las
evoluciones de tres esquiadores con sus velas.
Luego no queda más
que echarse para abajo hasta unas piedras donde nos sentamos a comer. Media
hora después y tras disfrutar de un ratillo agradable pues el viento ha siso
solamente asunto de la Divisoria de Valles, continuamos para abajo en busca de
la huella que he trazado para tratar de salvar las peladuras de la primera loma
que hemos subido.
Finalmente
tendremos que escaletear un corto tramo para acceder al puente y deslizarnos
hasta ll Puente sobre el Brousset y alcanzar el coche con los esquís en la mano
cuando son las cuatro menos cuarto.
No ha sido una
maravilla pero estamos contentos con nuestro deseado Gradillere con sus escasos
700 metros de desnivel acumulados. Podría haber sido mejor y peor pero mi tesis
dice que este pico no existiría si no fuera por el viento.
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