Aparcamiento de Aneu, Centro Pastoral,
Barranco de Aneu, Houn de la Glere y Arista Este.
01-04-2025.
Salida 10:30 h. Llegada 14:15 h.
Sol.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Anuncian
que el 1 de Abril de 2025 puede ser el último anticiclónico de la semana con
unas temperaturas veraniegas y vamos a tratar de aprovecharlo con los esquís.
Entre
el Vértice de Anayet o algo por pistas preferimos ir a Peña Blanca que no debe
tener mala nieve y sin prisas nos subimos al Portalet comprobando que las
Pistas de la Zona de Sextas están todas cerradas incluso la Silla de Peña
Blanca.
Pasada
la frontera, lo que vemos del Valle de Aneu es bastante desolador: todo el
fondo está completamente limpio de nieve, así como las laderas orientadas al
sur. A pesar de ello nos bajamos hasta el Aparcamiento de Arraille que no
tendrá ni una veintena de coches aparcados, ponemos los esquís en la mochila y
comenzamos a portear cuando son las diez y media de una mañana espléndidamente
soleada. Estamos a 1725 metros de altitud.
Pensábamos
por lo visto que pasado el Centro Pastoral podríamos comenzar a foquear pero
será en el Rellano de la Cabaña Lalagüe
donde lo hacemos tras un cuarto de hora de porteo.
Foqueamos
al oeste en suave ascenso para
acercarnos al Barranco de Aneu que está completamente abierto y sin puentes de
nieve, por lo que hemos de ratonear entre cortes para atravesarlo descalzando
sobre los 1825 metros de altitud.
A
partir de este punto y con nieve continua
comenzamos un ascenso al sudoeste orientados para espléndida estampa de
la Peña de la Glere. Es una pared rotundamente soleada, que se yergue poco a
poco contenida entre los Paredones de la Peña Mauhourat al este y la Peña de la
Glera al Oeste.
Hay
unas viejas huellas que cómodas y endurecidas ganan altura en la pared a través
de la Zona de Bloques emergentes en busca de la zona más soleada de la Houn de
la Glere. Es un ascenso con travesía que
termina por enfrentarse a la pared en el límite con la zona todavía sombría a
estas horas, son las doce menos cuarto.
Hemos
comprobado que la nieve sin pisar está mejor que la huella y comenzamos a
hacernos la nuestra. Enseguida advertiremos la presencia de una huella que
parece ser de hoy y que también ha llegado a la misma conclusión que nosotros.
Es de un esquiador con el que nos cruzaremos progresando ya por el Valle
Suspendido de la Glera y cuando avistamos nuestro objetivo habiendo dejado
abajo la pared.
La
nieve está estupenda, el foqueo es cómodo y alternando lomas con pequeñas
depresiones y corredores, rebasamos la Peña de la Glera y alcanzamos el
corredor que nos depositará en el Collado Este de Peña Blanca.
Un
remonte de una treintena de metros con un par de vueltas maría, por las
inmediaciones de la arista y en una
soleada ladera nos permiten alcanzar la Cima de Peña Blanca de Aneu situada a
2367 metros de altitud, cuando son las doce y media.
La
cima es una afilada cresta de nieve en
la que resulta complicadillo hacer una foto de cima pero lo conseguimos y
seguidamente nos sentamos en el característico nicho de nieve que se forma
siempre, al sol y al abrigo de la brisa que corre para echar un bocado.
Contemplamos
el Valle de Aneu espléndidamente cubierta de nieve en la parte alta pero con la
pelada de la parte baja ha perdido el
atractivo para los traveseros y nos queda claro que a partir de ahora o
empiezas a portear en serio o te marchas a Benasque por poner un ejemplo; media
hora después hacemos la transición y nos vamos para abajo.
El
descenso del casquete somital tiene una nieve estupenda pero luego se pondrá demasiado
blando y pesada aunque se baje bien recorriendo una trayectoria similar a la
que hemos hecho en ascenso. La parte más sombría de la pared tiene ahora mejor
nieve que en el ascenso.
Esquiando
por paños vírgenes alcanzamos la Zona de Bloques y nos bajamos hasta el
barranco para cruzar por el mismo lugar. Luego con los esquís en la mano
remontamos ligeramente para alcanzar el campo de nieve más bajo que nos permite
llegar al punto donde hemos comenzado a foquear.
Un
cuarto de hora de porteo nos permite finiquitar esta breve jornada de esquí en
la que habremos acumulado un desnivel de alrededor de 700 metros. Son las dos y
cuarto, estamos a 17º centígrados, habíamos empezado a 9º y la cerveza que
hemos enterrado en la nieve pasa de lujo. Con estas temperaturas no hay nieve
que se resista.